ROCK&MOTO:Desde Perú

22 octubre, 2008 2:06 am Publicado por  3 Comentarios

A todo Rock & Moto nuestro colaborador y amigo Javier Pérez sigue en su cuarto periplo por tierras del Sur de América (Los anteriores viajes los podéis ver en esta misma web picando en la sección de reportajes) bajo los auspicios de nuestras revistas y web así como la revista Moto Viva de nuestro grupo editorial. Esta es la primera de sus crónicas de otro intrépido y apasionante viaje sobre dos ruedas.

ROCK&MOTO
PARTE II

Amigos de Rock & Moto, de nuevo con vosotros para contaros en esta segunda entrega mis aventuras – y desventuras- por tierras peruanas.

Muchas e inesperadas cosas han ocurrido desde que contacté con vosotros , allá en Iquitos.

Después de los intensos e inolvidables días que pasé en la selva junto al mismísimo Amazonas (cocodrilos, boas etc. incluidos) regresé a Pucallpa para continuar con la ruta por el Norte del país. Tras un duro y accidentado viaje por una “carretera” repleta de cortes y desvíos con continuos e inesperados movimientos de tierras, provocados por las fuertes e intensas lluvias, llegué al desvío que debía tomar para subir a Yurimaguas, mi siguiente destino.

La sorpresa fue  encontrar cientos (no exagero) de patrullas policiales muy armados que me impidieron continuar a pesar de mostrar mil veces tanto mi  documentación cómo la de la moto totalmente en regla. 
Me repetían constantemente “bajo ningún concepto va a circular usted por esa carretera”. Yo asocié todo ese dispositivo de seguridad a las emboscadas ocurridas en días pasados con Sendero Luminoso, ya que decían que estaba en “zona roja en alto riesgo”.

Por lo cual, todos mis planes de continuar recorriendo Perú se desvanecieron en ese momento.
No tenía otra alternativa que continuar por el lado opuesto, es decir, al Sur, sin saber dónde terminaría el día.

Esa mañana la comencé con 40 grados y 154 m.s.n.m., terminando la dura jornada al borde de una hipotermia, en la ciudad minera de Cerro de Pasco a 4.300 m.s.n.m. y a un grado bajo cero, tras 700 Km. por una angosta “carretera” difícil de olvidar. Al menos, pude descansar en un hotel de “tres estrellas” dónde a falta de calefacción, me proporcionaron una espléndida bolsa de agua caliente...   

Después decidí ir a Lima. Una solitaria carretera plagada de curvas en vertiginoso descenso me llevó a la capital del país. Increíble el paisaje que me acompañó: Minas a cielo abierto, fantásticos “bosques de piedras” con caprichosas y curiosas formas...y por supuesto, las consabidas ruinas Incas, que tanto abundan en este país... vayas dónde vayas, las ruinas son las protagonistas, al igual que las ciudades, todas tienen su plaza de Armas.

Tres días estuve en la muy poblada ciudad de Lima (más de 7 millones de habitantes). Con la suerte de conocer a los socios del Lima Moto Club, María Inés su esposo y demás amigos que amablemente me mostraron lo más interesante de esa enorme ciudad, (gastronomía incluida) dónde todo tiene cabida.  

Siguiente destino: Trujillo. Aquí imperdonable sería por mi parte no mencionar mi gratitud a la familia de Francisco “Panchito” Cardozo, gente maravillosa por varios motivos.
Hasta esta importante ciudad del Norte de Perú, llegué después de hacer varias paradas por el camino, por ejemplo el espectacular y bellísimo Cañón del Pato. En realidad, necesitaría mucho espacio y tiempo para contar todos los sitios que visito en este intenso y extenso viaje, al igual que las mil anécdotas y experiencias que Km. a Km. voy acumulando, unas fascinantes, otras no tanto.  
Después de visitar las ruinas de Chan Chan, decidí no continuar con la ruta, dando la vuelta cerca de Chiclayo y de la tumba de “El Señor de Sipán”, dejando la visita para otra ocasión más propicia (¿?).
Así que tomé la Panamericana abajo, donde no han faltado paradas a sitios cómo Nazca y sus célebres “líneas” etc.  
Pese a los inconvenientes vividos, está mereciendo la pena el recorrido por este increíble país de fuertes contrastes:  selva, alta montaña, desierto, fantásticas playas...de la pobreza encontrada en la Cordillera Andina, a la prosperidad de las grandes ciudades costeras, de la masificación turística en zonas cómo el Machu Pichu, al solitario desierto del Sur....todo ello tiene su particular encanto, si además el viaje se realiza en moto, cómo es mi caso, entonces hay que añadir algo importante: la enorme sensación de libertad y satisfacción personal de vivir y saborear un viaje de este tipo. Paisajes, costumbres, gentes ...os aseguro que todo esto se disfruta mucho más a fondo a lomos de una moto.

Bien, voy terminando, en este momento me encuentro en  Chala, pueblo bañado por el Pacífico enclavado en esta desértica zona Sur del país. De nuevo me encuentro con unos graves conflictos que temo demoren mi salida hacia Chile. Unas importantes manifestaciones a causa del “Canon Minero”en la ciudad de Moquegua, con tiroteos incluidos, me están haciendo estudiar un camino alternativo para salir del país sin problemas.

Espero que lleguen unas fotos, especialmente una de un fiel seguidor de la Heavy Rock... el hombre se puso cómo loco al ver mi camiseta, enloqueciendo mucho más al regalársela..., y aunque no dispone de ordenador, me dijo que ya se las ingeniaría para mandaros saludos...

