GIUDA: ¡YO TAMBIÉN SOY FAN!
27 noviembre, 2014 4:01 pm 1 ComentarioLa gente se toma todo demasiado en serio. Ya sea la propia apariencia, los textos que uno va dejando por las redes sociales para la posteridad, e incluso la misma actitud ante la vida, con una sobriedad tal que ni esas altas misiones presuntamente encomendadas al pequeño Nicolás. Pero a veces es necesario relajar paquete, como decía siempre un tipo en nuestros años mozos cuando las cosas se iban de las manos. Considerar que en ocasiones ciertas actitudes revelan una calculada estrategia de epatar al personal y provocar que se rasguen las vestiduras los estrechos de mente.
Esa es sin duda la intención de los italianos Giuda si uno se para a ver sus descacharrantes vídeos en los que se escapan de campamentos de trabajos forzados, asaltan granjas para llevarse vino, se calzan mono azul de currela y siguen a chicas marcándose coreografías dignas de ‘Grease’. Salta a la vista que lo suyo es el puro cachondeo, algo que se palpa en su vestimenta, que casi parece un uniforme, con sus cazadoras vaqueras, camisetas negras y unos risibles pantalones con dobladillos más cortos de lo aconsejable.
Estos transalpinos ofrecían un plan digno para pasar un día de resaca: música sin complicaciones, con riffs contundentes, melodías pegadizas de chicle y una actitud auténtica que indica que los directos no se los toman a chufla. Y muchos lo entendieron así al abarrotar la sala por encima de las expectativas, teniendo en cuenta que tampoco son un grupo popular, pese a que se esté extendiendo el boca a boca de su buen hacer entre el rockerío.
Y así estos colgados que responden al nombre de Giuda apelaron enseguida al fervor festivo con “Here Comes Saturday Night” después de calzarse la poderosa instrumental de apertura a lo Thin Lizzy de “Roller Skates Rule O.K.”. Como si hubieran pulsado un interruptor, su cantante negrata comenzó a moverse igual que si sufriera un ataque de ladillas, recordando a Mick Jagger por su histrionismo y transformándose por su tono vocal en una suerte de hermano de color de Danko Jones. Con la marcha que llevaba el tipo, era normal que cada cierto tiempo tuviera que retirarse a darse un respiro mientras la banda le cubría las espaldas a guitarrazos.
La parroquia bailoteaba con su aire de boogie rock acelerado en plan Airbourne y para “Get It Over” todo dios andaba moviendo la cabeza con su contagioso ritmo deudor de T-Rex. Y siguieron homenajeando a las boas de plumas y la purpurina en su himno “Wild Tiger Woman”, con melodías a lo Slade y unos coros perfectos en su sincronización.
Su lado más meloso quizás lo represente “Yellow Dash”, con unos coros que transmiten felicidad plena, y con “Number 10” reivindicaron el inmortal poso stoniano e incitaron a dar palmas a la concurrencia. Pensábamos que se harían los graciosos y nos deleitarían con infinidad de ocurrencias chistosas, pero para nada, las coñas las guardan para los vídeos, portadas y demás, en los directos rebosan electricidad y un frenetismo que te invita a unirte al fiestón.
El deje punk de “Speak Louder” precedió a los riffs machacones de “Hey Hey” que los podrían haber firmado Status Quo. Y el colofón llegó con los inmortales orfebres de melodías The Beatles, con una adaptación muy guitarrera de “Eight Days A Week”, muy acorde a su rollo glam, y otra de “Get Back”, que se asemejaba más a Sus Satánicas Majestades por los movimientos del adrenalínico voceras.
Los bises se exigieron a grito pelado y un redoble de batería calcado al de “Do You Remember Rock N’ Roll Radio?” de The Ramones, en el que el personal arengaba diciendo “¡Venga!”, introdujeron “Get That Goal”, otra pieza alegre que apela a las esencias hard rockeras. Y un trallazo del calibre de “Roll On” no era lo más idóneo para calmar los ánimos, que acabaron desbordados por completo, con el personal reclamando más canciones, sin darse por satisfechos con una prodigiosa descarga de electricidad que ya la quisieran muchos para sí.
Se hizo muy corto, sí, casi como si fueran cinco minutos, pese a que anduvieron ahí dando el callo en torno a una hora, y confirmaron a su manera esa mítica frase de que al rock n’ roll primigenio únicamente le hacía falta más volumen. Tal derroche de energía incitaba a correr al puesto de merchandising y hacerse con una de esas pegatinas que rezaba “I’m A Giuda Fan”. El complemento perfecto para vociferar a los cuatro vientos: ¡Yo también soy fan!
Texto y foto: Alfredo Villaescusa
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1 comentario
Quizás esta banda italiana estuviera solo una hora en escena pero tanto con sus canciones propias como alguna versión de los RAMONES dieron un estupendo recital en tierras vascas.Por cierto Villaescusa lo de referirte al vocalista llamándole "negrata" SOBRA.Simplemente es otra persona como tu y como yo sin distinción de raza ni color ostias!!!