"Y el Oscar va para...": Un recorrido por las mejores canciones de la historia de los premios de Hollywood
7 febrero, 2020 6:02 pm 6 ComentariosRichard Gere vestido con su impoluto uniforme blanco de la marina, entrando en la fábrica, besando a su chica y llevándosela en brazos mientras todas las compañeras aplauden al ritmo de “Up Where We Belong”; Rocky petándolo mientras su rival, Clubber Lang (“tres asaltos Balboa”), prepara su combate por el título al ritmo de “Eye of The Tiger”; Simba y Nala retozando alegremente con “I Can’t Feel The Love Tonight” de fondo, cumbre de las azucaradas baladas Disney a cargo de Sir Elton John; Lady Gaga echando a volar con “Shallow”, mientras nos hace creer que canta en un estadio por primera vez. ¿Qué sería del cine sin todas esas grandes canciones que nos acompañaron en las escenas más míticas del séptimo arte?
La propia academia de cine estadounidense parece ser consciente del papel protagonista que la música juega en sus películas, pues lleva desde 1935, año de la séptima edición de los Premios Oscar, reservando un galardón para la “mejor canción original”. Esta categoría se ha convertido con el paso de los años en toda una tradición de la fiesta de Hollywood, tradición que sería redondeada en 1945, cuando se inauguró la costumbre de interpretar durante la gala las canciones nominadas. Y qué mejor manera de empezar una tradición, que haciendo cantar al ídolo musical más grande de aquellos días, Frank Sinatra, en la que sería su primera aparición en unos premios que acabaría por frecuentar a lo largo de los años, ya fuera como actor nominado, ganador, intérprete o, incluso, como presentador en dos ocasiones.
Sin embargo, si los films premiados nos han dejado recuerdos imborrables, las propias galas en los que fueron reconocidos no se han quedado atrás, regalándonos auténticos momentos de película, como el de Bruce Springsteen poniendo su flamante estatuilla ganada por “Streets of Philadelphia” sobre la mesa de la cocina del hogar familiar, ante la orgullosa mirada de su padre, que solo acertó a decir: “Nunca más volveré a decirle a nadie lo que tiene que hacer”. Y es que un Oscar es un Oscar y si no, que se lo pregunten a Bob Dylan, que concierto tras concierto lleva el que ganó por “Things Have Changed” sobre el escenario (tema que compuso para la película de Curtis Hanson, ‘Jóvenes prodigiosos’).
Que una leyenda de la talla de Dylan -ganador de un Nobel o un Pulitzer en otros reputadísimos premios-, se lleve su Oscar consigo a todas partes, nos da una idea de la dificultad y el valor que tiene este galardón. Aunque en otras ocasiones, como en el caso de Elton John, lo más dorado que hemos visto bajo los focos han sido los propios trajes del inglés, si bien en su caso, puede que las tres nominaciones que se llevó por la banda sonora de El Rey León, y su reciente candidatura por “(I’m Gonna) Love Me Again”, aparecida en su biopic, ‘Rocketman’, le hayan hecho ver las cosas desde otra perspectiva.
No obstante, no deberíamos dejar que las tres de cinco candidaturas de Reginald Dwight en la edición de 1994 nos confundan -de hecho, su caso entre otros contribuyó a que desde 2008 el máximo de nominaciones a mejor canción que se pueda llevar una misma película sean dos-, ganar un Oscar es extremadamente complejo, algo de lo que puede dar fe Randy Newman, compositor de cabecera de Pixar -autor entre otros “melocotonazos” del “Hay un amigo en mí” de Toy Story, que necesitó de quince nominaciones para llevarse su primera estatuilla (que llegaría en 2002 por el tema central de ‘Monstruos S.A.’).
Otra pista sobre lo extremadamente complicado que es alzarse con un hombrecillo dorado la podemos encontrar en la gala número 57 celebrada en 1984, año en el que las cinco canciones que competían por el galardón… ¡eran números uno! “I Just Called To Say I Love You” del genio de Motown, Stevie Wonder, se hizo con la estatuilla, dejando por el camino auténticos clásicos como el “Footloose” de Kenny Loggins, o el “Ghostbusters” de Ray Parker Jr. -litigio por plagio con Huey Lewis and The News mediante, que al año siguiente competerían con su inolvidable “The Power Of Love”, que ponía ritmazo a una de las obras maestras del cine de ciencia ficción, ‘Regreso al futuro’.
A partir de aquí podríamos centrarnos en todas esas canciones que debieron haberse llevado el premio y a las que no les acompañó la suerte, o incluso en esas composiciones fantásticas que ni siquiera llegaron a estar nominadas (véase el caso de este mismo año, en el que “Glasgow”, de la película ‘Wild Rose’, no se encuentra entre las cinco contendientes). Pero eso es algo que reservamos para And The Oscar Goes To… un especial de dos volúmenes que os hemos preparado desde la Choza del Rock, en los que repasaremos estos más de ochenta años de Oscars a la mejor canción original. ¿Qué canciones se quedaron sin estatuilla injustamente? ¿Cuáles han sido los mayores agravios de lahistoria? ¿Cuál ha sido la “mejor canción original” de todos los tiempos?
¡Esperamos vuestros comentarios!
Fdo: Ismael Molero, presentador de La Choza del Rock
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6 comentarios
Buena elección por parte de estos dos clásicos de Springsteen y Dylan en dicho programa.
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