Los AC/DC más eléctricos, enérgicos y brutales: 40 años de la primera gira por España
Blog: Mariano Muniesa
14 enero, 2021 12:21 pm 4 ComentariosMenos de un año antes, vinieron al programa musical de TVE “Aplauso” para hacer un playback promocional de alguno de los singles que se habían editado a comienzos de 1980 de su disco ‘Highway To Hell’. De hecho, aquella fue una de las últimas apariciones públicas de Bon Scott con AC/DC. Once meses más tarde, el mito, la leyenda, regresó a nuestro país, ya no para aparecer en la televisión, sino para protagonizar unas descargas en directo inolvidables, que crearon una leyenda única en torno a ellos y ser, sin que seguramente lo sospecharan, el motor de la explosión del heavy metal en el estado español.
MARIANO MUNIESA, que solo llevaba unos meses viviendo en Madrid y apenas contaba 13 años, perdió la virginidad en lo que a conciertos en directo se refiere precisamente viendo a AC/DC en directo en aquella gira en el Pabellón del Real Madrid y, tras publicar en 2015 un libro sobre la historia de AC/DC en España, recuerda sus experiencias y vuelve a recopilar sus datos de archivo en este blog conmemorativo.
La chispa que hizo explotar la bomba
Febrero de 1982: En ese momento, Obús se han convertido junto a Barón Rojo en el grupo líder del incipiente heavy metal español, en especial por el éxito de su primer disco de estudio y su reventón absoluto en el concierto de presentación de ese álbum en el Pabellón de Deportes del Real Madrid pocos meses antes.
Entrevistado Fortu por la ya desaparecida revista Rock Espezial, se le pregunta cuál es, en su opinión, el motivo principal del auge incontenible que el heavy metal ha adquirido en España en esos meses de finales de 1981 y comienzos de 1982.
“Yo creo que todo ha venido después del éxito del bolo de AC/DC en el Pabellón del Madrid. Hacía años que no se veía una cosa así en esta ciudad, y joder, pues todos los que lo vieron, no solo los chavales, sino los periodistas, la gente de las compañías de discos, los promotores, tuvieron que decir: “Joder, que fuerte es esto y cómo le mola a la gente”. Y a partir de ahí todo ha sido como una bola de nieve que no ha dejado de crecer”.
Esas declaraciones del cantante de Obús entiendo que explican a la perfección el impacto musical, social y cultural que produjo hace ahora 40 años la primera gira de AC/DC por aquella España de 1981, un país todavía sumido en un complejo y controvertido de transición del franquismo al régimen actual, en el que aún se vivían profundas tensiones políticas y sociales –tan solo seis semanas después de aquella gira hubo un intento de golpe de estado militar dirigido por la cúpula más ultraderechista del ejército español- y en el que toda una generación de jóvenes, que buscaban – buscábamos- una identidad propia, un lenguaje, una forma de expresión y si se quiere hasta una forma de vivir, saliendo de aquellos residuos de mentalidad acartonada y apolillada que aún quedaban en la sociedad de por aquel entonces, encontramos en el rock fuerte, duro, en el heavy metal ese lenguaje y esa forma de expresión.
Ese potencial, ese anhelo, esa rebeldía cobró forma, nos cambió la vida, se nos adhirió a la cabeza y al corazón después de que un grupo australiano nos volase el cerebro a más de 1.000 wattios de volumen en un pabellón de deportes una inolvidable noche de enero de 1981.
La gira de estreno de Brian Johnson: “1980-81 Back In Black World Tour”
AC/DC vinieron a hacer sus primeras actuaciones en Barcelona, Madrid y Donostia en el marco del “1980-81 Back In Black World Tour”, la primera gira que afrontaron tras la incorporación de Brian Johnson como nuevo cantante en el lugar del fallecido Bon Scott. Aquella gira había comenzado el 29 de junio de 1980 en el Palacio de Deportes de Namur, en Bélgica, y tras recorrer algunas ciudades europeas en dos tramos más Estados Unidos y Canadá, inició su tercer tramo europeo final el 8 de enero de 1981 en Metz, Francia, para finalizar el 28 de febrero en su Australia natal, habiendo hecho magníficos conciertos en Japón y culminando con un show final en la segunda edición del Monsters del Rock Festival en el circuito de motor de Donington Park el 22 de agosto de 1981.
