AGAINST ME!: Y YO ERA UN ANARQUISTA ADOLESCENTE…

Kafe Antzokia, Bilbao

Cuando uno piensa en grupos de punk rock americano enseguida le vienen a la mente las melodías empalagosas de Green Day, Offspring y similares. Pero mucho antes que ellos, allá por 1979 en pleno Minnesota, existía gente como The Replacements, considerados los padres del rock alternativo y que ejercieron una influencia decisiva en bandas tipo Soul Asylum, The Gaslight Anthem y, por supuesto, en toda la eclosión californiana de mediados de los noventa a la que aludíamos en un principio.

Herederos hasta las cartolas de Paul Westerberg, Tommy Stinson y compañía son los también estadounidenses Against Me!, que añaden a la fijación nihilista y nostálgica por la juventud la condición de transexual de su cantante Laura Jane Grace, vegana militante y con conciencia política después de sufrir abusos policiales en repetidas ocasiones. Algo que fomentó su tendencia anarquista y de rechazo a cualquier forma de autoridad.

Pese a que en su país de origen hayan tocado en el festival de Coachella y sus discos hayan alcanzado la prestigiosa lista de Billboard, en la península pocos les conocerán, si tenemos en cuenta la raquítica asistencia que registraron en un inicio los también punkis británicos Caves, cuyo breve recital tampoco nos cambió la vida con su aire a los primeros The Jesus & Mary Chain y destellos shoegaze. Hay que reconocer que trataron de animar a las 20 o 30 personas que en esos momentos poblaban la sala, en especial su guitarra, que no dudó en bajar las escaleras y tirarse por el suelo dando vueltas cual gato panza arriba.

En una similar onda intrascendente situaríamos asimismo al otro invitado de la velada Roger Harvey, en un rollo más meloso, con medios tiempos de escucha agradable, muy para parejitas retozándose. Por lo menos para entonces el cotarro se iba animando con la llegada de personal hasta lograr una marca digna de más allá de la mitad del recinto. Al final ganaron algo de poso guitarrero, pero lo dicho, no creo que permanezcan en nuestra retina demasiado tiempo.

Todo lo contrario de Against Me!, con un directo espectacular, garra y una vocalista excepcional, que canta clavado, o incluso mejor, a lo que se escucha en estudio. Una tipa con clase en escena y esas características que cualquiera debería reunir en las distancias cortas, con cierta semejanza a Davey Havok de AFI, tanto por su palo andrógino como por su manera de interpretar, en concreto en esa época en la que eran fans de Misfits por los cuatro costados.

Dejaron de entrada los principios claros con “I Was A Teenage Anarchist”, acordándose de esa etapa vital en la que uno podría prender fuego al mundo, al igual que los Ramones, The Who, Meat Loaf y tantos grupos que glorificaban los años mozos. Y no tardaron en introducir su particular perspectiva de género en “True Trans Soul Rebel”, con épica de la costa Este, a la manera de The Gaslight Anthem o Bruce Springsteen. De hecho, actualmente la discriminación hacia los transexuales es muy similar a la que había hacia los negros en los tiempos del ‘Boss’. E incluso hoy en día, que se lo digan a los de Baltimore. El respetable estaba desatado, tal vez demasiado para un día a principios de semana. Pero con trallazos tan enérgicos del calibre de “White People For Peace” debería ser lo más normal del mundo. Además, la actitud que se notaba a las tablas animaba a ello, con su cantante rasgando a tope la guitarra y agitando la melena como si se tratara de una cuestión vital, acompañado por un bajista que parecía casi la viva reencarnación de Dee Dee Ramone.

Dieron la cancha debida a su genial último lanzamiento ‘Transgender Dysphoria Blues’ con “FuckMyLife666” y “Unconditional Love”, un hijo bastardo del ‘Berlin’ de Lou Reed que narra el camino autodestructivo de una chica atrapada en un cuerpo de hombre. Temática que combinan con ese poso de canción protesta que les lleva a mezclar de una tacada la crucifixión de Cristo con la muerte de Osama Bin Laden o las ejecuciones públicas por parte de los partisanos del dictador Benito Mussolini y su amante Clara Petacci.Pese a que en la Wikipedia los definen como folk punk, uno no acierta a ver ese semejanza con Dropkick Murphys y similares, salvo en su tendencia combativa y algún destello en plan New Model Army cuando sacaban la acústica, cosa que no sucedió a menudo, pues su bolo fue trepidante total. Aflojaron el pistón lo único en el final con la comercialoide “Black Me Out”, que puso a toda la peña a botar y se coreó con la fidelidad de un clásico, nadie diría que esa pieza cierra su reciente lanzamiento.

Con la categoría de señores ya ganada, volvieron para los bises reivindicando influencias con la versión de “Androgynous” de The Replacements, apropiada a más no poder. Y mutaron la relajación por la rabia punk de “Miami” y “Rapid Decompression”, al tiempo que el emocionado guitarrista de Caves se subía al escenario y les ayudaba a los coros. Esto sí que era echarle huevos, ovarios o lo que sea al asunto. Como si Pete Seeger hubiera conocido a los Sex Pistols. Esos sujetos míticos que te encuentras en un bar y no tardan en soltarte la legendaria coletilla “yo tenía el pelo más largo que tú”, podrían ahora incorporar a su limitado repertorio otra expresión igualmente descriptiva antes de sumergirse en su rosario particular de divagaciones y lugares comunes: “Y yo era un anarquista adolescente…”.  

Texto: Alfredo Villaescusa
Fotos: Marina Rouan

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