Crónicas
Muse + Berri Txarrak + Cristal Fighters: Un aquelarre de la imagen
«Saltaba a la vista que aquella cita estaba más enfocada a la retransmisión en diferido por redes o televisión que al contacto real entre fieles y músicos»
Estadio San Mamés, Bilbao
Texto: Alfredo Villaescusa
Quizás fuera así desde el principio de los tiempos. Esa tiranía de la belleza que hace a sus portadores mirar al resto por encima del hombro, como si temieran contagiarse de algún mal que pudiera poner en peligro tan exclusivo don. Basta darse un garbeo un sábado por la noche para contemplar mil y una atrocidades de esas que no dejan muertos ni heridos. Por lo menos en el aspecto físico.
Ya nos alertaba hace no demasiado el gurú Frédéric Beigbeder en su obra ‘Socorro, perdón’ de esa inevitable simbiosis entre moda y fascismo que nos llevaría a reverenciar a las caras bonitas por encima de todas las cosas cual imperfectos discípulos de Lavater, que diría el maestro Larra. Un despotismo nada ilustrado que alcanzó su punto álgido gracias a las redes sociales.
El sarao montado por la prestigiosa cadena MTV en el estadio de San Mamés seguía al milímetro semejantes premisas. Gente guapa por doquier que te sumergía en un mundo tan irreal como las muestras sinceras de agradecimiento, unas piruletas y algodón de azúcar que no podrían camuflar la auténtica vacuidad que impregnaba en el fondo al evento. Porque allí lo importante no era la música, sino el postureo y salir bien en las fotos, por eso mismo se pudo ver a unos artistas más preocupados por la cámara que por establecer cierta conexión con el público real. Era como si en vez de personas lo que verdaderamente tuvieran delante fueran muñecos de paja, entes inertes tan inexpresivos como las historias de amor millennial contemporáneas.
En un recinto helador, con gradas laterales vacías y peña todavía por entrar, les tocó batirse el cobre a los representantes vascos de la noche, Berri Txarrak, que fueron casi un visto y no visto debido a su escasa media hora de actuación. Aprovecharon bien los minutos y por ahí sonaron piezas como “Jaio. Musika.Hil”, la nu metalera “Ikasten” o un “Denak Ez Du Balio”, que se reveló tal vez como lo mejor de su tiempo en escena. Recordaron a la víctima de la brutalidad policial Iñigo Cabacas, otro de esos sucesos de un repugnante corporativismo que confirman que la justicia en este país bananero es de chiste, y terminaron de forma abrupta con un “Eskuak”, con Gorka en solitario, que dejó a la mayoría con la miel en los labios.
Mucha polémica ha causado la inclusión de los navarros en el evento, con algunos que les acusaban de haberse vendido al sistema, pero probablemente lo suyo fue lo más auténtico de la noche. Sinceridad a prueba de balas.
Probablemente por sus vínculos con la cultura euskaldun también se pensaría en los buenrollistas Crystal Fighters, cuya rave aderezada de esencias milenarias ya habíamos catado en otros contextos más propicios para ello. Tras una intro de txalaparta que parecía que no se iba a acabar nunca, estos comeflores con miembros internacionales montaron un numerito de trapitos y bailarines del terruño que seguramente agradaría a los señores peneuvistas del palco. Entre el par de tordas moviendo el culo del escenario y los brazos del personal subiendo y bajando de izquierda a derecha, lo cierto es que costó sudor y sangre contener el vómito, algo a lo que no contribuyó desde luego la lluvia de confeti que finiquitó un recital hippioso, inofensivo y olvidable. Para fans de radiofórmulas y Paulo Coelho.
La expectación era máxima ante la aparición de Muse, que presentaban en exclusiva en la península su álbum ‘Simulation Theory’, a la venta el 9 de noviembre. Un hecho que tuvieron en cuenta al no bombardear en exceso con un material tal vez todavía no demasiado conocido por el respetable, pese a que hasta la fecha han publicado ya cinco sencillos. En su lugar, fueron a lo seguro tras el speech militar de la última gira y apostaron por un “Psycho” que puso a botar a las más de 30.000 almas que ocupaban el templo del balompié. Como las vacas al pasar el tren se quedaron la mayoría con las piezas nuevas “Pressure” y “The Dark Side”, aunque lo cierto es que no sonaban nada mal. Pero ya se sabe, no se acude a un concierto a descubrir temas que te cambien la vida, sino a escuchar esos temazos que te sabes de principio a fin. La materia reciente no entraba en el temario.
