Entrevista a Mägo de Oz (1ª parte): "No consiento que nos llamen vendidos"

Mägo de Oz al completo en 2015

El gran día del lanzamiento está a punto de llegar, ¿cómo esperáis la respuesta del público después de haberlo tanteado con sendos adelantos como La Cruz de Santiago y La Danza del Fuego?

(T): “Cuando hicimos la audición para unos sesenta fans, les encantó. Había muchos que se acercaban a nosotros diciéndonos que tenían miedo porque no sabían qué esperarse. Es verdad que la gente se tranquilizó mucho al escuchar “La Cruz de Santiago”, y dijeron: “¡Ostias, qué cosa más heavy, cómo mola!”. Así, se hicieron a la idea de que el disco va a sonar muy heavy, muy potente. A la gente le ha gustado mucho. Cuando nosotros hicimos este disco, lo hicimos para intentar mejorar el original y para mostrar el Mägo de Oz de 2015. No significa que lo hayamos mejorado, eso ya cada uno lo tiene que valorar; pero nuestra obligación era intentarlo, porque si no, no tiene sentido. Mi visión es que en muchas cosas está mejorado: producción, arreglos, contundencia, la voz también está mejorada…”

Desde luego, la gran barrera de cara al público era y sigue siendo el escepticismo que pueda haber, dado que ‘Finisterra’ es un disco muy querido e icónico de la trayectoria del grupo. ¿Es ese el principal fuerte que demoler?

(Z): “No hay por qué demolerlo, no pasa nada. Si hay un tío que no quiere ceder y dice que es mejor el ‘Finisterra’ del 2000, me parece muy bien, y que siga con su opinión porque me resulta totalmente legítima, no hay ningún problema. Lo único que hacemos aquí es una revisión, una reinterpretación de ese ‘Finisterra’, con los miembros que somos ahora, con las ganas que tenemos ahora y con los conocimientos y gustos que tenemos cada miembro del grupo aplicados a ese álbum. Al fin y al cabo es un ofrecimiento, un regalo. Si no tienes prejuicios hacia ello, escúchalo; si tienes prejuicios, te va a parecer siempre mejor el ‘Finisterra’ original. Nosotros tenemos ese detalle: “lo hemos hecho para ti, si quieres escucharlo sin ese resquemor, inquina o como quieras llamarlo, mucho mejor”. Creo que lo que ha sale a la venta es una obra de arte igualmente, como lo fue ‘Finisterra’, que tiene tu reinterpretación por parte de los nuevos miembros de Mägo porque llevamos tocándolo en directo mucho tiempo y tenemos interiorizado como son las canciones con el estilo nuestro. Si te llega a gustar mucho mejor para nosotros; si no, pues nada, tío, continúa con lo antiguo y todo va bien”.

Parece obvio que hay que juzgarlo fundamentalmente por lo que es en sí, sin que interfieran otros factores ajenos a lo musical.

(T): “¡Y porque es un regalo! Como una cosa no suple a la otra… Si a mí, como fan de Iron Maiden, me dicen que van a regalar ‘Killers’ con Bruce… (grita); ¡cómo molaría! Y a lo mejor, aún así, digo que el ‘Killers’ con Paul Di’Anno me gusta más, porque yo soy muy de Maiden. En nuestro caso, está hecho sin desmerecer lo que se hizo. Evidentemente, aquella fue una formación que nunca va a volver a existir con Mägo de Oz, jamás. Jamás va a estar Salva con nosotros, ni Kiskilla, ni Jos…; ni Fernando, el flautista, ni José… Es una formación que como ente no va a volver.

¡Casi rectificas en nombre de José para seguir con otro de los miembros!

(T): “No, no, lo de José es evidente que no va a estar. Estamos muy contentos sin él y él está muy contento sin nosotros. Primero, no tendría sentido, esto habría sido un engaño. Es decir: “Tanto que estás defendiendo esta nueva formación que mola, y ahora, ¿para qué llamas al otro?”. No tendría sentido”.

