Firstborn

Firstborn

2808 (2017)

Por: Andrés Brotons

8

Buen disco de título homónimo el que nos ofrecen estos suecos tras un par de lanzamientos independientes, ‘Define Our Generation’ y el EP ‘Old Machinery’, que les han permitido hacer varios tours europeos a lo largo de los pasados años.

No es muy habitual el sonido que practica el joven combo, un estilo de rock alternativo muy de principios del 2000, muy parejo a los primeros trabajos de Linkin Park (obviando los rapeos de los americanos). Su género, no obstante, es mucho más orgánico y menos programado. Tras el inicio con el primer single y vídeo, la pegadiza y adictiva “Incomplete”, la siguiente rola “Slidewards” continúa esa línea melódica melodramática, con su vocalista Marcus Carlzon cantando al principio casi susurrando para ir in crescendo en el estupendo estribillo.

Por cierto, su voz me recuerda muchísimo a la de Dexter Holland de The Offspring, con los que guardan también alguna similitud en su sonido, refiriéndome evidentemente a las composiciones más serias del grupo punk y menos a su lado puramente happy. La labor de los dos guitarristas Joachin Ragnarsson y Simon Näsström también es reseñable, sorprendiéndome que no aparezca acreditado ningún bajista en sus filas.

“Stall” empieza de manera apacible, con piano de acompañamiento. La producción del disco está bastante lograda, aunque con este tercer tema te vas percatando de que quizás hay demasiada linealidad en la línea compositiva del álbum. “Where Is Your Home” rompe un poco la tónica más sosegada de las anteriores, mientras que “Headstrong” sigue la línea continuista de los temas de apertura. “What I Need To See” es otra de las que más atractivas me han resultado; podría ser un hit si vuelven a correr tiempos propicios para el estilo que practican. “The Last Fix” es otro corte donde destaca su original parte final, mientras que “Welcome To The World” es simplemente correcto. “Take Me Back” es de las piezas más lentas del LP, además de la más extensa junto a la primera.

Llegamos al final con “Bending And Breaking”, en la que la voz entra a la par que la música con una contundente batería. Por cierto, hablando del trabajo del “drummer” de la banda, el joven Johan Åberg, hay que reconocer que es de lo más destacable de todo el disco, con muy nivel y progresiones técnicas que les dan un notable empaque a los temas. El disco se cierra con “What Used To Matter, Won’t Matter”, con el inicio acústico más tranquilo de todo el disco, casi baladístico, para romper en el estribillo de forma más electrificante.

En definitiva, un “primer parto” muy loable, quizás algo opaco en su sonido, pero que demuestra que Firstborn cuenta con un talento suficiente para sorprendernos en próximos lanzamientos.

Redacción
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