Entrevista a Dee Snider: “Donald Trump es un racista y espero que no salga elegido”

¿Deberían los fans del rock y metal de toda la vida estar preocupados por el estilo diferente de tu disco en solitario o se trata simplemente de un paso más dentro de tu evolución musical?

“No creo que los metaleros tengan algo de qué preocuparse, aunque no creo que el disco vaya a gustar a muchos de ellos. Sin embargo, hay mucha música por allí que será de su agrado y también se pueden contentar con mis discos anteriores. Todo empezó como un reto por parte tanto de mi productor, Damon Ranger, como de mi mujer para hacer un disco que atrajera a un público más amplio y no solamente a los metaleros. Damon me dijo: ‘Dee, tú y tu música sois atemporales; los mensajes a través de tu música siguen siendo de actualidad, pero con la música que haces sólo capta tus mensajes una cierta parte de la gente, aunque todos conocen “We’re Not Gonna Take It” y “I Wanna Rock”. Siempre has cantado acerca de luchar por lo que crees y defender tus ideales. Eres la voz viva de la rebelión y tienes que ser escuchado’. Por otra parte, hace poco grabé unos temas de rock de la vieja escuela, junto a unos amigos, y mi mujer me dijo: ‘¿No puedes hacer algo nuevo? Llevas haciendo lo mismo desde hace 40 años’. Así que el nuevo disco es hard rock comercial en buena parte, pero otra parte no lo es, porque intento alcanzar al mayor número de gente posible”.

Bueno, a veteranos como Aerosmith o Bon Jovi  se les va bien haciendo rock comercial…

“Sí, pero yo no voy por esos derroteros: lo que hago está más cerca de unos Foo Fighters, 30 Seconds to Mars o Imagine Dragons, y temas-himnos a lo Queen, pero nada de tralla. De hecho, la tralla es la razón por la que disuelvo Twisted Sister. En los conciertos se me ve de una manera en la que ningún hombre a mi edad debería estar: saltando, rodando por el suelo…”

¿Y no vas a echar de menos cantar con Twisted Sister? Te imagino actuando en directo como un león enjaulado con este nuevo proyecto.

“No quiero que me malinterpreten; amo a los chicos de la banda y la disolución no es un reflejo de la situación interna. Lo que sí echaré de menos es lo que yo llamo el ‘temerario desenfreno’, esa especie de trance cuando actúo en directo. Vi en un documental lo que dijo el batería original de Overkill acerca de mi rendimiento sobre las tablas; se refirió a ella como ‘espástica’. Yo me quedé un poco alucinado pero mi mujer me dijo: ‘¿Qué creías, que estabas bailando?’ Sea lo que fuese, se trataba de dejarse llevar, de hacer lo que me salga del cuerpo en aquel momento sin pensarlo. Sin embargo, actualmente no me puedo permitir que mi cerebro, que tiene 20 años, controle mi cuerpo, que tiene 61, porque aunque estoy en forma, tarde o temprano acabaré haciéndome daño. Consecuentemente, no podría decir que este nuevo disco en solitario va a patear a vuestros culos (risas)”

Así que después del último bolo de Twisted Sister, se acabó lo de rodar por el suelo o botar como loco…

“No soy ni Ozzy ni Judas Priest ni Scorpions: si digo algo, mantengo mi palabra.”

Te has adelantado, justo te iba a preguntar si esta gira de despedida sería a lo Kiss, que llevan despidiéndose desde los años ’90…

“Tengo una camiseta de Ozzy donde pone: ‘No More Tours’ (1992). En serio. Cuando me tire al suelo al son de “Burn in Hell” por última vez, será de verdad la última vez. Ahora bien, si surgiera la posibilidad de tocar con Twisted Sister, “We’re not Gonna Take It” en algún concierto benéfico o “I Wanna Rock” en algún show televisivo, claro que lo haríamos. Pero se acabaron los shows de 90 minutos”

Lo parece claro es que este reciente disco contiene ideas e impulsos creativos que no pudiste desarrollar con Twisted Sister.

“Me encantan bandas como Nine Inch Nails o Red Hot Chilli Peppers, pero nunca se me habría ocurrido meter influencias suyas en los discos de Twisted Sister. La verdad es que cuando Damon empezó a traer ideas y melodías, inicialmente me eché para atrás porque había mucho teclado, pero él me animó hacerlo”

De eso se trata, que un artista se rete a sí mismo, ¿no?

“Claro. Yo me he metido en el mundo de los musicales, de la radio, del cine y de la tele. Lo importante es no repetirse”

¿Cómo te imaginas que sonaría un disco de Twisted Sister grabado en 2016?

