Crónica de Triángulo de Amor Bizarro: Maldito rock
22 diciembre, 2015 1:10 pm Deja tus comentariosSala But, Madrid
La noche que vivimos el pasado jueves en Madrid fue indescriptible. Se juntaron tres generaciones plenas de fuerza e intenciones de ejecutar una demostración de energía con el fin de marcar huella o, simplemente, pisar con fuerza sobre el panorama de la música actual. Es difícil pelear en las plazas madrileñas con una propuesta alejada del mainstream como la que vimos ayer: post punk, shoegaze y ramalazos del rock de los años 90 aderezados por el wall of sound que grupos como Sonic Youth nos enseñaron en paralelo a la época del sintetizador ochentero.
El batería de Berlina en estado de éxtasis
A las 20:45 hicieron acto de presencia, ante un público escaso que fue creciendo en número, los jóvenes Berlina, quienes presentaron algunas de las canciones que formarán parte de su nueva referencia, con un sonido que chocaba entre la tranquilidad de los Slowdive y el pedal grinder de unas guitarra que se mostraban atronadoras en cada tema. El resultado fue una actuación intensa con algunos momentos emocionantes y no faltos de calidad; sin embargo, empañó el show unas descordinaciones a nivel de percusión así como unos temas irregulares propios de un debut que todavía le falta rodaje. Aun así, tiempo al tiempo, ya que prometen bastante. Al finalizar el concierto, tuve ocasión de conversar con uno de los dos guitarristas y cantantes del conjunto, para comentarle el buen show que se habían marcado. Me respondió que para él había sido horrible, ya que, como su voz demostraba, estaba completamente afónico; algo inapreciable en el desarrollo de la actuación. Maravillas del shoegaze.
Parte de la formación de Automatics (la banda incluía también un segundo guitarrista y un teclista).
Tras una media hora de show, Automatics, proyecciones incluidas, hacían acto de presencia con nueva formación y disco, ‘Big Ear’, para reivindicar su relevancia en el siglo XXI. Nos presentaron un show contundente por momentos y aburrido por otros, pero rematado por una traca final que acabó dejándonos rendidos ante la agrupación. Los toques del rock británico con conjuntos como Pulp o Suede se escondían entre las guitarras ensordecedoras disparadas desde los amplificadores que presentaba el escenario, el cual contó con un juego de luces maravilloso. Hacía tiempo que no volvía a la But, pero grata sorpresa la inversión que han aportado a la escena.
Entre tanto, temas como "Monsters", "Watch Over You" o "Pop Star", resultaron interesantes, con unos toques electrónicos irresistibles. Lastima que la extremada pose del cantante, estático y desganado, te sacara de la ejemplar actitud que presentó el resto de la formación desde el primer momento.
El plato fuerte del día venía de la mano de Triángulo de Amor Bizarro. En la entrevista que les pude hacer en esta misma casa la mañana antes del concierto, les confesé que unos de los peores conciertos que vi a nivel de sonido fue uno suyo, concretamente el que ejecutaron en el MTV Beach de Madrid del año 2011 (cuando vi a My Bloody Valentine en el Primavera del 2013, la cosa tampoco mejoró). Por tanto, esta iba a ser la oportunidad para quitarme la espina clavada desde entonces. Y lo hicieron, porque son un maldito vendaval de actitud, energía y espíritu. Era una noche de puro rock y de celebración, ya que su nuevo disco ‘Salve Discordia' está a la vuelta de la esquina; sin descanso, fueron soltando la metralla propia de su arsenal. Temas desconocidos que llegaron sin nombre de la nueva referencia se alternaron con clasicazos como “El fantasma de la transición”, "La malicia de las especies protegidas", "Ellas se burlaron de mi magia", "El crimen: cómo ocurre y cómo remediarlo", "Estrellas místicas" o “Amigos del género humano” (y por qué no decirlo, himnos generacionales), que sucedían a transformaciones y derivas que llevaban a cada melodía a terrenos desconocidos; daba igual que fallaran los pedales a Zippo, o que algún punteo no quedara todo lo perfecto que podía haber sido: la pasión se palpaba y la tensión y el sudor se apoderaban sobre las tablas.
Por otro lado, amigos de los parches, atentos a Rafa Mallo: su batería incansable, una de las más rápidas y enérgicas que he podido disfrutar en directo, te hacían preguntarte si lo que estabas presenciando era algún tipo de elemento sobrenatural. Absolutamente imprescindible. Dos puntos más a destacar: su último single, "Desmadre Estigio", suena espectacular en directo; y la final "De la monarquía a la criptogracia", con el público lanzándose desde el escenario y el pogo dándolo todo. No hubo bis, pero es verdad que hubiese tenido difícil superar lo que vimos.
Dicen que en la música alternativa no se suda, que no hay pasión; que no hay rock. Que conozcan a los Triángulo. Ojalá el rock haga justicia con ellos.
Texto y fotos: Sergio Julián Gómez
@Sergio42
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