Luego hablamos más sobre el tema, pero antes sigamos hablando del nuevo álbum: ¿En qué facetas se demuestra más que habéis amoldado el estilo actual de Mägo de Oz a las canciones antiguas de ‘Finisterra’?

(T): “En el sonido de las guitarras, que es el mismo, con la misma ecualización y seis pantallas Orange, Engel y su puta madre que se utilizó para ‘Ilussia’. El bajo sí que está distinto, observaréis que está unos cuantos decibelios mucho más alto de lo normal. Es muy – y volvemos otra vez – Maiden. Para mí, en el heavy metal el bajo tiene que estar altísimo”.

Jason Cenador con Txus Di Fellatio y Zeta (Mägo de Oz)

¿Es más heavy este ‘Finisterra Opera Rock que ‘Ilussia’?

(T): “Pues en algunas partes sí, porque ‘Ilussia’ tiene canciones muy de hard rock como “Si supieras”, “De la piel del diablo” o “Salvaje”; y en este disco no existe ese hard rock, quitando “El que quiera entender que entienda”, que es un poco más hardrockero. ‘Ilussia’ también tiene mucho heavy; por ejemplo “Abracadabra” es un tema muy centroeuropeo. ‘Finisterra Opera Rock’ es muy heavy, hay canciones que rozan incluso el rollo industrial como “El Señor de los Gramillos”.

También hay mucho power metal en “Satania” o “La Cruz de Santiago”.

(T): Sí, ambos son los temas más parecidos a cómo componemos hoy en día, con la inclusión de esos corales en latín…

Sin embargo, “La Cruz de Santiago” es el tema más diferente con respecto a su original, de manera, además, abrumadora.

(T): “Con diferencia porque me he cargado la mitad (risas). El coro ese de “Brilla la Cruz de Santiago…” a mí siempre me sonó a “Margarita se llama mi amor…” (risas). Nunca me gustó eso, jamás. Pero la canción es de Frank. Mola mucho, pero Frank compone cosas que me pueden gustar a mí más o menos”.

Claro, es una banda, no es el grupo de Txus Di Fellatio.

(T): “Es obvio, hay cosas de Txus que a Frank tampoco le gustan. Eso sí, en el texto pone: “Arreglo de “La Cruz de Santiago”: Txus Di Fellatio”. Le dije: “Frank, ¿me dejas meterle mano a la canción?”; y me respondió: “Txus, por supuesto”. Yo intenté poner mi granito de arena, que es más pomposo”.

Hay quien puede decir que, dada la proliferación de colaboradores, estamos ante un disco “menos Mägo”. ¿Creéis que en alguna de sus acepciones es apropiado?

(T): “Yo lo veo igual de “Mägo” que todos los discos. De hecho, lo que hacen los colaboradores, aparte de tener la gentileza de invertir tiempo y cariño en haber colaborado con nosotros; es participar en canciones que ya estaban hechas. Otra cosa es que nos juntemos con 26 artistas y compongamos juntos un disco nuevo. En ese caso, sí sería “menos Mägo”. Pero aquí iban a cantar lo que estaba hecho. Sí que es verdad que cada uno le da su impronta y deja su sello, y una parte fundamental del éxito o del fracaso de este disco también es suya. Cuidado, desde aquí, aparte de agradecer a todos ellos la gentileza, también quiero agradecer la osadía de quererse embarcar en un álbum que va a estar mirado con lupa. Muchos artistas podrían haber dicho que no se iban a meter aquí, que no tienen necesidad de que los fans de Mägo les critiquen también. Es un disco arriesgado. Y todos, desde Niko del Hierro hasta Manuel Escudero, han dicho que querían formar parte de él. Además, nos hemos juntado con chavales que tenían 12 o 13 años cuando salió ‘Finisterra’, como es el caso de Adrián Phoenix, que dice: “Tío, habéis sido mis ídolos desde pequeñito y de repente mira, mi solo de guitarra sale en “La Cruz de Santiago”. Eso mola”.

Después de ‘Celtic Land’, habéis vuelto a rodearos de grandes nombres para confeccionar un nuevo disco con temas ya conocidos, ¿a qué metas responde esta nueva vía frecuentada por la banda?