El ya en aquellos momentos veterano promotor Gay Mercader, precursor de la venida a España de los grandes grupos del rock internacionales desde comienzos de los 70, entre ellos Frank Zappa, Jethro Tull, Emerson, Lake & Palmer o los Rolling Stones, fue el promotor que los contrató para hacer aquella gira, cuyo primer show se celebró el 15 de enero de 1981 en el antiguo Palau D’Esports de Barcelona, cerca de Montjuich, un recinto construido en 1955 para albergar gran parte de las competiciones indoor del los I Juegos del Mediterráneo.
Cabe imaginar que Gay&Co. no tuvo muchas más ni mejores opciones para elegir el emplazamiento del concierto, pero lo cierto es que las anticuadas y deficientes condiciones técnicas de aquel pabellón, que obviamente no fue construido con la idea de que albergase conciertos de rock, y menos de la envergadura de los de AC/DC, dificultaron en extremo la organización del show, empezando por la necesidad de instalar tomar eléctricas adicionales de emergencia ante el impresionante equipo de sonido y luces que el grupo traía, dado que la capacidad eléctrica del Palau no podía soportar ni la mitad de los 40.000 wattios que los equipos del grupo generaban a pleno rendimiento.
Además, en el momento de tocar “Hell's Bells”, la inmensa campana que descendía desde el techo del recinto en el inicio de cada actuación no cabía por las entradas que supuestamente se habían habilitado para facilitar el descenso y a tan solo unos días, prácticamente a horas del concierto, hubo que acometer a contrareloj una reforma arquitectónica no precisamente barata para poder introducir la campana por el techo del Palau.
El mismo día del concierto, el road-manager y el staff técnico del grupo exigió hacer tras la actuación de los teloneros, Midnight Flyer & Maggie Bell, una exhaustiva comprobación de que todas las tomas eléctricas adicionales funcionaban correctamente, lo cual motivó que AC/DC salieran a hacer su primer concierto en el estado español con más de 45 minutos de retraso sobre el horario previsto.
Esto provocó algunos momentos de tensión entre el público, empezó a haber abucheos, mucha gente empezó a cantar el “hijos de puta” y hasta se arrojaron algunos objetos al escenario, lo que puso en guardia a los efectivos policiales… afortunadamente, en el momento en el que se apagaron las luces, la tensión desapareció y desde que empezó a descender la gran campana del infierno y todo el Pabellón estalló en un grito de júbilo colectivo, todo fue una sensacional ceremonia de hard rock y heavy metal tan electrizante como devastadora.
El setlist, que fue exactamente el mismo para los conciertos de Madrid y Donostia, fue el siguiente: “Hells Bells”, “Sin City”, “Back in Black”, “Bad Boy Boogie”, “The Jack”, “What Do You Do for Money Honey”, “Shot Down In Flames”, “Highway to Hell”, “High Voltage”, “Whole Lotta Rosie” y “Rocker”, dejando para los bises “You Shook Me All Night Long”, “T.N.T.” y “Let There Be Rock”.
¡Madrid en llamas!
Dos días más tarde, el sábado 17 de enero de 1981, AC/DC descargaron toda su avasalladora potencia en el escenario del Pabellón de Deportes del Real Madrid, un local en el que habitualmente jugaba sus partidos el equipo de Baloncesto del club de la capital madrileña y que a lo largo de toda la década de los 80 acogió la práctica totalidad de los grandes conciertos de heavy metal que se vivieron en la capital del estado, tanto a nivel nacional como internacional: desde las grabaciones de discos en vivo de Miguel Ríos, Barón Rojo u Obús, a los grandes shows de Ian Gillan, Status Quo, Iron Maiden, Rainbow, Def Leppard, Thin Lizzy, Ozzy Osbourne, Pantera, Motörhead, Judas Priest, Scorpions o Saxon, solo por citar alguno de los más relevantes.
