EDGUY: AGE OF THE JOKER

13 septiembre, 2011 2:07 pm Publicado por  1 Comentario

Nuclear Blast

6/10

Parece ser que el bueno de Tobias Sammet reserva el grueso de su descomunal talento creativo para Avantasia y deja para su banda madre las propuestas menos osadas con la chulería del que no tiene nada que perder y no le aterra romper la botella. Tal es la impresión que se desprende de esta secuela en todos los aspectos del anterior largo ‘Tinnitus Sanctus’, pues ya desde el comienzo con la infantil “Robin Hood” y la insulsa “Nobody’s Hero” no encontramos nada que haga levantar la ceja lo más mínimo, aunque agradará a los que disfruten de la misma canción repetida una y mil veces. Por fortuna, la cosa mejora con el rollo progresivo y unas reseñables melodías a lo Kansas de “Rock of Cashel” y con ese sugerente banjo en “Pandora’s Box”. Siguen echando la vista atrás en “Breathe”, con un luminoso estribillo en la tradición del ‘Hellfire Club’, y en “Two Out Of Seven” recuperan con notable acierto la vena baladística a ritmo de un teclado reminiscente del “Why Can’t This Be Love” de Van Halen antes de levantar el pabellón con “Faces In The Darkness”, de lo mejorcito del álbum, sin duda.

¿Cuál es el problema? Se preguntarán algunos. Básicamente que les pasa igual que a ciertos chistes, al principio te hacen gracia y tal, pero cuando te lo llevan contando unos cuantos años acaba por saturar un poco. Por mucho que nos mole el aire Rainbow de “The Arcane Guild”, ese recurso revisionista ya lo emplearon en la época de ‘Rocket Ride’, por lo que a estas alturas de la película no resulta nada novedoso. Sin ser un mal disco, adolece de un fallo similar a su anterior obra: las composiciones piden a gritos algo más de lustre para evitar el estancamiento y esa sensación de ‘déjà vu’ predominante a lo largo del plástico.

En este asunto habrá quienes discrepen, no les empalague en absoluto y prefieran la receta de toda la vida hasta morir, otros abogamos por la opción de que sin alterar lo sustancial introduzcan ingredientes que otorguen sabores desconocidos o por lo menos no tan transitados en el pasado. ¿Demasiado pedir?

Alfredo Villaescusa


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Esta entrada fue escrita por Redacción

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