Crónica de Talco + Dr. Calypso + Ebri Knight: La danza del foc

25 febrero, 2016 11:05 am Publicado por  Deja tus comentarios

Sala Razzmatazz, Barcelona

Larga y apasionante la gira que una de las bandas más en forma del ámbito de la música combativa está llevando a cabo por la península ibérica, sin duda el lugar donde más cuota de popularidad atesoran por encima, incluso, de su Italia natal.

Talco arribaron a tierras catalanas para defender con su habitual entrega su última placa, ‘Silent Town’, y lo hicieron ante una inmensa sala tan abarrotada como idónea para un concierto de estas características. Es envidiable la oferta de locales para música en directo que hay en la ciudad condal para alguien llegado de Madrid, donde se antoja muy complicado encontrar una sala con una visibilidad y una calidad de sonido tan impepinables como las que se pueden disfrutar en la principal sala de este majestuoso complejo llamado Razzmatazz.

Ebri Knight

Ebri Knight

Tempraneramente, a eso de las siete de la tarde, daba el pistoletazo de salida el concierto de Ebri Knight, combo de Argentona (Barcelona) que ha acompañado a los transalpinos durante su periplo estatal y que pisaba su tierra para reivindicarse ante los suyos como la nueva gran sensación del folk-punk por nuestras latitudes. Ante un público entregado y masivo desde el minuto uno que cantaba de pe a pa todas sus canciones – emplean el catalán en ellas y fue un elemento más de identificación amén del mensaje de sus letras –, el combo nos contagió de su espíritu de lucha y sus irresistibles melodías folkies con una exquisita retahíla de temas extraídos, entre otros, de su espectacular último disco, ‘Foc!’.

Entre movidas melodías de violín y flauta, guitarreos certeros – si bien el vocalista portaba una acústica que acentuaba aún más la faceta folclórica – y un feeling brutal con el que empapaban a los presentes en cada uno de sus accesibles estribillos, fueron descargando temas como “Pastora”, “Els Herois”, “La Línia del Front” o “Campesino”, coreada a viva voz por los presentes puño en alto. Hubo tiempo de intercalar una folkie adaptación instrumental del cantar anarquista por excelencia, “A las barricadas”; un guiño al “Korshakov” de Boikot o sendas versiones del “No somos nada” de La Polla Records y “Drunken Lullabies” de Flogging Molly, que se sucedieron ante el éxtasis colectivo generalizado. No en vano, Ebri Knight encajarían a la perfección compartiendo cartel con estos últimos o con Dropkick Murphies, pues llevan su género hasta unas cotas de excelencia difíciles de alcanzar.

La inconmensurable “Foc”, punta de lanza de su tercer y último esfuerzo discográfico hasta la fecha; “Un Sol Glop” y la definitiva “Viurem Lliures”, animadísima declaración de intenciones que agitó un mosh pit que había sido espontáneo e incesante durante toda la actuación; pusieron el broche de oro al show de un grupo consagrado en el panorama catalán y que no debería de tener la llengua como óbice para su expansión a gran escala fuera de las mismas. Son una delicia para quienes saben apreciar la melodía y la reivindicación conviviendo como hermanas gemelas.

En otros terrenos musicales se mueven los también barceloneses Dr. Calypso, quienes a ritmo de ska y reggae con altas dosis de mestizaje y vientos por doquier entusiasmaron a buena parte de los asistentes, más conocedores de sus evoluciones a lo largo de su dilatada carrera inaugurada a finales de los ochenta que un servidor, dado que en Barcelona es todo un grupo de culto con el que muchos crecieron. Su estilo no es, ni mucho menos, tan movido como el de sus predecesores sobre las tablas, pero desde una mayor quietud, la gente vibró de lo lindo con el puñado de clásicos en liza, límpidamente y magnéticamente interpretados por diez músicos en su salsa.

