JETHRO TULL CON LOS OJOS DE UN FIEL SEGUIDOR

Me pide el Mariskal que haga una crónica del concierto de Jethro Tull en Madrid. Uno que es fanático del Sr. Anderson y compañía no es el más indicado para analizar el concierto porque yo casi nunca veo fallos.

Jethro Tull sigue sonando igual de bien que siempre. Ian Anderson no para de moverse en las cerca de dos horas que duró el concierto. Sorprende la presencia de un segundo cantante en el escenario. A medida que pasan los temas es fácil comprender por qué esa segunda presencia. Anderson ya no llega con su voz a muchos tonos. Buena idea poner este segundo cantante, muy bueno por cierto, y que se asemeja al presentador del Circo del Sol porque parece que el concierto no vaya con él y está un poco ajeno.

Para los acérrimos de Jethro Tull os diré que tocaron el “Thick as a brick” como primera canción y como última. Todo lo del medio fue su nuevo trabajo denominado ‘Thick as a brick 2’. Aún es poco conocido entre los presentes pero no es mal recibido. Lo bueno de este grupo es que tiene estilo propio y, cuando lo oyes, sabes quién está sonando. Es cuestión de escuchar más este último trabajo para acomodarnos a lo nuevo. Los viejos rockeros echaron de menos alguno de sus temas clásicos. Como siempre y en su línea solo hicieron un bis y, como no podía ser de otra manera, tocaron “Locomotive Breath”. El público vibró como nunca y Anderson pudo comprobar que nos gusta todo de ellos, pero hay cosas que nos levantan del asiento. Eché en falta el “Aqualung”, que no debe faltar en ningún concierto.

Terminado el acto, tuve la inmensa suerte de entrar con los denominados Tullianos al camerino del grupo y nos encontramos con un Ian Anderson supersimpático y muy amable con sus fans. Nos hicimos mogollón de fotos, firmaron todo lo que tenían que firmar y fue un tipo cercano con su gente. Para que veáis que la fama muchas veces está equivocada.

Por último, tuve la suerte de ver el concierto con la violinista Judith Mateo, una tía encantadora y que también tuvo la ocasión de darle su disco, y no al revés, al Sr. Anderson. Sale con el disco de Judith en todas las fotos. La próxima vez que venga a España, ya sabe a qué violinista contratar para mejorar la calidad del grupo.

Siempre iré a ver a Jethro Tull en España y siempre me encantará porque, cuando aquí sonaba “un rayo de sol” en los últimos 60 estos tíos ya triunfaban con un estilo único e inconfundible que perdura y perdurará mientras que el Sr. Anderson tenga fuerzas.

Texto: Javier Sol

Foto: Antonio Martín

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