(T): “No está programado ni nada así. Por ejemplo, en ‘Ilussia’ no hay colaboraciones, quitando la de Pilar Jurado. Cuando sacamos ‘Celtic Land’, la otra oferta que nos hacía Warner era hacer un “Grandes Éxitos”, y me niego. Me niego a venderles a los fans las mismas canciones de siempre con otra portada y hala, 20 pavos. Y con dos temas inéditos que son una puta mierda, porque si fueran buenos, te los guardas para tu nuevo disco. Desde aquí he de decir: ¡Los temas inéditos en los “Grandes Éxitos” son una puta mierda! Salvo honrosas excepciones, todo sea dicho. En vez de empaquetar veinte éxitos de Mägo de Oz, decidimos, como no había mucho presupuesto, quitar las pistas de voz y dejar a Zeta con otro cantante, ya sea guiri o español. A la hora de regrabar ‘Finisterra Opera Rock’ dijimos: “¿Por qué no lo hacemos como si fuera un musical?” ¿Por qué? Porque esto tiene una continuación en directo. Cuando lo presentemos en Madrid van a estar las 26 personas que han colaborado con nosotros. Y si fallan cuatro, se sustituirán por otros cuatro aunque no hayan colaborado en el disco. En Madrid, en La Riviera, serán dos días seguidos, uno por la tarde y otro a las 12 de la mañana, una matinal solo para menores o menores acompañados (Ndr: La entrevista aconteció antes del anuncio de la modificación de la ley para que los menores puedan acceder a las salas de conciertos). Queremos que parezca que estás en Broadway, que estén pasando cosas todo el rato, y que haya mogollón de artistas y colaboradores. Por eso pusimos lo de “Opera Rock”, que quedaría demasiado grandilocuente si solo estuviera Zeta”.

Entonces, ¿no responde a una estrategia de resurgir de cara a ciertos fans o de ampliar el espectro por Europa (por el nuevo sonido)?

(T): “¿Tú crees que utilizar a Adrián Phoenix nos va a reportar algo en Europa? (risas). Con todos mis respetos para Adrián, que es la bomba y va a ser uno de los mejores guitarristas del continente de aquí a nada. Sois como los periodistas de fútbol, veis más cosas que las que realmente hay. ¿Lo de las estrategias? Somos un grupo mucho más fácil que eso, nos movemos por el corazón. Fue en plan de: “¿Hacemos ‘Finisterra’?”, “¡No jodas, ¿sí?!”, “¡Ostia, venga, va!”. Pero pensamos en llamar a gente y que colabore. No olvidemos que el ‘Finisterra’ original ya tiene siete colaboraciones, que son muchas, y el único que ha repetido es Sherpa. Estaban él, Juan Gallardo (Ángeles del Infierno), Pacho Brea (Ankhara), Cecilio (Ankhara), Silver (Silver Fist, Muro), Óscar Lujuria haciendo coros… Y seguro que se me olvida alguno. Por ahí oigo que dicen que estamos sin ideas. Mira, no llevamos siete años sin sacar un disco. En tres años que lleva Zeta, hemos publicado ‘Hechizos, pócimas y brujería’ e ‘Ilussia’, dos discos nuevos. Y otra cosa no, pero ideas no me faltan; eso sí, muchas malas, lo reconozco (risas)”.

Sería imposible ir uno por uno para hablar de los invitados a este álbum, ¿qué criterio habéis seguido para escogerlos?

