HELL’S FIRE EN EL MULAFEST

18 julio, 2012 11:15 am Publicado por  Deja tus comentarios

Feria de Madrid (IFEMA)

A veces en la vida se dan situaciones de lo más extraño, como por ejemplo, asistir a un concierto programado para las 12 de la mañana, en plena capital…No se trataba de un festival europeo con grandes bandas como cabezas de cartel, si no de un evento organizado para todas aquellas mentes que fuesen más allá de lo usual, haciendo por una vez de lo alternativo el punto de encuentro entre varias generaciones.

Cierto que era muy temprano, que no ayudaba nada el hecho de que fuese sábado ni las altas temperaturas en el exterior del recinto, pero por supuesto, estaba dispuesta a verle el lado positivo a aquella expedición en lo desconocido. Ya con un pie dentro en el gigantesco espacio que se dividía en varios pabellones, me fui adentrando en las diferentes salas que componían los edificios, cada uno de ellos agrupando miles de actividades diferentes para todos los públicos: pistas de skate y bmx, zona de tattoos, zona de graffitti, zona de conciertos, tiendas de merchandising, restaurantes…hasta llegar a mi destino final en la sección “el garaje”, donde nos esperaban grandes dosis de buena música entre muchos otros quehaceres.

Al grito de “¡Buenos días, Mulafest! Tenemos churros, porras y mala hostia mañanera, muchas gracias por venir a horas tan intempestivas…” se abría el concierto de estos madrileños que encajaban a la perfección con el ambiente que allí vivimos: una mezcla entre lo más característico de los grandiosos Pantera ensamblado con una espontánea convergencia entre lo más tradicional del rock sureño con ciertos tintes de estilos más próximos al metal más moderno. Rodeados de motos custom con los diseños más inimaginables en cuanto a formas y colores, viejas camionetas californianas, taxis neoyorkinos, heladerías de los 50, juke-box y réplicas de gasolineras que parecían traídas a través de un viaje en el tiempo  desde el árido desierto norteamericano; nos encontrábamos en el escenario idílico para celebrar aquel hermanamiento, y digo hermanamiento porque obviamente, debido a las características del encuentro, los allí reunidos en torno al escenario éramos pocos pero osados. Entre lanzamientos de cerveza y algún miembro del público que no alcanzaba el año de edad (pero que iba ataviado con un atuendo heavy como el que más, llegaba al reciento en una silla de paseo forrada en cebra con llantas de aluminio), nos disponíamos a iniciar un set list que se inauguraba con “White Slavery” de su disco “Eleven Roads To Hell”, un tema potente que trató de romper el hielo de la manera más directa posible.

Entre  corte y corte, su vocalista, el gran Big Mario (valga la redundancia), interactuaba con los asistentes, asegurando en todo momento la continuidad de nuestros niveles de atención sin que se nos escapase ni el más mínimo bostezo. Repasando algunas de las demás canciones del álbum como la homónima de la banda, “My Crown of Thorns” o “Arms Of God”, los minutos iban pasando sin darnos apenas cuenta. Una hora de actuación la que estaba prevista que se pudo alargar unos minutos debido a la amabilidad de la organización, que minutos antes del comienzo del concierto, les dejaban algo más de 15 minutos para realizar la prueba de sonido y permitir con ello que todo estuviese a punto. Hubo tiempo para obsequiarnos con dos grandes versiones de bandas tan reseñables por su indudable influencia en las agrupaciones de nuestros días como son Metallica o Motörhead,  siendo “Fuel” y “The Ace of Spades” las elegidas, quedando esta última como colofón a una actuación que nos hizo empezar el día con energía.

Un sonido compacto y arrollador y unos músicos que derrocharon personalidad, grandes habilidades y muchas tablas sobre el escenario (a pesar de haber tenido lugar el día anterior la presentación de éste álbum debut), hicieron que el madrugón se convirtiese en un detalle sin importancia que se vio recompensado con creces por un magnífico espectáculo que tuvo encuentro con muchas otras disciplinas más allá de lo estrictamente musical y que ojalá se repita dando cabida a otros grandes conjuntos que nos hagan disfrutar con la misma intensidad que estos gigantes de lo que ellos mismos definen como “Redneck Metal”.

Ojalá todas las mañanas fuesen así…

Texto y foto: Diva Satánica

Redacción
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