Crónica de Tarja Turunen: Potencia vocal en estado puro
10 noviembre, 2016 12:13 pm Deja tus comentariosSala Joy, Madrid
Llovía, y mucho, en Madrid, pero eso no iba a ser suficiente razón como para impedirme acudir a la cita del fin de semana. La céntrica Sala Joy me esperaba con sus anfiteatros, sus sillones, sus cervezas a cinco euros (sí, cinco eurazos) y, por supuesto, su sonido y luces fuera de serie, y todo esto para recibir a la artista que hace unos años me abrió las puertas del metal sinfónico: la incombustible Tarja Turunen.
Desde luego, si la finlandesa por sí sola ya presentaba una opción más que agradable para pasar la noche madrileña, vino acompañada por dos bandas que supieron defender su apuesta en el escenario de forma magistral: The Shiver y Sinheresy.
Los primeros en asomarse a las tablas fueron los italianos The Shiver, que cuentan con once años de carrera a sus espaldas. Su actuación se caracterizó por saber combinar muy bien la oscuridad de su rock (me recordó a esas bandas góticas de finales de los 80), con un derroche de energía por parte de su frontwoman: Faith. No contenta con cantar, tocar la guitarra y el teclado, también fue capaz de echarse prácticamente todo el peso de la actuación sobre sus hombros con un resultado muy bueno, la verdad. Y si me dijeran que hablase de un tema en concreto, creo que la que más me hizo disfrutar fue “The Darkest Hour”, porque se llevó la palma dentro de su actuación.
Se tomaron unos breves instantes para hacer el cambio y dar paso a los también italianos (mediterránea estaba la cosa) Sinheresy. Estos, con un estilo más cercano a la que sería la cabeza de cartel, fueron sin ningún atisbo de duda el descubrimiento de la noche. Parece mentira que estuviéramos ante una banda con apenas 6 años de vida al ver la puesta en escena, la ejecución, el estilo y las tablas que traían. Se nota que les gusta su trabajo y les auguro un futuro muy prometedor. No me extrañaría cruzármelos nuevamente como cabezas de cartel en un plazo medio de tiempo.
Con el público perfectamente caldeado, Sinheresy se despedía de Joy, dando plazo a los técnicos que en un tiempo record recogieron sus aparatos y descubrieron los pertenecientes al plato fuerte. Llegaba el turno para Tarja Turunen.
Con la intro saltaron los músicos al escenario y cuando empezó a sonar el primer riff de “No Bitter End” hizo su entrada en escenario la mediática Tarja Turunen. Lamentablemente, no pude disfrutar de su más que excelente voz hasta bien entrado el cuarto tema, que fue cuando finalizado mi trabajo, abandoné las primeras filas para dejar a los fans más madrugadores disfrutar del concierto sin la molestia de mi cámara. El caso es que habían pasado “500 Letters”, “Eagle Eye” y buena parte de “Demons in You”, cuando desde el primer anfiteatro me acomodé con una bebida para disfrutar de lo que sería un verdadero conciertazo. Definitivamente, la sensación de tener a los músicos a un palmo es algo estupendo, pero al menos en este caso se escuchaba mucho mejor desde lejos.
Como ya he dicho anteriormente, Tarja fue la culpable de que comenzara a interesarme, y desde luego, tan culpable como ella lo fue la que fuera su banda, Nightwish. Con todo el respeto, cuando tras acabar los últimos acordes de "Calling from the Wild", arrancaron el popurrí de clásicos de su antigua formación no pude evitar dejarme la voz y el pecho contra la barandilla de Joy. Fue muy grande escuchar “Tutankhamen”, “Ever dream”, “The Riddler” y “Slaying The Dreamer” de la voz de Tarja.
Después de esta intensidad y mientras los técnicos modificaban un poco el set para el momento tranquilo de la noche con su célebre acústico, Tarja e Itziar (la que probablemente fuera la fan más joven de la sala), patrocinaron el momento tierno de la noche en el que la cantante se acercó al público para saludar a la pequeña.
El acústico se desarrolló con la luz centrada en los músicos que estaban reunidos alrededor de su vocalista, quien desató toda su potencia vocal para gran disfrute de los presentes. Tras este, le llegó el turno a la rotunda “Love to Hate”, seguida de “Victim of Ritual”, durante la que intensificó considerablemente la interacción con su público.
Con “Too Many” llegaría el momento de abandonar el escenario, para regresar instantes después con la recta final de la noche, que estuvo compuesta por tres temas de bises que hicieron que la Sala Joy se viniera abajo con cada acorde. Terminó con "Until My Last Breath", que dejó el listón bien alto, y prueba de ello es la gran ovación que le dedicaron sus fans y por la cual se mostró muy reticente a abandonar el escenario.
En definitiva, Tarja estuvo de 10, Sinheresy fue el descubrimiento de la noche y saqué como conclusión que tendría que haber visto a Nightwish con Turunen cuando tuve la oportunidad.
Texto y fotos: F.R.García
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