Talco

Talco

El terreno estaba allanado a más no poder, con el público en el pináculo de la fiesta, para recibir por todo lo alto a los protagonistas de la velada, Talco, que hasta las cejas de energía abrieron la veda en medio de una lluvia de confeti con la movidísima “Il tempo”, tras la que “El sombra” completó una dupla inicial de cortes de su reciente ‘Silent Town’, tanteando así a una audiencia que ha abrazado con la fuerza de un oso halterofilista las nuevas canciones, parte ya inherente de un repertorio con mucha miga. “L’odore della morte” y la vibrante y trompetera “La parabola dei battagghi” fueron la antesala de uno de los momentos más palpitantes e incendiarios – literalmente – de la velada. Ataviado con una camiseta de Iron Maiden – ya a su paso por MariskalRock Radio nos confesaron su predilección por el heavy metal a pesar de la distancia estilística con sus canciones –,  el vocalista y guitarrista Dema se dirigió a la audiencia para presentar “St. Pauli”, tema dedicado al popular barrio obrero, club de futbol incluido, de la ciudad alemana de Hamburgo. La canción se desarrolló con una pancarta gigante del “St. Pauli Fan Club” sobre el escenario y con alguien encendiendo varias bengalas entre el público, todo un ejercicio de temeridad que, de todos modos, no hizo sino caldear más un ambiente increíble del que todo el mundo era partícipe.

Siguieron echándole gasolina al fuego con una nutrida sucesión de canciones verdaderas apologías de causas justas y incitaciones descaradas a brincar sin cesar, tales como “Testamento di un buffone”, “La carovana”, “La mano de Dios”, “La roda de la fortuna”, “Malandia”, “Punta Raisi” y “Tarantella dell’ ultimo bandito”, hasta echar el ancla en otro de los himnos de nuevo cuño más destacables, “Neverdad”, sucedido por una “La mia citta” que el guitarrista Jesús empleó de pretexto para cierto lucimiento. Equilibradísimo, por cierto, el volumen de los instrumentos eléctricos y el saxofón de Tuscia y la trompeta de Rizia, ambos firmes y seguros en un papel musical imprescindible.

“La seia vuota”, en cuyo arranque retumbaba la batería por cada esquina de la sala para desembocar en un jolgorio imparable, dio paso a uno de los instantes más mágicos de la jornada, la interpretación de la tradicional “Bella Ciao” con los músicos de Ebri Knight acompañando a Talco en escena. Fuimos acercándonos acto seguido a la recta final del concierto de la mano de “A la patchanka”, “Ancora” y “Silent Town”, para que, breve tregua mediante, “Signor presidente” e “Intermondo” desembocaran en la locura absoluta con el nuevo clásico ya irremplazable de los repertorios de la banda. Ellos lo saben, y por eso dejaron para bien avanzado el concierto la ejecución, impecable, de “Dalla parida miró”, un temazo expresivo y sin paliativos.

La cosa iba llegando a su final, pero no podía hacerlo sin que sonase la monumental “Danza dell’ autumno rossa”, una de esas canciones que no consigues sacarte de la cabeza ni queriendo. Más de uno se tiró lo que restaba de noche – y hasta el amanecer – coreándola una y otra vez (“aié, aié, aió”). “Tortuga”, culminada con un alegato independentista coreado al unísono por un gentío ávido de decidir, sentó los cimientos para construir un final apoteósico con las vigas de “La Torre”, en la que hubo incluso un “¡insistimos!” al más puro estilo SKA-P. Con “Hay que venir al sur” de Raffaella Carrà sonando a todo volumen y la gente bailando a su son mientras el grupo al completo saludaba, nos despedíamos de un recinto donde tuvo lugar una fiesta contestataria y alegre de las que perduran en la retina de sus concurrentes.

Texto y fotos: Jason Cenador

Etiquetas: , , , , , , , , , ,

Categorizado en: ,

Esta entrada fue escrita por Redacción

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *