ANA CURRA: RÉQUIEM FESTIVO

20 agosto, 2012 2:37 pm Publicado por  4 Comentarios

Kafe Antzoki, Bilbao

Dice el gran director de cine David Lynch que la vida es como una ametralladora que hace tanto ruido que te impide descubrir lo que se esconde detrás de las cosas. A veces no reparamos en detalles que a la larga se tornan fundamentales y que de haber prestado la suficiente atención nos habríamos ahorrado infinidad de malos tragos. Es lógico, en la vorágine contemporánea jamás dedicamos el tiempo adecuado a la reflexión, pensar es de pobres.

Pero hay momentos en que no queda otra. Casi todo el mundo conoce aquella historia del fatídico accidente de tráfico en el que murió el carismático Eduardo Benavente en plena flor de la vida, alma máter de Parálisis Permanente y auténtica figura de culto cuya influencia sigue notándose y reverenciándose a día de hoy por grupos post punk como Paralítikos, que en sus directos suelen interpretar “Nacidos para Dominar”, o Los Carniceros del Norte, que recientemente han editado un vinilo en edición limitada con cinco temas de Parálisis.

29 años después de aquel desgraciado suceso, la ex teclista de Pegamoides y pareja de Edu, Ana Curra, siente la necesidad de purgar demonios interiores y reencontrarse con un repertorio que por respeto no ha vuelto a tocar desde entonces. Según la propia Curra, se trata de un ‘réquiem festivo’ con ‘El Acto’, el único largo de Parálisis Permanente, como protagonista absoluto, sin descuidar esos impepinables singles que contribuyeron a cimentar la leyenda.

Y para una celebración de esas características nada mejor que el arranque de la Aste Nagusia bilbaína, una ciudad en ebullición que pretende olvidarse durante siete días de rescates y primas de riesgo. Pese a que tampoco confiábamos en el excesivo arraigo de la cultura gótica en el País Vasco, la sala presentó una más que nutrida afluencia con un respetable bastante variopinto, desde punkis o algún siniestro a la vieja usanza hasta señores mayores que en ocasiones delataban su filiación con camisetas de The Smiths o similares.

Con un leve retraso sobre la hora anunciada, una proyección con imágenes terroríficas daba la bienvenida a ese momento irrepetible tantas veces soñado por sus fans.  Como no podría ser de otra manera, “El Acto” iniciaba el recital, mientras una encuerada Ana Curra recibía una sonora ovación. Se la quiere mucho, pues ha sabido envejecer tan dignamente como el cancionero que esa noche iba a recuperar.

La versión del “I Wanna Be Your Dog” de The Stooges (“Quiero Ser Tu Perro”) tomó el testigo antes de que el himno “Nacidos para Dominar” nos pusiera los pelos de punta. Desde luego, impresiona escuchar estos temas desprovistos de la lamentable producción de la época y con una banda que añade un empaque sin igual, en la que destacan Manolo UVI al bajo o Rafa Le Doc a las baquetas. Definitivamente, es una ristra de cañonazos que tocados en condiciones suenan demoledores en directo.

Y en cuanto a Ana, ay… la musa de la Movida interpretó con dotes de actriz y cantó con descaro punk primigenio, en plan Morticia y los Decrépitos o la Alaska jovenzuela, haciendo que sus palabras se elevaran y resonaran por todo el recinto. Se acompañaba además de un palo de batería utilizado a modo de percusión, un martillo que golpeaba igual que si fuera una fusta sobre un cuerpo magullado.  Dolor y placer, una perversión muy recurrente en las piezas de Parálisis Permanente.

A ese propósito pertenece también “Te Gustará”, que entronca a la perfección con ese lado oscuro de la mente humana, y cambiando de tercio, no se olvidaron de su adaptación del “Heroes” de David Bowie, al que añadieron mayor velocidad e incluso un cierto matiz festivo. “Tengo un pasajero” difirió asimismo de la versión de estudio y atronó con distorsión abrasiva a lo The Jesus & Mary Chain, lo cual no impidió que la peña recitara la letra a pleno pulmón mientras Ana reproducía con el teclado esa atmósfera inquietante y le daba a la baqueta.

Para “Esa extraña sonrisa” se unió Rafa Balmaseda a las tablas, bajista original de Parálisis y que apenas ha cambiado de aspecto en todos estos años, una leyenda para los seguidores a la que algunos movidos por cariño y admiración hasta se atreven a dibujar. Y de repente sin comerlo ni beberlo llegó “Quiero ser Santa”, el acabose que elevó la figura de Ana hasta las alturas y la hizo alzarse cual divinidad por encima de los mortales. La espectacular acogida confirmó que este cancionero oscuro sigue muy vigente en la actualidad y que para muchos forma parte de la banda sonora de sus vidas.

Otro momento sublime se alcanzó con “Sangre”, un clásico imprescindible al margen de ‘El Acto’, y sobrevoló una vez más la sombra de Edu en “Esto No Es”, un corte originario de Escaparates, combo en el que militó también durante una época el fallecido.

Estaban en el País Vasco y lo suyo era rendir homenaje a uno de los grupos más queridos de la margen izquierda. Sí, hablamos de Iosu, Juanma y Pako, o lo que es lo mismo, Eskorbuto, que explotaron como nadie la vertiente más macabra y nihilista del punk. Ahí sonó “Adiós Reina Mía”, uno de los temas más desenfadados de ‘Demasiados Enemigos’, el último disco grabado por la formación original.

El trallero “Unidos” precedió al primer bis, donde relució la faceta de profesora de piano de Ana en un preludio de Chopin dedicado a ese gran ausente, y casi sin pausa enlazaron con “Adictos a la Lujuria” para delirio de la afición. Y ya lo último fue para matarnos: el himno “Autosuficiencia”, con la peña descontrolada y a punto de invadir el escenario, y para rematar: “Un Día en Texas”, que transformó la sala en un inmenso pogo generalizado que daba hasta miedo.

Una noche irrepetible desde cualquier punto de vista. Para aquellos que casi ni habíamos nacido cuando unos ex miembros de Alaska y Pegamoides inauguraran el movimiento siniestro en nuestro país junto a Gabinete Caligari o Décima Víctima fue algo histórico. Un réquiem festivo con el espíritu provocador de hace tres décadas. Magistral.

Texto y foto: Alfredo Villaescusa

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