(T): “Amistad, bagaje musical y idoneidad en cada tema. Bagaje musical: Niko del Hierro; nunca he trabajado con él y es un bajista que me mola mucho y que en directo es un torbellino. Se lo propuse y me dijo: “Claro que sí, si llevamos toda la vida tocando juntos en festivales. Encantado Txus, ahí me tienes”. Me preguntó qué tema hacía y le sugerí “El que quiera entender…”, y ese le valió. Por amistad: Toni Menguiano, Leo Jiménez, Carlos Escobedo… Porque son amigos, independientemente de todo el bagaje musical que tienen, que no tengo por qué expresarlo. E idoneidad: Francis Sarabia para hacer rock and roll me parece el mejor cantante que hay en España, después de Txus Di Fellatio (risas). Manuel Escudero encajaba en “Santa compaña”, donde queríamos una voz potente, rollo Dio. En “Tres tristes tigres” queríamos algo diferente, cambiarla totalmente, y optamos por Diana Navarro. Sí nos une una cierta amistad, porque ya hemos colaborado en más de una ocasión, pero sobre todo es el fichaje bomba. A Pilar Jurado la gente ya más o menos la conoce, ha hecho una versión cojonuda, pero lo de Diana Navarro es como: “¡Ostias, una medio flamenca-coplera-new age! ¿Esto qué es?”

(Z): “¡Está bien definido!”

(T): “Entonces, más o menos eso ha sido el… el… ¡Me he quedado sin palabras! ¡Txus se ha quedado sin palabras!”

Es que lo de Italia ha sido duro, acabáis de volver de la gira y os veo con caras de muerte y destrucción.

(T): “Ha sido muy duro. A parte de eso, una banda que está acostumbrada a viajar en aviones, a hoteles de cinco estrellas, tener al alcance todo lo que queramos, porque en América somos muy grandes, puedo tener siete asistentes…”

(Z): “Pues no, pues aquí no”.

(T): “…Y en Europa estamos empezando. Cuando nos propusieron ir a Europa nos dijeron: “¿De verdad que queréis ir a Europa?”. Y nosotros: “¡Sí!”. Pues me lo dijeron claro: “Txus, olvídate de todas las comodidades, tienes que empezar desde cero”. Nos preguntaron si estábamos preparados, porque hay muchas bandas que no lo están para empezar de cero. Y yo dije: “Yo creo que si estamos preparados”. Si me lo dicen esto en la época de ‘Atlantia’ con José, te digo que ni de coña, pero ahora tenemos ilusión y queremos nuevos retos. Nos comentaban: “Olvídate de hoteles, no de cinco estrellas, sino que no hay dinero para hoteles. Vais a cobrar muy poquito porque no os conoce nadie”. Como no hay hoteles, teníamos que dormir en el autobús y lo aceptamos. Fueron seis conciertos seguidos, porque cada día libre teníamos que pagarlo nosotros. Fuimos con miedo, porque tengo 45 años y este señor (Zeta) 42; no tenemos 22 añitos. Aparte, te queda el rollo de: “¿Qué coño hago aquí si en México soy una puta estrella?” (risas). Estaba hasta la polla de comer pizza fría”.

¿Ha sido un aterrizaje en la realidad?

(T): “Ha sido una lección de humildad”.

(Z): “Una cura de humildad”.

(T): “¡Esto es ganarte el público! Entonces, cuando la gente dice: “Los vendidos de los Mägo”; les digo que no tienen ni puta idea”.

¿Os sentís más realizados ahora tras esta experiencia?

(T): “Sí, así es. No tengo que demostrar nada a nadie, primero porque no me conocen y segundo porque tengo muchísimas cosas que hacer al cabo del día que demostrar cosas a gente que no me conoce; pero sí nos hemos demostrado a nosotros mismos que realmente somos un grupo muy luchador y muy currante. Y lo bueno, tanto lo bueno como lo malo, es porque lo merecemos. Repito: tanto lo bueno como lo malo. Somos muy trabajadores, porque no teníamos ninguna necesidad de hacer un tour de seis conciertos seguidos con éste (Zeta) desgañitándose; y de tocar en sitios donde el equipo es el que hay y no puedes pedir más porque eres una puta mierda, porque no te conoce casi nadie. Tocamos en Múnich para 500 personas, que si eso lo hago en América, de la cara de vergüenza que se me queda”.

(Z): “Suspendemos, ¡eh!”

(T): “Sí, sí. El caso es que tras tocar en Múnich para 500 personas un martes, el promotor quedó muy contento. En definitiva, está bien partir de abajo y de decir: “Chicos, esto es lo que hay”. Nos ha costado mucho dolor de espalda por no dormir bien y estar a lo que estamos. Por eso, si alguien me dice que somos unos vendidos, no se lo consiento, no tiene ni puta idea de lo que es trabajar”.

