EXTREMODURO: LA GESTA DE DON ROBERTO
22 septiembre, 2014 12:19 pm 10 ComentariosBEC, Barakaldo (Bizkaia)
Es impresionante lo que cambian los años. Uno deja de salir por garitos y su planazo de sábado noche consiste en acurrucarse en el sofá con la parienta para ver una de esas pelis en la que resulta complicado aguantar despierto. Luego uno va caminando por la calle y se indigna ante las hordas juveniles que se arremolinan en torno a cartones de vino y demás bajezas y no puede evitar formar una mueca de desprecio, la misma que cuando entra a los bares y exclama: “¡Esto es una guardería”. Bienvenido a la senectud.
Al icono del rock estatal Roberto Iniesta le ha debido pasar algo parecido en los últimos años, un proceso en el que chocan actitudes como requerir la presencia de la Guardia Civil en un concierto, a pesar de tener en su catálogo una canción llamada “Estado Policial”, o recibir una medalla hace nada en su comunidad natal de un gobernante del PP, grandes defensores del rock donde los haya. Lo último, dividir los conciertos según los asistentes vayan a moverse o quedarse en estado vegetal, una medida que de sentar precedente transformará los bolos en exquisitos eventos a la altura de los de La Scala de Milán. Veremos si a este paso no se acaba exigiendo etiqueta o alguna otra charlotada similar.
Este cambio de mentalidad ha de tener reflejo por necesidad en la configuración de los recitales, donde pese a no prescindir de los clásicos absolutos, predominan esos temas de señor mayor, sosegados, que quizás en un contexto diferente se escuchen con agrado, aunque no obviamente ante miles de personas. Una mera cuestión de sentido del espectáculo.
Con las entradas de pista agotadas y pocos asientos libres en las gradas, Extremoduro demostraron que su poder de convocatoria sigue a pleno rendimiento en el norte, superando incluso a figuras internacionales de la talla de Iron Maiden, por lo que pudimos apreciar a simple vista. Gente de todo tipo y condición, desde hipsters barbudos hasta esas chicas tan monas a las que no imaginarías soltando improperios por la boca, y menos cantando letras políticamente incorrectas. Esas que huelen a kiwi, como se suele decir.
El ambiente ya andaba suficiente caldeado cuando sonó por los altavoces “Corazón de tango” de Doctor Deseo (vimos a Francis por ahí, de hecho) y posteriormente “Al cantar” de Platero y Tú, otro himno popular de similar solera. El inicio propiamente dicho llega tras la bajada de un contenedor que simula descargar a los músicos, se levanta, y ahí aparecen como si fueran figuras de molde, con haces de luz, y el Uoho en posición central ejecutando una intro instrumental con referencias al “Voodoo Child” de Hendrix que deriva en “Sol de Invierno”.
De momento siguieron al milímetro el guión previsto de la gira, por lo menos el de las últimas fechas, con “Buscando la luna”, pero por sorpresa se coló demasiado pronto “Golfa”, insuflando emoción a la cita desde bien temprano. En la segunda noche en Madrid ya habían interpretado “Entre Interiores” de su último largo ‘Para Todos los Públicos’ y funciona bastante dignamente en las distancias cortas, aparte de servir de perfecto contrapunto a “No me calientes que me hundo”, otra que recuperaron de la segunda jornada en el foro.
En cuanto a actitud se muestran eufóricos, Uoho recorriéndose desbocado de punta a punta el escenario y Robe algo más comedido, pero entregándose por completo, agitando la melena, acercándose a las primeras filas, o incluso dirigiéndose a la audiencia con cierta simpatía para lo que suele ser habitual en sus bolos. Se le nota que disfruta, a pesar de los años, su grado de entusiasmo no ha disminuido un ápice.
“A veces no entendemos las cosas por ser demasiado tontos y otras por ser demasiado listos”, suelta a modo de advertencia el rey de Extremadura antes de “Locura transitoria”. Y en “Canta la rana” piden apagar teléfonos móviles y no grabar para que así se mantenga la sorpresa de esta canción inédita en lo que resta de gira. Pero ya se sabe cómo funciona la peña, basta que digas que algo no se puede hacer para que el personal se dedique a ello con mayor entusiasmo si cabe. Seguro que el “apagad el móvil, hostia” de después surgió mayor efecto que el discursito de urbanidad elemental.
Tras el bloque dedicado a ‘La ley innata’ y la consabida pausa de veinte minutos, si seguimos pensando en el repertorio de la capital del reino, el retorno debería ser con “Prometeo” y “Jesucristo García”, que legó uno de los momentos cumbres con Robe punteando y Uoho dando vueltas cual peonza en el final. Y prueba de que se encuentran muy a gusto con el nuevo material es que tras “Poema sobrecogido” el de Plasencia orbitó alrededor de la batería mientras Cantera se explayaba a los platos.