“Sonaría a… vacío, porque no me imagino nuevos temas de Twisted Sister y seguramente a los fans les daría exactamente igual. Lo puedes ver por el interés que despertaron los últimos discos de Mötley Crüe o de cualquier otra banda clásica. Puede que vendan algo, pero nada en comparación con las millones de copias del pasado. También lo puedes ver en la reacción de la gente en los directos; cuando una banda dice: ‘Aquí viene un tema de nuestro último disco’, a la gente le entra ganas, de repente, de ir al bar o al baño. Estas palabras y un solo de batería nunca fallan a la hora de hacer que los fans quieran beber o ir a mear (risas). Estaba viendo una entrevista con Elton John y en un momento dado dijo que estaba nervioso antes del inicio de la gira, y cuando el entrevistador le preguntó el por qué, él dijo: ‘Porque voy a presentar temas nuevos’. En el momento que temas nuevos suenan en un concierto, la energía abandona al público, los fans ponen cara de circunstancias… y se van al baño. Esto pasa con todas las bandas veteranas”.

Bueno, siempre hay excepciones. Iron Maiden, por ejemplo, siguen vendiendo discos con cada lanzamiento, suelen tocar muchos temas nuevos en directo y a los fans les gustan…

“Yo les aplaudo y les respeto; además, son viejos amigos. Sin embargo, me acuerdo cuanto hicieron una gira por EE.UU. en la que tocaron su nuevo disco de entonces enterito, la gente estaba cabreada y Bruce les estaba increpando: un follón. Así que su gira siguiente se componía solamente de sus clásicos”.

Jason Cenador con Dee Snider

Quienes te han visto con Twisted Sister este verano, entre los que me incluyo, afirmamos sin ningún género de duda que estáis en un magnífico estado de forma.

“Me encuentro fenomenal y la verdad es que podría continuar con Twisted Sister más allá de estos meses, pero no me gustaría acabar como esos artistas o atletas que siguen por un show o un partido más. Es como cuando ves a Mike Tyson, por ejemplo, de cuclillas al suelo buscando a su protector bucal, después de haber recibido un puñetazo de Buster Douglas (Tokio, 1990). Respeto mucho a Van Halen, pero las crónicas de su última gira decían que David Lee Roth apenas podía cantar. La verdad es que llevo diciendo al resto de la banda que deberíamos dejarlo desde 2004. Es que no quiero defraudar a los fans; nadie puede ganar a la gravedad: todos, sin excepción, nos hacemos mayores y acabamos bajo tierra. Cuando algo se acaba, se acaba y punto. Estaba viendo a Joe Perry recientemente, que tuvo un ataque al corazón sobre el escenario. Si quieres ser como este tío, vale, es tu elección. Leí en una crónica, que cuando la reunión de una banda veterana sale bien, todos salen rejuvenecidos, pero si sale mal, entonces te das cuenta de lo viejo que estás. Me acuerdo cuando vi la primera reunión de UFO con Michael Shenker, hace años. Estuvo tan bien que me sentí como un adolescente: estaba botando y abrí camino hasta la primera fila a base de empujones, y la gente flipando conmigo. Le dije a mi mujer que me gustó tanto que íbamos a verles en la siguiente ciudad también, y ella me espetó: ‘¿Tú qué crees, que tenemos 20 años para estar viajando así a lo loco?’”

Admiro tu pasión y tu entrega. ¿Cómo mantienes este nivel?

“Sinceramente, cuando suena la intro y el público empieza a gritar y a aplaudir, mi nivel de energía se dispara. Y allí yace el problema: el cerebro tiene 20 años hasta el final pero el cuerpo, no. Seguro que puedo patear el culo de la mayoría de los frontmen veinteañeros, pero esto no va a ser para siempre. Quiero estar sobre un escenario por razones meritorias y no como mero vestigio nostálgico que dé pena sobre las tablas”.

Antes hablabas de rebelión. ¿Crees que para el rock sea honesto, debería mantener ese espíritu rebelde?

“Es una cuestión de actitud: el rock contiene mensajes y mi música también, y hay que conectar con la gente. Damon me dijo que debería hablar por la gente joven aunque yo sea un viejo. Si la gente joven ve que lo que haces, lo haces con pasión y crees en lo que quieres transmitir, puedes convertirte en su portavoz. No necesitan a un portavoz joven porque a los jóvenes les falta experiencia para expresar correctamente qué es lo que quieren, así que quiero convertirme en su mensajero”.

