Crónica de El Drogas: Todos los gatos del barrio conflictivo

21 noviembre, 2016 4:13 pm Publicado por  Deja tus comentarios

La Riviera, Madrid.

Ambientazo de gala en la capital para recibir a uno de los más grandes maestros de ceremonia del rock estatal: El Drogas. No sé si acabaron agotándose las localidades o anduvo muy cerca; el caso es que el público madrileño y aledaños respondió a la llamada de los navarros.

el-drogas-solo-la-rivieraPasaban apenas unos minutos de las 21h cuando el señor Villarreal y sus tres cómplices tomaban las tablas con un escenario minimalista, donde apenas unos amplis bajos y un telón liso de fondo obligaban tu atención sobre la música y los músicos.

“Están para violarlas” pega fuerte y no se andan por las ramas clavando de segundas “Barrio conflictivo”, donde el júbilo del público es notorio desde el primer compás y el sonido que sale del PA es grueso y contundente.“Sofokao” sigue arriba y mantiene el estandarte de la euforia en lo más alto, para afrontar un tramo de bolo donde iba a meter “Así”, “Come elefantes”, donde se despacha con sorna sobre la Casa Real; “Cero coma siete”, “Que mal rato” o “En punto muerto”, diluyéndose la intensidad instantes antes de “No sé que hacer contigo”.

“Tentando a la suerte”, “Fue 24D… ¿y qué?” y el siempre querido “Frío” de Alarma meten cuerpo a la actuación. El Drogas nos cuenta lo a gusto que está una vez más, y encaran otro trayecto brutal con “Oveja negra”, “Todos los gatos” y, por primera vez, se colgó la acústica para una emocionante “Cordones de mimbre”.

drogas-rivieraTras esto van a pisar el acelerador de verdad para adentrarnos en los últimos estertores. Y no se iban a andar por las ramas: “Bahía de Pasaia”, “No hay tregua”, “En la silla eléctrica” y “Todos mirando”. Ahí lo llevas.“Peineta y mantilla”, una mini-jam que ensamblan con “Empujo pa’kí” y “Azulejo frío”, que sirve para presentar a sus huestes y que Brigi se lleve una de las ovaciones de la noche, se los llevan a camerinos.

El encore es certero y vuelvan a descolgarse con dos rolas de los Barri, “Víctima” y una “En blanco y negro” que volvió loco al respetable, y que redondeaban casi dos horas de música en vivo hecha con el corazón, las entrañas y el saber estar de 4 músicos que, sin ostentaciones, suenan como un cañón. No apareció por allí ningún invitado ilustre, mas imagino que con ‘Un día nada más’ habrán quedado saciados por los tiempos de los tiempos.

Noche de grandes con una bandaza de los pies a la cabeza.

Texto: Javier Pérez
Fotos: Sandro Santos

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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