Crónica de Avalanch All Star Band: Ceremonia Celestial

Alberto Rionda, Jorge Salán y Magnus Rosén. Foto: Marta G. Paniego

El concierto se dividió en dos actos. En el primero se tocó 'El Ángel Caído' de forma íntegra y en el mismo orden que en el disco salvo "Santa Bárbara", corte que fue interpretado por Alberto Rionda en solitario a modo de introducción, añadiendo una pequeña variación de "Antojo de un Dios".

La puesta en escena fue muy cuidada, estética y visualmente, con una pantalla gigante en la parte de atrás que proyectaba imágenes relacionadas con la música, otra pantalla más pequeña y alargada debajo del impresionante kit de batería de Mike Terrana; nueve cámaras situadas por distintas partes del recinto, incluida una grúa que tomaba imágenes aéreas; y la aparición en distintos momentos de una mujer con grandes alas, representando al ángel caído de la portada del disco.

Con una intro instrumental se incorporaron el resto de músicos: el guitarrista Jorge Salán, el bajista Magnus Rosén, con sus estrafalarias botas de colorines; el teclista José Paz y el inconfundible batería Mike Terrana. El vocalista Israel Ramos se unió con la siguiente "Tierra de Nadie", que sonó impecablemente, con un vertiginoso duelo de guitarras entre Alberto y Jorge que fue muy bien apoyado por los teclados de José.

El "Ángel Caído" fue recibida con grandes ovaciones, cantando el público la canción de principio a fin, como durante casi todo el concierto, hecho que sorprendió al propio Magnus tal y como declaró al final de la actuación, admitiendo que en el momento de su incorporación a la banda desconocía el reconocimiento del combo. Tras un pequeño parón por un problema técnico, que amenizó el sonriente Magnus, llegó "Xana", "Levántate y anda" y "Alma en pena", sobresaliendo la gran pegada de Mike, como durante toda la noche, y la versatilidad y virtuosismo de Jorge, que parecía que llevara tocando con Alberto desde los inicios. Increíble como resaltaban los coros del público en "Corazón Negro" y la locomotora de Mike que pasaba por encima, con el añadido del solo de Jorge.

Alberto Rionda, Carlitos (Mägo de Oz) y Jorge Salán. Foto: Marta G. Paniego

Tras "Delirios de grandeza" llegó el momento de poner un poco de pausa, y qué mejor forma que con una excelsa balada como "Antojo de un Dios", con los teclados de José dando buena replica a la voz de Israel y el público acompañando en los coros. Fue uno de los momentos álgidos de la noche, lleno de feeling y emoción. En el segundo de los tres actos de "Las ruinas del Edén" apareció el primer invitado de la noche, el reputado vocalista fuenlabreño Leo Jiménez, que aportó ese arrollador chorro de voz que tiene para engrandecer esta suite.

Tras presentar a los músicos se tomaron un descanso de diez minutos, volviendo después para interpretar un grandes éxitos de toda la carrera de Avalanch, excepto del 'Malefic Time Apocalypse'. Todos aligeraron ropaje, dejando las chaquetas de cuero y demás vestimenta en los camerinos, permitiéndoles estar más cómodos ante el intenso calor que reinaba en la sala. Esta segunda parte fue un tanto irregular al existir algunos problemas con la microfonía que afectaron a algunas voces. Las colaboraciones se resolvieron con diferente efectividad, aunque todas pusieron mucho empeño.

Para "Mil motivos" contaron la participación de Rubén Kelsen y Alex García, vocalista y guitarrista de Débler, además de Gonzalo Moldes de Amadeüs en el puesto de batería, sustituyendo a Mike. En "Pies de Barro" salió Richard de la Uz, ex vocalista de Jívaro y ahora de Amenti. China de Oker puso su voz en "Papel roto"; aunque no se ajustaba demasiado a sus registros, salió bien del envite. Jorge Berceo y Víctor de Andrés, vocalista y guitarrista de Zenobia, junto al batería de Escuela de Odio, interpretarían la siguiente, "Pelayo". En "La llama eterna" contaron con el flamante primer cantante de Avalanch Juan Lozano, para subir luego el ex vocalista de Angra y ahora de Almah Edu Falaschi, junto al ex teclista de Sauze Manuel Ramill, en "Niño".

Israel Ramos junto a Ángel San Juan (Tierra Santa) y Mike Terrana

El vocalista de Tierra Santa Ángel San Juan apareció en "Alas de cristal", para dejar paso a Carlitos, Zeta y Diego Malagás, guitarrista, cantante y flautista de Mago de Oz respectivamente, y al violonista de Débler Dani Fuentes, en la muy deseada "Lucero", quedando una versión realmente curiosa bajo este formato. El 50% de Saratoga, representado por el vocalista Tete Novoa y el bajista Nico del Hierro, dieron más fuerza si cabe al contundente "Torquemada", antes de la última perla de la noche.

Para el fin de fiesta, salieron Alberto e Israel junto al maestro José Carlos Molina para cantar en acústico un entrañable "Cambaral", con unas pequeñas pinceladas de flauta y los coros del público. En la parte final se incorporaron todos los músicos invitados, en una gran ceremonia de clausura y ante un baño de multitudes.

Tras dos horas y cuarenta y cinco minutos de actuación, y a pesar de que una parte del público solicitaba una más, se dio por concluida esta velada que muchos recordarán gratamente, sobre todo sus fieles seguidores y las personas que participaron en el evento. El esfuerzo mereció la pena.

Texto: José Luis Martín
Fotos: Paco García

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