La enorme “Plug In Baby” otorgó uno de los picos de la velada y a la vez se convirtió en uno de los pocos testimonios de aquel inocente periodo antes de ser fagocitados por las masas en el que eran una banda muy parecida a Radiohead, una pena que en esta línea no rescataran también “Bliss”. El pop ramplón a lo U2 de “Madness” nos sobró por completo, no en vano quizás estemos hablando del peor corte de su trayectoria, acogimos con indiferencia la novedad “Thought Contagion” y volvimos a recuperar el interés con ese inolvidable falsete a lo Prince de “Supermassive Black Hole”, ideal para levantar cualquier garito.
Llegados a estas alturas, no podemos obviar que el sonido sigue siendo un auténtico quebradero de cabeza en el nuevo San Mamés, que se antoja un estadio más adecuado para eventos deportivos que para conciertos al aire libre. Nosotros estuvimos en pista a escasos metros del escenario sin demasiados problemas y a lo que nos penetró los oídos le faltaba bastante pegada, aparte de que la voz apenas se distinguía entre la maraña sónica, decían que en las gradas retumbaba más, no nos queremos ni imaginar el despropósito que sería aquello.
Volviendo al repertorio, nos seguían sobrando temas en un bolo en el que cada minuto debería ser de oro, pero no nos aburrimos con “Starlight”, otro disparo a los órganos vitales que nunca erra en impacto emocional. Y mantuvieron la racha con “Time Is Running Out”, de su recordada piedra angular ‘Absolution’, esos tiempos que ya nunca regresarán. La delicada “Mercy” no es ninguna maravilla, pero vale para que el pulcro Bellamy se regodee en esos característicos falsetes que deberían ya tener patente. La de veces que habrán sido imitados.
Dada la duración limitada del evento, pensábamos que al cumplir una hora ya no regresarían, pero se estiraron con “Uprising” y la morriconiana “Knights Of Cydonia”, que resultó épica hasta la extenuación con su ritmo inicial para calzarse poncho y mascar tabaco y esa parte final con coros subtitulados por las pantallas. Que la ignorancia no suponga hándicap alguno para cantar.
Como hemos dicho, hubo cortes de los que podrían haber prescindido en pos de una mayor inmediatez, pero saltaba a la vista que aquella cita estaba más enfocada a la retransmisión en diferido por redes o televisión que al contacto real entre fieles y músicos. Por eso no escatimaron en láseres de colores y gestos de complicidad hacia los objetivos que les grababan. Un aquelarre de la imagen que en realidad revelaba una profunda fealdad. Un retrato de Dorian Gray escondido en un desván.
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5 comentarios
¿Solo media hora de actuación por parte de una de nuestras mejores bandas como son BERRI TXARRAK?. Esta claro que los pelmas de esos de Muse sigue atrayendo en nuestro país a mucho pijito.
Hola MariskalRock.
Vivimos en la epoca de que cualquiera puede ser youtuber y por lo que veo, critico de musica.
Cualquiera puede dar su punto de vista de lo que sea, pero no debes de faltar el respeto escribiendo ni hablando, al referirte a dos de las componentes de Crystal Fighters (tordas culonas) puedes dar tu punto de vista sobre el concierto algo en lo que no coincido contigo ya que fueron muy buenos conciertos, por cierto estuve en tribuna baja y el sonido fue espectacula y respecto a la actuación de MUSE te propongo que veas el dvd del concierto HAARP Live in Wembley Stadium. A ver si ves alguna diferencia.
Un saludo.
Vaya crítica más basura. Lo primero, sin faltar al respeto,y menos en estos tiempos con comentarios machistas, y lo segundo, que a ti no te gusten canciones no significa que sean una mierda, la gente se emocionó mogollón con madness, que según tu es malísima. Conciertazos que tuvimos la suerte de disfrutar
He llegado aquí porque recordaba con nostalgia mi colección de la Heavy Metal, Kerrang, Rolling Stone, This is Rock; y por supuesto entrar a esta web, para mí referencia en el heavy.
Con tristeza he comprobado que la persona que ha escrito esta crítica carece de educación, dejando escrito en su estilo cutre un odio visceral a yo que sé que. Si a usted no le agrada algo, no acuda al lugar a vomitar. Yo estuve ahí y parece ser que vimos cosas diferentes. Creo que la diferencia fue que yo sí fui a disfrutar.
Has dejado claro tú ignorancia sobre Berri Txarrak y sobre Cristal Fighters. Sobre Muse no he llegado a leer porque la repugnancia que he sentido hacia tu manera barriobajera de escribir me ha producido vergüenza ajena.
En definitiva, me despido con tristeza. Me has hecho perder mi tiempo. No volveré. ¡Ah! Aprende modales. Y leer algo más no te vendría mal, que mi primo pequeñonsabe usar mejor las comas y subjuntivas.
No suelo estar de acuerdo con el autor, pero he de reconocer que esta vez ha dado en el clavo. Su pluma afilada ha descrito muy bien el gran circo de la MTV.