Se salieron del tiesto con “Quemando tus recuerdos”, únicamente por cuarta vez en la gira si no me equivoco, y en “Mi Voluntad” insuflaron zapatilla absoluta a la recta final, que falta hacía. Volvieron empero al sosiego coral con “Standby”, con teclados un tanto orquestales y la mayoría de los asistentes botando, una de esas piezas de hermandad.
A partir de aquí, en los estertores finales, solo deberían permitirse cosas serias, y desde luego lo fue el contundente “Puta” después de que un sonido Hammond evocara el “Perfect Strangers” de Deep Purple o “Man On A Silver Mountain” de Rainbow. No disminuye el subidón “¡Que borde era mi valle”, ni por supuesto el fraternal “Ama, ama, ama y ensancha el alma”, que presentó traduciendo el título al euskera. “El canto de las utopías” es un buen tema, aunque no para finiquitar un show en el que se sentían ausencias como “Deltoya” o “So Payaso”, entre otras. Y esa despedida verbenera con el “Rockin’ All Over The World” de Fogerty se antoja quizás un poco fría, pese a que haga gracia a la parroquia.
Pero suponemos que esa es la verdadera gesta de Don Roberto, conseguir juntar a gente de lo más dispar ante un mismo mensaje, antaño transgresivo y hoy en día tal vez diluido, pero que mantiene ese sabor característico en el paladar del mismo modo que un cubata de whisky cola. Resquicios de malditismo y autenticidad.
TEXTO: ALFREDO VILLAESCUSA
FOTOS: MARINA RUANO
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10 comentarios
La camiseta esa de tirantas que lleva como sacada del taller de manualidades del Proyecto Hombre, pintura sobre tela, le está aguantando, ¿eh?. Debe ser de buen algodón. Yo llevo una para estar en casa y con los lavados se "apurgara".
La falda me recuerda una que llevaba mi tía Mariana que en paz descanse, era igual. Bueno, es una combinación estraña pero efectiva visualmente.
"Combinación extraña" quería decir.
No me calientes que me hundo, soñó por primera vez en Don Benito, antes de las ventas. La crónica, hace flaco favor al espectáculo monumental que llevan a cabo, es un espectáculo de casi tres horas y de excelente calidad, no le pongo ninguna pega, que haya temas "más lentos" no desmerece en absoluto.
*sonó (no me calientes que me hundo).
La intro es el solo de Extraterrestre, de Historias Prohibidas, que enlaza con Sol de Invierno. Gracias
Y OTRA VEZ MAS DE LO MISMO , YA ABURRÍS CON TANTO EXTREMODURO .
Y QUE CONSTE QUE NO TENGO NINGUNA AVERSIÓN HACIA EL GRUPO , PERO YA ES CANSINO TANTO Y TANTO....
Pues yo la ultima vez que los vi, hace 5 o 6 años, dije no vuelvo. No porque no me gustasen, sino por el ambiente. No me parece normal ir a un concierto de Extremoduro y que la gente te mire mal o se rían de ti por tener greñas. O que les moleste que saltes o hagas un poco el cafre. (Que conste que me acuerdo bien, pues en dicho concierto creo que solo me tome una cerveza, ya que me mangaron ocho € por ella. Así que tampoco iba borracho).
Pijos de mierda, si no lo digo no me quedo agusto.
me parece estupendo que en un concierto de rock halla gente de todo tipo y condición , es lo que soñaría cualquier artista de cualquier stilo, llegar a la máxima gente posible. el que se queje es un puto hipócrita, luego seguro que se va quejando de lo mismo de siempre, (El rock no tiene apoyos, las radios no nos ponen, no salimos en la tele, estamos marginados...etc etc) y luego ven a otra gente en un concierto con pintas diferente de la suya y se quejan.....
Ole por extremo duro yo vi su espectáculo en el palacio de deportes de santander, sentado tranquilamente en la grada, tomaándome algo y disfrutando del sonidazo y profesionalidad y seriedad que ofrecían.
Aparte de que haya picoletos y demás carroña en dichas actuaciones de esta banda hay que reconocer que su actuación en tierras vascas fue de sobresaliente con sus grandes clásicos de siempre además de su último plástico del que parece que ha gustao bastante en nuestro país.EXTREMODURO es un pedazo de banda y de las mejores de nuestro país desde hace años guste o no guste y a mí en ese aspecto me encantan!!!
La diversidad de personas en los conciertos, además de ser fascinante es NECESARIA. Acaso el rock es vestir con chupas de cuero ? Acaso no puedo ir yo con un vestido de flores y ser igual de rockera ?
Por supuesto, Extremoduro ha cambiado, ya no estamos en los noventa, y , estoy segura de que la mayoría de gente que critica lo 'comerciales' y 'moñas' que son ahora , son los mismos que se enervaban ante discos mal grabados y conciertos con pésimo audio. Basta ya de esta doble moral, por favor . Larga vida a Extremoduro .