Un pabellón que, al igual que en el caso del de Barcelona, no tenía ni las más mínimas condiciones acústicas válidas para poder hacer buenos conciertos de rock desde un punto de vista técnico –conservo grabaciones en cassette tipo “bootleg” de muchos de aquellos conciertos y, por momentos, los rebotes, acoples y distorsiones hacen el concierto inaudible- pero que se convirtió en un auténtico templo del rock en Madrid.
El show de Madrid, al igual que el de Barcelona, fue sensacional. AC/DC venían de haber sufrido el durísimo golpe que supuso la muerte de Bon Scott, de haber superado la tentación de disolver el grupo, y en aquella gira se reencontraron a sí mismos, sintieron que su público les llevaba en volandas en cada actuación y se dejaron la piel en un concierto que, personalmente, recordaré siempre en tanto en cuanto fue el primer concierto de rock al que asistí, con tan solo 13 años de edad.
Vídeo de AC/DC tocando "You Shook Me All Night Long" en 1981, en la misma gira de la que hablamos
Tardé mucho tiempo en volver a ver sobre un escenario, con la obvia excepción de los Rolling Stones, a un grupo que desprendiese tal energía, que tocase a un volumen más atronador –tuve una especie de zumbido en los oídos al salir del Pabellón que tardó entre tres o cuatro días en desaparecer- hiciera conciertos más vibrantes, eléctricos y demoledores. Sin ser en sentido estricto un grupo de heavy metal, aquellos AC/DC aplastaban en cuanto a volumen, intensidad y actitud a cualquiera que se les pusiera por delante.
Los mejores momentos del concierto
Cada momento de aquel concierto es especial y lo recuerdo como si fuera hoy, pero si tuviera que mencionar alguno o algunos, el éxtasis en el que cayó Angus Young durante “Bad Boy Boogie”, en el que parecía literalmente que estuviera poseído por una descarga eléctrica que le sacudiera frenéticamente desde lo más profundo de sus vísceras sin que él fuera capaz de pararla, como Brian Johnson se dejó en carne viva la garganta cantando un “Highway To Hell” como nunca después le volví a escuchar en directo y, sobre todo, la apoteosis final con un “Let There Be Rock” que fue simplemente bestial.
Por desgracia, en el concierto de Madrid sí se produjeron incidentes violentos. Las entradas para este y los otros dos shows se agotaron casi nada más ponerse a la venta y mucha gente acudió a las inmediaciones del Pabellón sin entrada, con lo cual muchos desaprensivos provocaron algunos incidentes muy desagradables para tratar de entrar al recinto sin ticket. Se rumoreó incluso que hubo gente a la que atracaron a punta de navaja para quitarles las entradas y al menos en dos ocasiones gente sin entrada provocó tumultos en las puertas de acceso para colarse en medio de la confusión. Esto provocó, como era por desgracia bastante común en aquellas época, cargas de la policía armada a porrazos extremadamente violentas, varios heridos y detenidos.
Donostia: “Documentación, por favor…”
La primera gira de AC/DC por el estado español terminó el domingo 18 de enero con un show en el Velódromo de Anoeta de Donostia, con idéntico setlist a los de Barcelona y Madrid, con una anécdota que Brian Johnson ha recordado más de una vez: En tanto que volaron de Madrid a Donostia a primera hora de la mañana, tras hacer el check-in en el hotel y almorzar, por la tarde quisieron dar un paseo por el centro de la ciudad vasca, y al poco de estar caminando por las inmediaciones de La Concha, la policía se acercó al grupo, de los que sospechaban que podían ser delincuentes por sus melenas y sus ropas y les pidieron la documentación. El grupo, que no sabía hablar en castellano, discutieron con los agentes de policía y estuvieron a punto de ser detenidos, hasta que la providencial intervención de unos fans que pasaban casualmente por allí y que explicaron a los policías quiénes eran impidió que AC/DC acabase en una comisaría de Donostia a cinco horas de tocar ante 14.000 personas en el Velódromo.
