Crónica de Poncho K: Humildad, rock y poesía
16 diciembre, 2015 1:48 pm Deja tus comentarios
Poncho K en acción
Sala But, Madrid
Atardece en un parque pretérito de Madrid mientras Rakel Winchester nos espera en un columpio y los primeros acordes nos abrazan como el viento de una tarde añeja de otoño. Poncho K nos da la mano con una puesta en escena idílica con la historia de un amor a bocajarro en “La cuenca”, tema que comparte con la cantante andaluza.
Acaba de empezar el que será el inmejorable colofón de ‘Caballo de oro’, la gira que ha llevado al sevillano por toda la geografía española durante este año bajo el título de su último trabajo. La cita se adivina como una noche épica dentro de la carrera del solista, cuya voz y guitarra han materializado la pureza del rock español a lo largo del último siglo.
A pesar de que el directo continúa con “De ninguna parte”, esta noche todos sentimos que el solista nos regala una parte de él mismo, sabiendo que él no está aquí de paso precisamente. Los ritmos andaluces que caracterizan al cantautor afloran en “Punki gitano”, tema protagonizado por el deje más peculiar del sevillano.
La miscelánea continúa con “Te digo que no te quedes” y “Borracho de la madrugá”, dos temas de su cuarto y tercer disco respectivamente, ya que no podemos olvidar que este último viaje del cantautor supone un repaso a lo largo de las seis obras que conforman su discografía. Mientras, las cámaras nos inmortalizan en lo que será el próximo DVD del artista en este encuentro que pone de manifiesto la humildad y maestría de sus letras.
Poncho K continúa desarrollando su último álbum con “Romper a volar” y “Quién apagara?”, temas clave para aquellos rockeros fieles al género en castellano. Una nueva vuelta de tuerca, llenando la sala de intensidad, llega con “Corrientes demolientes”, algo más de tres minutos que ejemplifican a la perfección el carácter de Poncho K y uno de los temas más reconocidos del mismo.
En esta noche, tal y como nos había prometido, Poncho K se ha rodeado de grandes compañeros. El segundo de ellos es el músico Rubén Pozo (ex Pereza) que, al igual que en la versión original, interpreta junto con nuestro protagonista “El último sol”, ofreciéndonos unos minutos de descanso en esta cita. En la misma línea, el compositor Carlos Chaouen nos regala su maestría en “La tarde viajera”, en uno de los instantes más señalados de la noche.
“Arrebatos de primavera” nos brinda un pedacito de cielo con una letra llena de sensibilidad y buen rollo a la altura de los más míticos del género en nuestro país. La energía empieza a burbujear entre el público porque, como el propio Poncho K señala, “todos somos manolito”.
El taciturno vocalista entre canción y canción aprovecha esta ocasión para recordarnos que “nos quiere mucho” en la recta final de esta cita, a pesar de que nosotros eso ya lo sabíamos. La delicadeza de “Una historia con las manos” nos mece, nos convierte en protagonistas por unos minutos y nos adentra dentro de uno de los temas más inspiradores de Poncho K, cristalizando su buena mano para la poesía más personal e intimista.
La sorpresa viene con “Mentiras de sal”, una canción de poco más de dos minutos tremendamente potente por varias razones: ritmos rápidos y la colaboración de Manolo Kabezabolo, invitado inesperado a esta cita. Este tema, uno de los más gamberros del sevillano interpretado con Evaristo (La Polla, Gatillazo) en su versión original, nos lleva al apogeo de un directo que está a punto de terminar de forma apoteósica. De eso estamos seguros.
En efecto, Poncho K ha elegido “Al marchar” para dar principio a una despedida que llega de la mano de Vito Iñiguez. El vocalista de Sínkope nos observa desde un banco callejero para cerrar los últimos minutos de “Verborrea”, regalándonos uno de los momentos más sensitivos de este encuentro, a pesar no poder disfrutar de la compañía de Robe Iniesta y Uoho como en su versión original. Y sí, nosotros sólo queremos quedarnos un ratito más, disfrutando de uno de los mejores cantautores de nuestra escena, de este parque que hoy nos envuelve de la humanidad que se respira y nos inspira Poncho K.
Texto y foto: Elena Mora Navas
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