Cuarenta años de punk inglés: Las 10 bandas imprescindibles del género

21 octubre, 2016 12:49 pm Publicado por  1 Comentario

El 22 de octubre de 1976 se publicaba “New Rose”, el single debut de los Damned, considerado el primer disco de punk inglés de la historia. Una excusa tan mala o buena como cualquier otra para celebrar el cuadragésimo aniversario de una de las más genuinas, excitantes, inspiradoras y perdurables corrientes surgidas del Rock’n’Roll. Con motivo de tan feliz cumpleaños, CRISIS, el programa de punk-rock de MariskalRock, glosa las diez bandas imprescindibles del punk, tanto inglés como americano.


Anarquía en el Reino Unido: Cinco imprescindibles del punk británico…

Sex Pistols

Los Sex Pistols son la cumbre artística (estética, musical), filosófica, y política, de 2.500.000 años de ocupación terrestre por parte de la especie humana. Los Sex Pistols SON el PUNK.

Erróneamente tachados de prefabricado montaje (un bulo transmitido a mayor gloria de su manager, Malcolm McLaren), fueron en cambio una de las más sinceras, espontáneas y peligrosas manifestaciones de la historia del rock’n’roll. Una pataleta de indignado desprecio y rabia contra la sociedad británica y sus instituciones, culpables de la desolación y falta de perspectivas (No Futuro), que los jóvenes, y especialmente los integrantes de la clase obrera, debían de afrontar en la gris Albión. Pero en lugar de lanzar espumarajos al aire, los Pistols dirigen certeramente su furia contra la reina Isabel II, quien a fin de cuentas representaba el “mascarón de proa” de esa sociedad y esas instituciones y, por lo tanto, personificaba de manera simbólica sus miserias y su decadencia. Nadie había ido nunca tan lejos. Aunque tampoco conviene dramatizar: la grandeza de todo ello reside en que no existía un elaborado plan político o un avanzado manifiesto ideológico. Sex Pistols eran cuatro chavales haciendo el gamberro.



The Clash

Los Clash fueron el GRAN grupo punk. Triunfaron bajo sus propios parámetros, sin hacer concesiones (su evolución jamás obedeció a aspiraciones comerciales); llevaron el esputo punk desde las alcantarillas de Londres a los grandes estadios de EEUU y, por el camino, propiciaron  un oficioso enlace entre el punk y la izquierda revolucionaria. No es menos cierto que si ficharon por CBS y abordaron América a la primera oportunidad, es porque querían triunfar. Pero su firme determinación de convertirse en rock-stars, y el modo en que lo consiguieron, lejos de componer un relato gris de avaricia y decadencia, los ennoblece aún más. Los Clash no buscaban comodidades o tranquilizadoras cuentas corrientes. Querían el mundo, pero estaban demasiado ocupados en disfrutarlo como para preocuparse de poseerlo. A pesar de sus defectos y contradicciones, abanderaron una actitud tan positiva y vitalista; predicaron un credo tan sano y constructivo, traducible en que todo individuo es capaz de superar cualquier vicisitud si conjura el esfuerzo y el entusiasmo necesarios, que merecen ser referentes juveniles no ya intergeneracionales, sino eternos.



 The Damned

El grupo más infravalorado de la historia. Y sin discusión, el más punk de todos cuantos existieron jamás. Cuatro lunáticos “seriamente necesitados”, como recuerda Lemmy Kilmister en su biografía, “de tratamiento médico”, cuya gran diferencia con los Clash y los Pistols fue su sempiterna carencia de un gran ideólogo (Malcolm McLaren, Bernie Rhodes…) ajeno al grupo. Siempre ha sido un maldito (“damned”) quien guiaba el timón del cotolengo. Fueron pioneros en todo: el primer grupo inglés en ser fichado, el primero en sacar un single y un elepé, o en salir por la TV. El primer grupo inglés en girar por América (su visita originó, entre otras cosas, la escena punk angelina), el primer grupo inglés en separarse, el primero en volverse a juntar…

En 1976 sacan su primera referencia, “New Rose”, un fiel reflejo de los anfetaminosos tiempos, y cuarenta años después, se mantienen en inmejorable forma, aún brutales en directo.


