AZKENA ROCK FESTIVAL BATE SU PROPIO RÉCORD

Décimo aniversario de uno de los festivales predilectos para todos los que amamos el rock and roll con mayúsculas, en una preciosa ciudad, Vitoria, que además de música nos presentaba una gran oferta cultural, parte de ella dentro de la amplia agenda de actos relacionados con el Azkena (podemos destacar la expo del fotógrafo Pep Bonet en torno a la banda más brutal del planeta, Motörhead).

Nada más llegar y arreglar todo lo referente a las acreditaciones ya teníamos de fondo a Hughes atronando por los altavoces, así que echamos a correr para disfrutar de Black Country Communion, que se marcaron una actuación enérgica y vigorosa, con la garganta de Glenn que cambiaba con suma facilidad de registros, transportándonos al cielo en composiciones como “One last soul”, “Sista Jane” o el clásico de los Purple “Burn” con el que dio fin una corta descarga de 55 minutos.

Descanso breve para a continuación vibrar con The Cult, que nos quemaron literalmente el alma con temazos como “Firewoman”, con el que abrieron fuego metiéndose a todo el público en el bolsillo. Eran muy esperados y la gente se rindió a las formas de Ian a las voces y de Billy Duffy a las guitarras más una formación bien compenetrada con los dos fundadores de la banda. Celebradísimas fueron canciones como “Rain”, “Sweet soul sister” o trallazos macarras como “Dirty little rockstar”. Nos dejaron K.O. por su fuerza y las tablas sobre el escenario que tienen.

Con Rob Zombie llegó para mí la decepción, ya que el americano salió apenas sin bríos a pesar de temas como “Superbeast” que sonaron en el primer tramo de su descarga; no me esperaba esa falta de motivación por su parte. “More  human than human” de White Zombie en el ecuador de su actuación remontaba el vuelo para luego volver a decaer. Demasiados tiempos muertos entre canción y canción, demasiados momentos vacíos y demasiado lineal a nivel musical. “Dragula” cerró sin pena ni gloria.

Tenía mis dudas respecto a Ozzy pero tengo que reconocer que es lo más grande sobre el escenario, con su voz en plena forma. La banda le acompaña de manera perfecta, con Gus G a la guitarra perfectamente acoplado a “The Madman”. El set list estuvo plagado de clásicos como “Suicide solution”, “Crazy Train” y los sabbathicos “Fairies wear Boots” o, al final, “Paranoid”.

Un breve descanso para comer y nos fuimos de cabeza a ver la reunión de los míticos Kyuss –sin Josh Homme- bajo el nombre de Kyuss Lives! Nos dejaron alucinados con la fuerza stoner de sus composiciones. Sin duda uno de los grupos que levantó mayor expectación del jueves y que no defraudó en absoluto.

Al día siguiente nuestras miras estaban en Riff Truckers que en el escenario principal eran los encargados de abrir fuego. Una hora desde luego muy desagradecida pero los vascos no se amedrentaron y ofrecieron temazos a ritmo de rock sureño que eran una verdadera delicia. Lo mismo se puede decir de los americanos Blue Rodeo, con preciosas melodías pop que se daban la mano con la música country y pinceladas de grupos como Creedence Clearwater Revival. Tremendos y exquisitos.

Todavía nos quedaba mucho día por delante y disfrutamos del psychobilly de Reverend Horton Heat. No tuvieron el mejor sonido pero congregaron bastante público, aunque mostraron bastante frialdad. A nivel musical no se les puede poner ninguna pega.

Descanso al cuerpo y repaso a todos los puestos para adquirir discos, libros y demás regalitos, además de darnos una vuelta por los bares de Vitoria donde estaban expuestas fotos de pasadas ediciones del Azkena.

Cheap Trick salieron de manera bestial e hicieron una actuación fantástica que puso patas arriba a todos los reunidos con clásicos como “I want you to want me” o el aclamadísimo “Surrender”.

Tras los americanos optamos por perdernos Bad Brains y disfrutar de una joyita como los australianos Dirty York, con un deje plenamente stoniano y sucio que nos enloqueció y que tiene que ser referencia obligada para los que adoramos el buen rock and roll.

Más bandas, y es que en el escenario grande teníamos a los Primus de Les Claypool que encandilaron a toda la gente reunida con ese sonido tan personal que el grupo hace de corte progresivo / alternativo, aunque no sé si realmente se les puede definir siquiera así. Inclasificables, hasta en cortes más “accesibles” como “My name is Mud”.

Queens of the Stone Age se llevaron el gato al agua con todo el recinto a rebosar apoyando sin reserva a las reinas de la edad de piedra. A pesar de que se acaba de reeditar su primer disco, solo interpretaron del mismo “Mexicola”, optando por un repertorio lleno de éxitos –“No one knows”, “Feel good hit of the summer”...- en el que también dejaron un poco de lado sus últimos discos.

No había más fuerzas esa noche, así que a descansar para el último día que comenzó con los bilbaínos Juke Box set, una banda de buen psychobilly lleno de frescura que congregó en el escenario principal a bastantes seguidores.

De ahí en adelante nos lanzamos a ver a los salvajes New Bombs Turks a ritmo de punk rock sucio y certero enlazando con Gregg Allman, y es que nos perdimos a Band of Horses para ver la Expo de fotos entorno a Lemmy y compañía, pero una leyenda como Gregg no la íbamos a dejar pasar. Sentimiento, honestidad a ritmo de sus propias composiciones y temas de Allman Brothers como “Midnight raider”.

Antes de ver a Brian Setzer nos sorprendieron los suecos Knockout con ritmos de punk rock, psychobilly y actitud de fiesta que nos dejaron con la boca abierta. Brian -que se hizo acompañar del batería en Stray Cats, Sim Jim Fantom- se marcaría un show de rockabilly frenético y lleno de frescura con “Stray cat strut” como estandarte.

Paul Weller hizo un show impecable como siempre –con alguna que otra concesión al material de The Jam- y es que era una apuesta segura.

Thin Lizzy sustituyeron a Danzig con un horario malísimo como era las tres menos cuarto de la mañana, aunque “Don’t believe a word”, “Jailbreak” o “The boys are back in tow” levantan a cualquiera. Richard Fortus, que sustituye a Vivian Campbell, estuvo bien en su puesto como escudero de Scott Gorham.

Ese fue el punto y final de una décima edición que se celebró por todo lo alto, con más de 18.000 asistentes por jornada.

Texto: Charly rock and roll

Fotos: Juan Luis Herranz

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