Zeta, vocalista de Mägo de Oz, y Leo Jiménez

Llama la atención el aporte de Leo, quien estuvo en la órbita de Mägo de Oz cuando José Andrea se marchó y quien pone su voz “La Cruz de Santiago”, “Astaroth” y “Finisterra”, ¿Cómo os habéis sentido al escuchar su voz en temas de la banda y trabajar junto a él?

(Z): “En mi caso, es que Leo es mi colega y tenemos la amistad de por medio. Con lo cual, cuando llegó el momento de grabar “La Cruz de Santiago”, que empieza Leo con un puto Si en la quinta octava; le digo: “Tío, ¿y a qué te crees que venías? ¡Claro que venías a esto, a pegar los berridos que pegas!”. Tenerlo en el estudio fue contar con una colaboración con la que debería, por mi parte, arrodillarme ante él. Es un tío estupendísimo y tiene una voz totalmente privilegiada, con lo cual, menos mal que está y menos mal que canta en “La Cruz de Santiago” conmigo. Para mi es todo un honor”.

(T): “Leo era quien iba a ser el cantante de Mägo de Oz. Por aquel entonces, para mí era la elección, no la más pura pero sí la más mediática y la más rápida”.

¿No la más pura?

(T): “No, para mí era el fichaje, como traerse a Cristiano Ronaldo al Barça. Pero, ¿Cristiano es jugador para el Barça? A lo mejor no, pero le tengo. Ten en cuenta que en ese momento nos habíamos librado por fin de todo de lo que queríamos librarnos y el grupo estaba muy malo, muy enfermo. Yo nunca he negado que a mí Leo me parece el mejor cantante de este país. Yo lo admiro, y además somos colegas, pero evidentemente, Leo tiene una personalidad muy formada y arrolladora, y Txus tiene una personalidad muy formada y arrolladora. Mägo de Oz tiene una forma de componer muy ecléctica, pasamos del power metal a música celta haciendo hard rock. Leo es mucho más cabezón y le cuesta más tener la mente más abierta, con lo que íbamos a discutir mucho. La voz de Leo queda muy bien en algunas cosas de Mägo de Oz; en otras, es otro estilo de voz. Pero era el fichaje que yo necesitaba, y él lo sabe. Por eso yo le dije que fuera la opción de Mägo de Oz, y él no llegó a ser cantante de Mägo de Oz porque no quiso. Además, él cree en su carrera y lo está demostrando, y me alegro mogollón. Iba a ser un matrimonio... ¿cómo se dice?”

(Z): “Que tiene los días contados, que hay un punto en el que va a romperse”.

(T): “Era un matrimonio de conveniencia. A él le venía muy bien por todo el rollo que había pasado con 037 y a Mägo de Oz también, ya que habría sido tremendo decir que después de José Andrëa, el cantante es Leo. Tras desechar esa opción, empezamos a buscar a alguien que realmente cumpliese todos los requisitos para cantar todo tipo de canciones de Mägo de Oz. Y él es Zeta. Por eso, él es el cantante de Mägo de Oz, porque es capaz de cantar temas como Leo pero también puede cantar temas más hard rockeros en la onda de Sangre Azul, cosa que Leo no podría hacer. A mí, que Leo participe en las canciones de Mägo me sirve para motivar a Zeta sobre todo, y para tocarle los cojones”.

(Z): “Me los toca mucho, es cierto”.

(T): “Para mí la sombra de Zeta no es José Andrëa, eso está pasado. Y el nivel entre Leo y José Andrëa es abismal. En lo que se tiene que fijar es en quién hoy en día tiene sus facultades vocales al cien por cien y quién es el que le puede barrer del escenario, que no es José Andrëa, sino Leo. Muchas veces lo utilizo para picarle, porque Zeta no tiene nada que envidiar a Leo”.

(Z): “¡Pero me pica mucho!”