The Buzzcocks

Los Buzzcocks son la más perfecta conjunción de melodía pop y saña punk, y por sus letras no ha pasado ni pasará el tiempo. Muchas bandas punks se dedicaban a vociferar alegatos políticos, otras soltaban paridas graciosas u ofensivas, y los Buzzcocks se especializaron en consultoría sentimental para individuos frustrados (por ello su narrativa sigue vigente). Su mayor logro, sin embargo, fue el de llevar hasta el final la gran máxima punk “Do It Yourself” (“Hazlo tú mismo”): mientras el resto de grupos de su generación perdían el culo buscando un sello que publicase sus discos, los Buzzcocks decidieron fabricar y distribuir su EP debut ellos mismos, lo que resultó un inspirador ejemplo para infinidad de bandas posteriores.

El grupo se desintegró en 1981, pero volvería con fuerzas renovadas en 1989, manteniéndose en el candelero hasta el día de hoy, ofreciendo conciertos cojonudos (en directo son tan punks como en el ’76: estruendosos y chapuceros a más no poder) y sacando discos maravillosos.


CRASS / The Exploited

Hemos hecho trampa, sí, pero no os quejéis: en el quinto lugar tenéis dos bandas por el precio de una. La primera explosión punk fue efímera, como todo lo bueno. Hacia 1978, el motín se había disgregado en varias direcciones, inspirando multitud de propuestas musicales. Y la segunda generación de punkies lo que hizo fue exagerar las premisas esbozadas por sus predecesores. Crass y Exploited epitomizan esta tendencia, encarnando dos formas antagónicas de entender el Punk: los primeros (cuyo lema era “Paz y Anarquía”), recogieron el espíritu libertario, anti-sistema, ecologista y anti-belicista del movimiento. A los segundos (adalides del “Caos y Destrucción”), les iba la provocación escandalosa y el vandalismo anti-social. Pero su música molaba más.



Fuck the USA: …y otros cinco del punk americano

Ramones

Los Sex Pistols convirtieron el Punk en carne de tabloide, pero los Ramones lo iniciaron todo. Su legado configura una de las discografías más brillantes de la Historia del Rock’n’Roll y es la irrefutable prueba de que (ojo, habiendo talento –y el suyo no es de este mundo- y trabajo detrás), cualquiera puede hacerlo, siendo el virtuosismo instrumental más un obstáculo que una virtud. Los Ramones (que deben tal nombre a un pseudónimo usado por Paul McCartney) debutaron en 1974 y su carrera fue una ardua gesta en pos de un El Dorado que nunca alcanzarían (ellos no se conformaban con liderar el Punk; buscaban ser tan grandes como los Beatles). En veintidós años de existencia, con trece LPs publicados (uno de ellos bajo la batuta de Phil Spector), la familia sufrió varias remodelaciones (en total hubo ocho Ramones), pero los miembros originales fueron Joey (cantante), Johnny (guitarrista), Dee Dee (bajista) y Tommy (batería). Los cuatro, tristemente fallecidos a estas alturas. El documental “The End Of The Century” (Chinagraph, 2003), glosa de manera inolvidable la agridulce historia del conjunto.