De momento es todo.

Agradeciendo vuestro apoyo, mando saludos para todo el equipo dewww.mariskalrock.com  Heavy Rock y Kerrang!

Javier Pérez. 
Perú, 29 Octubre 2008.

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ROCK&MOTO
PARTE I

Amigo Mariscal, desde Perú y en plena selva amazónica mando un cordial saludo a los amigos y lectores que siguen tu sección  Rock & Moto.

El viaje de este año tiene una connotación especial para mí, pues el grave accidente que sufrí en Escocia el pasado mes de Marzo, me hacía dudar ya no el venir a Perú...sino volver a subir en moto. Quizás por ello, confieso la gran emoción que he sentido al llegar a esta lejana y exuberante ciudad de Iquitos, algo impensable para mí tan sólo hace unos meses.
El pasado día 2 de Octubre salía de Buenos Aires con mi moto y un propósito...recorrer Perú. Aunque han pasado pocos días desde entonces, a mi me parecen meses, por la sencilla razón de que en un viaje de estas características, los días se viven de forma muy intensa. Son muchas las experiencias que Km.  Km. se van acumulando. Ciudades, pueblos, aldeas, paisajes, gentes encantadoras... incluso olores, todo lo que voy conociendo a mi paso es nuevo para mí, aun siendo mi cuarto viaje por estas tierras Sudamericanas.

Nada más llegar a Argentina y siguiendo la estudiada ruta marcada en el mapa, partí hacia Catamarca, con el objetivo de alcanzar el paso fronterizo de San Francisco y así entrar a Chile. La anécdota de este tramo fueron los 10 grados bajo cero que soporté una noche a 4.743 m.s.n.m. en el refugio fronterizo.

Después de alcanzar la costa chilena y bordeando el Pacífico, llegué a Arica, pasando a Perú por la ciudad de Tacna, emprendiendo el recorrido, digamos más turístico de mi visita por Perú. Arequipa, Cañón del Colca, Puno, Lago Titikaka y sus islas, Cuzco, Machu Pichu y el Valle Sagrado. 
Una vez terminado este tramo, inicié la subida al Norte del país por la Cordillera de los Andes. Caminos difíciles, casi intransitables me llevaron por ciudades cómo Abancay, Ayacucho, Huancayo, Huanuco, Tingo María y Pucallpa, esta última ya en plena selva amazónica.

También este tramo tuvo su anécdota, sin pensarlo ni pretenderlo me encontré en medio del segundo ataque que la organización Sendero Luminoso protagonizó cerca, muy cerca de dónde yo circulaba. Aunque siguiendo los consejos de la muy armada Policía, no tuve ningún problema.
Una vez en Pucallpa, dejo la moto para, en avión, desplazarme hasta Iquitos, lugar dónde me encuentro en este momento. Hasta esta preciosa ciudad no se puede acceder por carretera, ya que no existen. La comunicación es por río o avión. Confieso que me atraía más hacerlo por río, pero esa opción me hubiera llevado al menos 5 días sólo en realizar el viaje...y aún me queda mucho por recorrer...         

Digamos que este destino de Iquitos era el “plato fuerte” de mi viaje. Siempre soñé con navegar por el Amazonas y hacer una visita a esta zona de la selva, uno de los últimos reductos del planeta que aún conserva la pureza en su terreno.

La verdad es que está siendo una experiencia muy fuerte e inolvidable. Solamente verme rodeado de la espesa y exótica vegetación, la fauna, visitar los poblados de indígenas...pero indígenas de verdad, no de los preparados para los turistas...

Por cierto Mariscal, uno de estos indígenas se ha encaprichado de mi camiseta...y cómo no podía ser de otra forma, se la he regalado, por supuesto con foto  para el recuerdo que espero te llegue junto a esta pequeña crónica de viaje.
Nada más, ya os contaré mis aventuras con caimanes, boas, lagartos y lagartas  etc. en otra ocasión.
Mientras, mando un fuerte abrazo desde Iquitos, Perú.

Javier Pérez.
21 Octubre 2008.

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Esta entrada fue escrita por Ñako Martinez

3 comentarios

  • Dakarino dice:

    ¿Alguien se ha dado cuenta de que el recorrido que nos cuentan en este reportaje coíncide con el Dakar 2009?

  • Alejandro dice:

    hermano en Perú te faltó Huaraz, pero adelante rockero. gracias por tu visita y tus comentarios. Desde el Huascarán (6768 m.s.n.m.)saludos rocker

  • Amigo Alejandro, ¡claro que visité Huaraz!...Guardo unos entrañables recuerdos de esa tierra... Conmovedor fué para mí ser el invitado de honor en un bautizo al llegar a Caraz. Jamás podré olvidar aquella fiesta familiar, en la que fui obsequiado con un humilde detalle que guardo en casa con cariño.
    En la crónica que has leído menciono el bellísimo y espectacular Cañón del Pato. Seguramente tú lo conocerás bien y entenderás que me sienta afortunado por haber cruzado sus 40 excitantes "agujeros" y sus 15-20 puentes con mi moto inmerso en un paisaje alucinante... sin duda, uno de los tramos más espectaculares de mi viaje a Perú, por ello guardo un recuerdo imborrable de mi paso por esa zona.
    Hermosa tierra amigo!
    Saludos Rockeros!

    Javier Pérez.

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