(T): “A veces hay que hacer de Guardiola. Es evidente que Zeta tiene su personalidad y Leo la suya, y Leo, aparte de tener una grandísima voz, es un tío que sabe estar en un escenario, lleva mucho tiempo. Zeta lleva tres años en primera división y va cogiendo el carisma poco a poco. Eso no se adquiere de la noche a la mañana a no ser que tengas un morro abismal, tipo yo, que aunque antes no hablase ni cantase, me la pela. ¡Tú a mí dame unas plumas y…! (risas)”.

(Z): “Hemos tenido nuestras conversaciones Leo y yo, momentos de decirle: “Tío, en “La Cruz de Santiago” me has comido”. Es así. Los fans escuchan “La Cruz de Santiago” y escuchan un Leo arrollador y a un Zeta que está haciendo una voz que es la suya, que es el asunto a defender. Al fin y al cabo, es una interpretación de la canción que se ciñe a lo que había en un principio, pero resulta que los fans escuchan a Leo y dicen: “¡Jo, es mucho mejor así!”. Yo estoy de acuerdo de que es mucho mejor así, pero amigos, tenemos lo que tenemos, tenemos a Zeta de cantante con una voz que no es tan rota, tan bestia ni tan burra; con una tesitura diferente. Leo es tenor ligero y yo soy tenor dramático. Quiero que comprendáis dentro de lo posible que tengo mis limitaciones. Por supuesto, tengo mucha ilusión y pongo mucho empeño y trabajo en hacer las cosas como queremos todos que salgan, pero evidentemente, a una niña no le vas a decir que haga un Do en la primera octava. Igual que ella no puede hacer eso, a mí me pasa a la hora de hacer un Si como hace Leo al comenzar “La Cruz de Santiago”. Ese Si nunca en la vida lo daré, amigos, ahí está Leo para darlo y espero que lo disfrutéis. Y nada más”.

Txus Di Fellatio, en los Estudios Cube

(T): (Dirigiéndose a Zeta) “¿Tú no te has planteado que hay mucha gente a la que no le gusta Leo? Hay quien dice: “Este tío no hace más que chillar, yo me quedo con Zeta mil veces”.

(Z): “Sí, las críticas vienen de un lado y de otro, pero yo me quedo con las movidas que me joden (risas)”.

(T): “Te quedas con lo que te jode, y eso debería de importarte bastante poco. Quédate más con la crítica que te haga el espejo, o con la que te haga yo, o con la que tú me hagas a mí. Pero yo escucho “La Cruz de Santiago” y oigo al Leo de toda la vida y a un Zeta que ha mejorado muchísimo y que no tiene nada que envidiar a Leo”.

(Z): “A un Zeta que está dando todo lo que puede para que los fans estén de acuerdo con lo que hay. Es sencillamente eso. Yo estoy orgulloso de lo que hago, por supuesto. Hay temas que no son como ese, como “La danza del fuego”, en lo que pienso que a lo mejor Leo no sería lo mismo, pero en “La Cruz de Santiago” me ocurre eso, que es un Leo arrollador, y todo mi apoyo y mi acuerdo con que para esa canción, Leo está muy bien”.

(T): “Desde aquí sí que quiero dejar muy claro que en este disco no hemos salvaguardado a Zeta para nada, no lo hemos sobreprotegido”.

(Z): “¡Me habéis pegado latigazos, hijos de puta!”

(T): “Esto es lo que es Mägo de Oz y esto es lo que es Zeta. Otro líder, otro componente, diría: “¡Uf! Que esta canción no la cante Leo, porque puede pasar esto”. ¿Qué Leo se sale? ¡Claro! ¿Qué esperabais? Pero Zeta también se sale”.

En canciones como “Satania” habéis querido reivindicar a Zeta como un vocalista de plena solvencia para el grupo, ¿está ya tan amoldado tanto en la banda como de cara a los seguidores como lo llegó a estar José en la mejor época?

(Z): “Me voy, me voy”.