Richard Hell

Si alguna vez ha existido un punk, ese es (con permiso de Johnny Rotten), Richard Hell. Los Ramones dictaron las bases musicales a las que atenerse y Ricardo estableció las directrices estéticas y líricas. Famoso –entre otras cosas- por recorrer los bajos fondos neoyorquinos enfundado en una camiseta que rezaba “Please, kill me”, Richard Hell fundó en el 73 los Neon Boys / Television, junto a Tom Verlaine; acompañó a Johnny Thunders en sus primeros pasos post-New York Dolls (fue el bajista original de los Heartbreakers); compuso junto a Dee Dee Ramone la sobrevalorada "Chinese Rocks" y terminaría liderando la logia punk (The Voidoids) en la que hizo la mili Marc Bell (futuro Marky Ramone). Los “Vacioides” publicaron dos elepés acojonantes, pero las servidumbres asociadas a la rutina de una banda de rock acabaron pudriendo a Richie, que se refugiaría en su faceta de escritor. Su himno por excelencia, “Blank Generation” rezuma decadente apatía a través de su portada, sus acordes y, por supuesto, su letra. La mía es la generación vacía, pero ni siquiera eso merece mi compromiso, lo tomo o lo dejo, según me dé la gana. Hasta los Pistols se apropiaron del apunte (¿de dónde te crees que salió "Pretty Vacant"?). “No había nacido y ya estaba pidiendo que me sacaran de aquí”: ¿puede llevarse la insoportable levedad del ser, más lejos de lo que encierra dicha frase?


Dead Boys

Los Chicos Muertos –triste acrónimo, por premonitorio- fueron un producto de impecable acabado, per-fec-tos exponentes de ese tóxico vertido americano que la historia encapsuló entre el pre-punk del 74 y la aparición del hardcore al ocaso de esa década. Delincuentes juveniles de Cleveland, amamantados a base de rock proscrito (Stooges, NY Dolls y Alice Cooper, por supuesto, pero también Aerosmith, Kiss… o sus paisanos los Raspberries), incapacitados para devenir en el proyecto hard-rock-glam que pretendían, pero poseedores de un don celestial para convertirse en referentes de todo lo que significó el término Punk, y a los que, como a una parodia manguta de San Pablo, el rayo divino de los Sex Pistols mostró la senda en la que dar rienda suelta a su autenticidad. Tras dos magníficos elepés, su cantante, Stiv Bators formaría el super grupo Lords of the New Church (con miembros de Damned, Sham 69 y Barracudas) y, desde junio de 1990, el pobre cría malvas.


Dead Kennedys

Si los Chicos Muertos fueron el prototipo punk americano en los setenta, los Kennedys muertos lo fueron en los ochenta. Surgen cuando la primera generación punk fenece, en el 79, y se esfuman, como casi todos los grandes nombres del hardcore (y, por extensión, la escena entera como tal) en 1986. Entre medias dejaron para la posteridad cinco elepés, un minielepé y siete sencillos, excepcionales todos.

Y sobre todo, fueron, si no los primeros, sí los mejores (por su impacto a nivel mundial) en difundir y establecer los pilares de una cultura punk (una forma de vida) basada en hechos concretos más allá de bonitas proclamas, pintas llamativas o vandalismo descerebrado. Su vocalista, Jello Biafra, fundó su propia disquera, Alternative Tentacles, en la que, además de a (casi toda) la producción de los Kennedys, daría cuartelillo a diversas glorias punks (7 Seconds, DOA, BGK, Dicks…), a propuestas musicales que difícilmente tendrían cabida en ningún otro sitio (Crucifucks, No Means No, Alice Donut…); serviría de lanzadera de proyectos que luego se consagran (Brujería, por ejemplo) y, hoy en día, sigue dando cobertura a diversos activistas políticos (Howard Zinn, Mumia Abu-Jamal, Judi Bari).


Bad Brains

No hubo exceso de punks de color entre las primeras hornadas del movimiento (aparte del sin par Don Letts o de extravagancias como los Pure Hell). Igualmente, el hardcore se engendró, supuestamente, como la primera subcultura juvenil americana genuinamente blanca, no por cuestiones racistas, sino por no bastardizar el blues en ninguna de sus formas (o eso dice algún teórico, sin demasiado crédito). Sin embargo, fueron cinco negros de Washington quienes tuvieron que venir a poner las cosas claras y establecer el baremo por el que todos los que vinieron después debían medirse. Bad Brains fueron la más sobresaliente manifestación hardcore que jamás existió, generadores de una intensidad en directo capaz de codearse con la de cualquier precedente histórico de música popular extrema (de James Brown a los Mc 5). Absolutamente demoledores.



Texto: José Delincuencia y Dani Mortaja (Crisis)

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