Crítica de Hexvessel: When We Are Death

8 marzo, 2016 12:19 pm Publicado por  Deja tus comentarios

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8,5/10


El final está cerca, que cada cual se arrepienta de sus pecados y arrample con lo que sea. Pero no todo está podrido, todavía quedan lugares vírgenes a salvo de la ponzoñosa mano del hombre donde dar rienda suelta a la conexión primigenia con la naturaleza. Sin Internet ni redes sociales, únicamente el yo y su relación con el universo circundante, una búsqueda interior para encontrar el sentido de la existencia. O incluso alcanzar el nirvana. La iluminación puede venir de muchas maneras.

Eso es lo que nos dicen estos fineses capitaneados por Mat McNerney, antaño vocalista de black metal en Code y Dødheimsgard y con una consolidada reputación en la escena post punk contemporánea con Beastmilk o Grave Pleasures, los últimos han girado hace escasos meses por nuestro país, de hecho.

El rollo que nos ofrece aquí esta suerte de florida comuna hippie nada tiene que ver con los proyectos anteriores de McNerney, sino con la psicodelia sesentera, los teclados hipnóticos a lo The Zombies, una voz profunda y profética deudora de Jim Morrison, a la que se suma además ese sentimiento épico del neofolk en su vertiente más pagana. Una curiosa mezcla suficiente para llamar la atención de todos aquellos con amplias miras estilísticas.

Algo que se pone ya de manifiesto de entrada con “Transparent Eyeball”, una auténtica pasada de ambiente cósmico y colosales interludios de teclado en plan The Doors. En “Earth Over Us” se asemejan más a unos Simon & Garfunkel con puestazo de naturaleza, mientras que “Cosmic Truth” es más bien para sentarse en una hoguera en medio del bosque, extender los brazos en alto y celebrar la creación de plantas, seres vivos y cualquier otro tipo de criatura.

Se trasladan de nuevo musicalmente hasta Venice Beach en “When I’m Dead”, con un estribillo y algunas partes clavadas a Morrison, Manzarek y compañía, antes de cambiar de tercio en “Mirror Boy”, que parece una especie de letanía con trompetas apocalípticas a lo Death In June. Pinta de salmo también tiene “Drugged Up On The Universe”, cuya estructura repetitiva e imprecaciones encajarían en algún ritual precristiano.

Y por último, en “Mushroom Spirit Doors” desatan el lado genuinamente rockero, pese a que giren el timón hacia la mitad con un intervalo tipo Iron Butterfly. Hay algunos que siguen identificando a Hexvessel con el prog rock, una justificación aparecería en “Hunter’s Prayer”, con ese aire a los primeros Genesis. Otra muestra más para sentir su vasto infinito cósmico. De otra dimensión.

Alfredo Villaescusa

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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