(T): “Sí, porque mira, “Satania” la canta solo Zeta, precisamente para que no haya excusas. Y los agudos y los gritos que había en “Satania” hace quince años, siguen estando ahí. Pero la calidez de la voz que tiene Zeta, el gusto que tiene al terminar las frases y que se le entienda al cantar… Lo ha conseguido. Cuidado, estamos hablando de una versión que está haciendo Zeta sobre un José Andrëa que era una barbaridad cantando. Desde aquí, hay que ser respetuoso y objetivo. En esa época, probablemente era el mejor cantante que había este país. Cuidado, volver a hacer una canción sobre el José Andrëa de hace quince años es muy jodido y muy complicado. Pero Zeta ha ganado en cosas en las que José Andrëa fallaba”.

En cualquier caso, Zeta, tú eres el cantante de Mägo de Oz con todas las consecuencias pero también con todos los méritos.

(Z): “Los méritos es difícil que los tenga presentes todo el mundo, pero la cosa es que hace quince años que se grabó ‘Finisterra’. Yo tengo ahora 42 años, si hubiese estado hace quince años grabando ‘Finisterra’, quizá habría pegado más bestias algunas notas, con más garra o lo que sea. Amigos, esto es, sencillamente, una interpretación de lo que hoy en día es el cantante de Mägo de Oz. Siempre intento dar el punto para que la gente diga que le gusta, ya sea más o menos, pero que le gusta el cantante de Mägo y lo que es la banda. No tengo nada de lo que arrepentirme, estoy dando todo lo que puedo y si no llego al nivel que alguien pensaba, no hay nada más que decir, que siga con lo antiguo. Haber grabado esto con 30 años habría sido mejor, pero tengo 42 y una limitación de tesitura evidente”.

(T): “¡A mí también me gustaría tener a Lita Ford como cantante y no a ti! (risas)”.

Txus, ¿alguna vez fue Jero (Saratoga) parte de la lista de invitados?

(T): “No, nunca. Tuvimos conversaciones para ver si colaboraba pero nunca hubo nada en firme. Sin embargo, subió la noticia con aquel “próximamente os voy a dar una sorpresa” y “el que quiera entender que entienda”. Si lo hubiera soltado estando dentro de las colaboraciones, simplemente le hubiéramos tirado de las orejas, sin más, así que eso se lo tendrás que preguntar a él. Me imagino que malinterpretaría las conversaciones de “a ver si hacemos algo”, y si hay que invitarle para otro disco, pues se le invita. Ya que lo tiene subido, que haga un pantallazo dentro de tres años y lo reutilice”.

Repasando la historia del disco, con “Satania” y el hallazgo del CD-ROM, recordé que por entonces, Txus, mostrabas tus recelos hacia los ordenadores. Al final te has unido al enemigo, ¿no?

(T): “No he sucumbido, me defiendo como gato panza arriba, no como Zeta, que es mi antagónico en ese aspecto. Estoy en el siglo XXI y evidentemente algo tengo que sucumbir, pero mi ordenador está en el móvil, donde sí que recibo algún mail que otro. En casa no tengo ordenador y me cuesta horrores cada vez que voy de gira andar con las WIFI para meterme. No soy consumidor de Internet y el ordenador en sí no es una herramienta que utilice, aunque como compositor sería muy fácil para mí tener un programa en el que apoyarme. Pero en eso soy muy básico, tampoco sé cómo van las tuberías de una arqueta sifónica, llamo a un fontanero y me lo hace. Cuando necesito de la tecnología, llamo a Javi Diez y quedamos para componer. Eso hace que yo coja un taxi, me lleve a alguien o simplemente nos tomemos un café; en definitiva, convivimos. Veo que estos se mandan las partes de voces apretando un clic, y es rápido, cómodo y fácil, pero a mí no me gusta. Yo creo que la música todavía es un 90% de corazón y un 10% de tecnología. No significa que esté en lo cierto, de hecho estoy convencido de que me equivoco en ese sentido, pero tengo 45 años y ya me pilla muy lejos. Utilizo Internet para ver pelis porno cortitas, para leer alguna noticia en MariskalRock u otras páginas, y poquito más”.

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