Crítica de David Gilmour: Rattle That Lock
30 octubre, 2015 12:15 pm 1 ComentarioPara todos aquellos que se quedaron con las ganas de escuchar más a Gilmour en el disco que finiquitaba la carrera de Pink Floyd el pasado año, ‘The Endless River’, casi enteramente instrumental y que solo contenía un tema cantado (el single “Louder Than Words”), llega ahora este cuarto álbum de la media alma del fluido rosa. De hecho, hay muchísimas similitudes con Pink Floyd y fácilmente podría haberse convertido en el nuevo disco del grupo. Por varias razones: desde la espectacular e impactante portada, diseñada por Davie Stansbie bajo la dirección de Aubrey Powell, hasta en el sonido imperante de este gran ‘Rattle That Lock’.
Grabado en su propio estudio personal, y coproducido por el ex líder de Roxy Music, Phil Manzanera, junto al propio Gilmour, esta magnísima obra da inicio con la bella instrumental “A.M”, perfecta introducción y carta de presentación al que le sigue el tema homónimo que da título al disco. Hablamos de un corte excelente, buenísimo; de estribillo pegadizo, buenos coros y que, como he comentado al principio, podría aparecer sin ningún problema en cualquier disco de su banda madre; es absolutamente brillante y cuenta con una de las coristas que ya trabajó en 'The Endless River', Louise Marshal. En su letra suma, además, la colaboración de la novelista Polly Samson, que interviene en cinco temas del álbum, como también cooperó en la letra del mencionado “Louder Than Words” del anterior disco de Pink Floyd. “Faces Of Stone” es una pieza lenta absolutamente preciosa, de las que solo el maestro Gilmour es capaz de concebir. Lo mismo cabría decir de la casi hipnótica “A Boat Lies Waiting” o del precioso medio tiempo “Dancing In Front Of Me”, con un piano jazzístico en la parte central de la canción muy sugerente.
En “In Any Tongue” colabora precisamente en el piano el propio hijo del célebre vocalista, Gabriel Gilmour, en un tema en el que destaca también el espectacular solo de guitarra del propio David. Si cierras los ojos y solo sientes, te embaucará la belleza de la instrumental “Beauty”, que vuelve a ser puro Pink Floyd. Hasta su título, y algunas partes, rememora a composiciones clásicas del mencionado combo como “The Happiest Days Of Our Days”. “The Girl In Yellow Dress” es un sorprendente e inspirador corte de puro jazz que encantará a los amantes del género, con un David Gilmour muy sentido en su interpretación y una sugerente interpretación del saxofonista de Arcade Fire, Collin Stetson. Un corte que posiblemente descoloque a los más puristas fans del artista.
Vuelta a los sonidos pinkfloydianos con “Today”, un tema que se inicia con una coral y un sonido que, irremediablemente, te retrotraerá a la era de The Wall. El álbum se cierra de manera brillante con la instrumental “And Then…”, otra composición inspirada compuesta íntegramente por este maestro del rock progresivo.
Una lástima que España no esté en la lista de su actual tour europeo (el año que viene toca el americano), pero nunca se sabe. No obstante, no hay que perder la esperanza. Por eso, os animo que reventéis esa cerradura de este disco para escuchar la esencia del fluido más mágico de la historia del rock.
Andrés Brotons
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1 comentario
Al parecer según he leído, este nuevo álbum del maestro GILMOUR ha cumplido todas las expectativas para ser un gran lanzamiento para el estilo musical que practica este genio donde puede abundar tantos temas melódicos como cañeros con su rollo experimental.La portada esta preciosa!!!