En España nos quedamos alucinados cuando vimos que tu amigo Donald Trump usó a tu himno “We’re not Gonna Take it” en su campaña electoral…

“Es verdad que somos amigos, pero todos tenemos a un amigo con quien no hablamos sobre política ni sobre deportes ni religión, los tres temas que pueden arruinar una amistad. Se puede estar en desacuerdo con un amigo acerca de temas sociopolíticos pero poder pasarlo bien de fiesta juntos. A lo largo de los años me hice amigo de su familia y me encantan como personas, pero ignoro la mayoría de sus posiciones políticas. Hasta hace dos años, él votaba al Partido Demócrata y nació en el estado de Nueva York (Ndr: un estado tradicionalmente votante de este partido), y para serte sincero, no creo que de verdad crea todas esas cosas que dice. Ahora eso sí, si te conviertes en defensor del racismo en tu discurso, entonces lo eres y me da igual si de verdad te lo crees o no. Si esas palabras salen de tu boca, entonces eres un racista. Total, que al inicio de su campaña me pidió permiso para que usara la canción y yo accedí porque es mi amigo. Le dije: ‘No es que subscriba todo lo que dices, pero eres un agitador, un provocador, así que dales caña’. Fue entonces cuando empezó a hablar sobre el muro en la frontera con México y sobre prohibir la entrada al país a los musulmanes. Unos meses después, le llamé y le dije: ‘Por favor, deja de usar mi canción. La gente cree que apoyo lo que dices. Yo no sabía que creías en esas cosas y no puedo apoyarte. Mi familia fue perseguida por razones religiosas; mis propios padres eran inmigrantes y yo no estaría aquí si América hubiese aceptado entonces lo que defiendes ahora’. Aquella misma noche, él dejó de usar la canción. Mis hijos, que están concienciados políticamente hablando, me animaron para que repudiara a Trump en público y yo les dije que él me había pedido el favor como un amigo; nadie antes me había pedido algo parecido y no quise decirle que no. Ahora, mi amigo está hablando en términos muy racistas. Sinceramente, espero que no salga elegido y si sale y me invita a la fiesta de su victoria electoral, no acudiré.  Para mí, representa una faceta muy fea de la humanidad”.

Pero es un amigo influyente y con poder, no se trata de un amigo cualquiera…

“Como sé que a los españoles os apasiona el futbol, voy a usar términos deportivos: tengo un amigo, un muy buen amigo (incluso llegué a tocar en su boda) que es seguidor de un equipo de béisbol rival al mío, y los seguidores de los dos equipos se odian entre sí. Ambos llevamos un gorro con los colores de nuestros respectivos equipos, pero nunca hacemos comentarios acerca de eso porque sabemos que una sola palabra podría estropear nuestra amistad”.

Solo por curiosidad, ¿Cuáles son los dos equipos?

“Los New York Yankees y los Boston Red Sox”.

Sinceramente, para mí eres el mayor frontman en la historia del rock. ¿Cuáles son tus pensamientos antes de salir al escenario y cuando actúas?

“Matar, matar y matar. Aunque me lo paso bien sobre las tablas, mi combustible es el odio y la agresividad; quiero destruirlo todo”

Pero si resultas precisamente lo contrario, tremendamente divertido…

“Bueno, os diría que preparaseis las bolsas para llevar los cadáveres (risas), pero también creo que juega un papel importante el temor a no estar a la altura de las circunstancias como frontman, y al contrario de lo que tú dices, al final de cada show siempre creo que la he cagado. Cuando salgo al escenario, salgo como una fiera, pero poco a poco me relajo y empiezo a hacer bromas con el público inclusive. Es como en algunas pelis de terror en las que hay cabida para el humor que sirve como alivio para tanta tensión. Había una variedad de emociones en los shows de Twister Sister, desde la ira hasta la diversión.”

¿Crees que el legado de Twisted Sister quedará en la memoria colectiva durante mucho tiempo como referencia ineludible dentro del ámbito rockero?

“Twisted Sister es una de las bandas que definieron una época, una banda emblemática. En 2014 hubo un spot televisivo para Radio Shack (Ndr: una cadena de tiendas de productos electrónicos) durante el descanso de la Super Bowl donde salían varios iconos culturales de los ’80, y hubo comentarios de que no hacía falta ni que saliera en maquillaje porque me reconocen todos. “We’re not Gonna Take It” es tan famoso que ha adquirido el estatus de un tema de folk tradicional. Se conoce en casi el mundo entero aunque seguramente en algunos lugares no sabrán al compositor, algo que por otra parte pasa con mas temas ochenteros. Puede que no hayamos alcanzado el nivel de éxito de Judas Priest, Metallica o Iron Maiden, pero tenemos un tema que siempre dibujará una sonrisa en la cara de la gente y eso es lo más importante para mí”.

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