War With The Newts

War With The Newts

Autoeditado (2020)

Por: Alfredo Villaescusa

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Quizás debamos agradecer a la pandemia que a partir de ahora algunas cosas resulten mucho más provocadoras que antaño. Por ejemplo, algo tan básico en los bolos punks como montar pogo. Una práctica que resulta común en los conciertos por el norte de la península, pero que en otras latitudes suscita tanto rechazo que incluso ciertas salas colocan carteles advirtiendo de que está prohibido, como observamos una vez en el foro. Y ahora que no podemos tocarnos, esperemos que no se extienda esta medida de control social en pleno furor represivo por parte de las autoridades.

Por los motivos arriba mencionados, casi nos enamoramos de pleno cuando vimos una camiseta del grupo War With The Newts que rezaba “Voy a morir en un pogo”. Desde luego hay que estar chalado para crear algo así con tanto susceptible y aprendiz de madero en sus ratos libres, pero si uno mira las fotos de este trío berlinés compuesto por un español, un ucraniano y un francés parece que la cordura no es uno de sus fuertes.

Menos todavía si a cualquiera le da por escuchar el EP homónimo de este proyecto multidisciplinar que incluye el crowdfunding de un cómic que relata la carrera del grupo. Y como estos chicos no tienen pinta de ser especialmente tranquilos, la cosa promete. A modo de adelanto para posibles mecenas, decir que el argumento gira en torno a la invitación de una boda en París a la que acudirán importantes gerifaltes de la industria musical del momento y cuyo viaje estará salpicado por desventuras tales como peleas de bar o problemas con la policía. Emociones aseguradas.

Centrándonos en el contenido del EP que nos ocupa, empiezan abriendo el suelo bajo los pies con un trallazo del calibre de “Fire”, que en directo seguro que suena demoledor, casi se puede sentir el sudor en esos punteos deudores de los primeros Hellacopters. “Refugees” explota su faceta más hardcoreta, aunque no se privan de cierto deje vocal a lo Faith No More y ritmos en plan Rage Against The Machine que te harán saltar incluso si te encuentras solo en casa. Baja las persianas, no sea que los vecinos avisen al psiquiátrico más próximo.

“Sick” te producirá del mismo modo ganas de dar hostias, pero ojo, cuidado con cebarse con los muebles, que no tienen la culpa de nada. Esto en un festival debe ser una cura de salud total, igual que un balneario para los señores mayores. Y “All My Friends Are Alcoholics” se nos antoja su apoteosis autodestructiva o el momento idóneo para que la peña te levante en un bolo o vuele cerveza por los aires cual maná divino. Una pena que este inmenso festín de costra se termine con “Cocaine”, que con mucha ironía diríamos que también es para tomar pastitas. Pura rabia aderezada de aires alternativos en la estela de grandes como Hüsker Dü. Qué gustazo para amantes del ruido.

Deseamos desde ya que saquen otro disco completo, ya que este EP se pasa en un santiamén y el movimiento inevitable es ponerlo una y otra vez hasta reventar. Un colosal artefacto explosivo no apto para todos los públicos que podría estallar en manos de mojigatos y biempensantes. Que les den, el resto lo disfrutaremos como gorrinos. Entra en el culto.

¿Quieres saber más sobre la banda? Lee nuestra entrevista.

Alfredo Villaescusa
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