Reseñas en prensa
Si bien la prensa especializada que existía en ese momento en España, fundamentalmente las revistas Popular 1 y Vibraciones, hicieron buenas reseñas de los shows y acogieron con expectación y favorablemente la llegada de AC/DC a escenarios españoles, la prensa generalista, con la única excepción de José Manuel Costa en el diario El País, quien desde una evidente distancia y frialdad tituló su crónica del concierto “Música excesiva para un público excesivo” pero no atacó gratuitamente al grupo y no pudo dejar de reconocer la respuesta del público al gran espectáculo que AC/DC ofrecían, fue muy crítica y desdeñosa con respecto a las actuaciones del grupo. En las páginas de ABC los enviados especiales dedicaron toda la página a decir que no habían podido presenciar la actuación porque el comportamiento intolerante, violento y amenazador del personal de seguridad se lo había impedido, expulsándoles del local de muy mala manera.
Especialmente duras fueron las críticas vertidas por Alberto Mallofre en su crítica del concierto en el diario La Vanguardia de Barcelona, “sorprendiéndose” por el éxito de un grupo que en su opinión no ofrecía nada nuevo, y de Iñaki Galatas en el Diario Vasco, en el que aseguró que “por respeto a los fans”, no iba a desvelar los supuestos secretos que decía conocer con respecto a la trastienda del concierto de AC/DC en Donostia. Algo más ecuánime fue Ángel Casas en su crítica publicada en El Correo Catalán, en la que venía a decir que no le gustaba ni entendía el porqué del éxito de AC/DC, pero que resultaba innegable que ese grupo realmente había calado muy hondo en un público entregado y entusiasta como ninguno.
Donostia sería, a finales del verano de 1984, la única ciudad que volvería a ver un concierto de AC/DC –y de los menos apreciados- hasta que en 1991, el grupo reventaría el estadio olímpico de Montjuich y en el verano de 1996, saldasen su deuda con la capital en las tres míticas noches de la Plaza de las Ventas en Madrid donde se grabó el disco en directo y DVD ‘No Bull’. Pero en cualquier caso, aquellos AC/DC ya no fueron los mismos de aquellos irrepetibles conciertos de 1981, con una banda que lo daba todo por demostrarse a sí misma y demostrar a sus fans, Brian Johnson el primero, que había vida, mucha vida, después de Bon Scott.
Quienes hace ahora 40 años lo vivimos, podemos agradecer al destino que la vida nos permitiera ser testigo de aquellas noches, podemos atestiguarlo y recordarlo como uno de los momentos más inmensos que el rock nos ha permitido vivir.
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4 comentarios
aquel concierto de ACDC del 1981 en el famoso pabellón del r .madrid, fue puro heavy metal a pesar de las críticas en prensa de aquella época, pero ese pabellón no reunía condiciones acústicas ni era el sitio idóneo, (vi en directo bastantes concierto allí en la década de los 80, !!!! pero es lo q había.!!!!!.
Los volví a ver en aquel Monsters of Rock, en 1984, Londres (circuito de Donington), viaje que organizó el gran MARIANO GARCIA, (guardo la entrada como oro en paño) el festival fue tremendo y ACDC grandiosos, lo tengo en las retina todavía.
Larga vida al rock.
Pedazo de resumen hacia esos 40 años del primer conciertos de mis adorados AC/DC por territorio hispano como posteriormente con el paso de los años las ocasiones que les hemos tenido por estos lares y todo un orgullo que ese discazo en directo como fue NO BULL fuese grabado en nuestro pais.
Me escape de casa para verlos con 15 años ,la entrada me la compro un amigo mayor que yo,me vino a buscar en un 127 verde,y de Palamós (Gerona) hasta Barcelona, increíble fue mi bautismo ,luego a final de año volvimos esta vez para ver Motorhead formación original con "fast"Eddie y Phylty animal,aunque creo que me impresionó más Motorhead ,con ACDC estuve en shock semanas ,pero con Motorhead creo que meses,que época
Después de los conciertos del 81 también hubo memorables directos de ACDC en Madrid, cada uno a su manera pero alucinantes igualmente.