Crónica de Los Benito + Re-verso: Directos al alma

Con menos recorrido pero no por ello con falta de ganas, la banda madrileña Re-verso abría la noche. A las 20:30 tuvo lugar la apertura de puertas y muy puntuales se subieron al escenario los miembros de esta formación, que continúa con la Circense Rock Show Tour, la gira que comenzaron a finales de 2016 con motivo de la salida de su disco ‘Canciones de circo de antaño’. Durante su actuación fue entrando la gente, pero en ningún momento estuvo el recinto tan lleno como lo hizo con Los Benito. Para todos aquellos que no pudieron ver a los teloneros: no sabéis los que os perdisteis.  

Nacieron en 2008 y desde el primer momento se embarcaron en la aventura de los conciertos, una experiencia que se dejó ver sin lugar a dudas en las tablas que mostraron. Hay otro rasgo en este grupo que es de admirar, y es que consiguieron crear una atmósfera particular incluso para quienes no les conocían de antes. A todos nos sorprendieron para bien, con una puesta en escena divertida, con máscaras de Vendetta, una fuerza arrolladora, momento mechero incluido y alguna frase reivindicativa en honor a César Strawberry antes de “No quiero ser un mimo”.

No tuvimos payasos siniestros ni malabaristas en este “Spanish Rock Show”, como ellos lo definen, pero sí contamos con Uge Pache en una suerte de maestro de ceremonias con chistera y frack y un equipo de antidisturbios encargado de ir paseándose por el gentío e ir lanzando miradas de sospecha mientras se hacían fotos con los presentes. Cabe destacar los matices en la música que recordaban automáticamente a Marea, parecido que se refleja en  la voz de Ger, el cantante, con cierto aire a la de Kutxi Romero (quien colabora en el plástico). Nos dejaron con muy buen sabor de boca y con ganas de escuchar más de ellos.

Pero no tuvimos mucho tiempo para lamentos, puesto que unos minutos después comenzó a sonar la épica BSO de la película “El Último Mohicano”, que anunciaba la llegada de Los Benito. “Somos Los Benito y llegamos por fin para hacerte sonreír, pues tu risa es lo que nos hace seguir” dice “La furgoneta”, y fue lo que consiguieron desde los primeros temas en un concierto que estuvo cargado de intenciones.

Durante “Autobús” y “Contra viento y marea” la Penélope fue llenándose hasta acabar casi reventada, pero no fue hasta “He decidido” cuando el público pareció despertar. Quizás las palabras que nos dedicó Quini agradeciendo nuestra presencia y el haber estado durante tantos años al pie del cañón para ellos fue un aliciente para devolver tanta generosidad. Por fin pudimos ver movimiento y manos levantadas que se dejaban llevar por el corazón, algo que sin lugar a dudas caracteriza a esta banda desde que se formara allá por 1997.

Quizás en estas dos décadas de carrera hayan pasado por dificultades, pero no pueden hablar de “Sueños rotos”, otro de los cortes que pudimos escuchar. Sin embargo, sí que pueden hacerlo otras bandas, y se encargaron de dejarlo bien claro culpando a los tributos del panorama musical actual. Con esta clara crítica a la comercialización, Los Benito pudieron decir eso de “Y no cambiamos ni un solo minuto” a gusto, porque en todo momento han seguido fieles a su particular rock and roll.

El ambiente que crearon con “Sonríe” fue de pura alegría. ¿Quién no pensó en la sonrisa de alguien en ese momento? ¿Quién no recordó viejos tiempos? No hay espacio para la amargura en los conciertos de Los Benito, pero sí para una ristra de sentimientos, empujada por la complicidad de Quini, Juan Manuel "Loko", Vicente y Nacho sobre el escenario.

La pasión y la energía de los músicos se hizo sentir en “Pikolo”, “Loko”, “La guarida de los gatos” y “Destino”, una tanda de canciones en las que disfrutamos como unos niños saltando y bailando. La música, el ritmo y el buen rollo que transmitían fueron los ingredientes clave de una noche en la que consiguieron un cóctel perfecto. Hablando de niños, para “Ayer soñé” el vocalista animó a varios de ellos a subirse al escenario, y allí estuvieron dándolo todo. Es un verdadero placer ver que las nuevas generaciones también vienen pisando fuerte.

En la recta final no podía faltar el ya mítico solo de batería de Ismael Vivo “Sexy”, que volvió a unirse al combo en diciembre. En este punto llegó el momento de ponerse nostálgicos con “Quisiera”, una de esas pistas que al sonar te trasladan a otro planeta muy distinto del que vivimos: sin guerras, sin muertes por hambre, sin fronteras y en el que existe la libertad. Los de Benétusser tienen ese don de llenar de matices sociales sus canciones, pero consiguen hacerlo en todo momento desde la sencillez y las ganas de hacerle mejoras al mundo.

Terminaron con tres cañonazos como lo son “Iros a la mierda (bla, bla, bla)”, “Aquellas cosas que solíamos hacer” y “Valencia ciudad”, con la que vienen cerrando sus espectáculos desde hace un tiempo.

Lo mejor de Los Benito es que a lo largo de los seis discos más el directo han logrado una esencia única que está presente en cada una de las canciones, de las letras y, por supuesto, de la que dejan un rastro en cada actuación. Sonreír, soñar y volar son sus tres palabras recurrentes, y puedo asegurar que esa noche sonreímos por lo vivido, soñamos con un futuro y salimos de aquella sala dispuestos a desplegar las alas y volar. En definitiva, nos llegaron directos al alma. Nosotros no tendremos seis vidas de más, pero esperemos que sí las tenga este grupo y que tengamos noticias pronto de su próximo trabajo (que según nos chivaron en el concierto podría salir por septiembre).

Texto: Anna Isabel Moher
Fotos: Víctor Carballo

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