IN EXTREMO: FIESTA PAGANA

16 noviembre, 2011 12:30 pm Publicado por  4 Comentarios

Sala Salamandra 1, Barcelona

La noche del domingo era especial para un servidor. El motivo, la visita de los germanos In Extremo a la ciudad condal presentando su nuevo redondo “Sterneneisen”. En los algo más de 10 años que les sigo la pista no había tenido la oportunidad de poder comprobar in situ cómo se las gastan en directo. Desde un primer momento la cosa pintaba bien, ya que el recinto escogido por parte del promotor se ha erigido en los últimos 2 años como una de las mejores salas de concierto de toda la ciudad, incluso me atrevería a decir que ha desbancado en cierta manera a Razzmatazz como referente para este tipo de bolos. La sala, la tenemos. Ahora solo falta ver la respuesta del respetable. En un primer momento dudaba sobre que el número de público rozara un mínimo decente, puesto que en cuestión de una semana hay 4 ó 5 fechas para no perderse (entre ellas Machine head, Amorphis o los blackmetaleros Ulver, por primera vez en España). Aun con estas grandes bazas jugando en su contra, a medida que se acercaba la hora crecía la gente que se iba acercando hasta los aledaños de la sala. A las 21:30 de la noche se abrían las puertas, hora quizás algo tardía siendo domingo y más un domingo sin futbol. Aparte del fútbol, en vistas de la hora algunos vimos peligrar el transporte público que después nos acercaría hasta casa, pero ahora vamos a lo que nos importa.

A las 22:10 se apagan las luces. El clamor popular y la intro nos meten en situación y los 7 músicos ataviados con ropajes  trovadorescos se apoderan de las tablas haciendo sonar "Sterneneisen". Desgraciadamente Salamandra no dispone de un escenario lo suficientemente amplio como para poder disfrutar de toda la visualidad de su espectáculo y nos tenemos que conformar con un gran telón de fondo con el artwork del nuevo “Sterneneisen”, aunque disfrutamos de un buen juego de luces. Casi sin descanso cae también "Frei zu sein" donde las gaitas se apoderan del lugar y de la gente hasta el punto de que el guitarrista Van Lange revienta una cuerda, pero haciendo alarde de la gran profesionalidad que los caracteriza sigue como si nada pasase; destacar que al final del tema dio las gracias por la comprensión del momento. El buen rollo, el cachondeo, las sonrisas e incluso las bromas entre ellos son marca de la casa “In Extremo” desde el primer tema.

Con un sonido poderoso a la par que claro sonaban a la perfección gaita, arpa, chirimía o zanfoña; todos ellos, elementos acústicos que a la hora del directo pueden ver mermado su sonido por parte de los instrumentos eléctricos. Bajo esta tónica fueron cayendo "Zigeunerskat" e "In diesem licht". Parte de las ovaciones se las llevaron temas imprescindibles de la talla de “Liam”, “Vollmond” y el simplemente mágico poema medieval sueco “Herr Mannelig”, aderezado con pasajes de percusión por parte del nuevo batería, Specki TD. El frontman, Das letze Einhorn, supo transmitir lo que no muchos saben hacer, y es que con pocas palabras se metió al respetable en el bolsillo a base de complicidad, buen hacer y alguna que otra palabra en un español bastaste alemán; gestos que los más acérrimos devolvían cantando todos los temas en un perfecto alemán. Destacable fue cuando sonó “En esta noche” incitándonos a marcar el ritmo con palmas; con “Ave Maria” la tónica fiestera bajo un poco el ritmo dotándolo de algo más de sobriedad. Una de los grandes anécdotas es cuando ni corto ni perezoso el bueno de Dr. Pymonte (imaginaros al tipo, alemán grandote con cara de no haber roto un plato en su vida) fue buscando uno a uno a todo aquel que no estuviera con los abrazos arriba. Una vez encontrado le animaba a sumarse a la fiesta y ante la negativa de uno, no dudó en “amenazarlo” con colgarlo de una horca (para todo aquel no lo sepa, uno de los símbolos más utilizados por la banda es el de la horca). Deseando que aquello no terminara nunca, los temas iban pasando: "Flaschenpost", "Zauberspruch", "Unsichtbar" que en directo suena simplemente descomunal.

Llegados al momento del bis, se retiran para coger un poco de aire y terminar como es debido. Después de esto, “Viva la vida” y “Küss mich” servían para cerrar una gran noche y sacar una espinita que llevaba desde que los escuche por primera vez con 10 u 11 años. Muchos temas clásicos fueron los que quedaron en el baúl esperando a los recuerdos. Pero después de la casi 2 horas a pleno pulmón y siempre con una sonrisa o una mirada cómplice con los de abajo, es de buen nacido ser agradecido.

Texto y fotos: Alex López

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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