45 años de la resurrección de Eric Clapton: El regreso del Rainbow Theater
Blog: Mariano Muniesa
12 enero, 2018 10:34 am 1 ComentarioEl día 13 de enero de 1973 se celebró un concierto muy especial en el Rainbow Theater de Londres dentro de una serie de actos para celebrar la entrada del Reino Unido en lo que por aquel entonces se llamaba Comunidad Económica Europea. Ese concierto ha pasado a la historia como el de la llamada “resurrección” de Eric Clapton, quien llevaba casi dos años apartado de la actividad tanto en directo como a nivel discográfico. Un show legendario no solo por ese ansiado regreso del guitarrista de Cream, Blind Faith y Derek And The Dominos, sino porque ofreció a los privilegiados que lo presenciaron una irrepetible oportunidad de ver juntos en un escenario con Clapton a Pete Townshend, Ronnie Wood o Steve Winwood entre otros grandes de la historia del rock. 45 años después, aún se recuerda como uno de los eventos más grandes de la década de los 70.
1971-1972: Los años perdidos
En el verano de 1970, Eric Clapton entró en los Criteria studios de Miami para grabar el LP 'Layla And Other Assorted Love Songs' con Derek And The Dominos, su nueva banda formada con varios de los músicos que le acompañaron en la mítica gira de Delaney & Bonnie and Friends, como el bajista Carl Radle y el batería Jim Gordon, que venían de girar aquel mismo año con Joe Cocker y con la inestimable participación de Duanne Allman. El disco, que vio la luz comercialmente en noviembre de aquel año, a pesar de que obtuvo críticas excelentes y toda la prensa musical le dedicó toda suerte de comentarios elogiosos, sin embargo no obtuvo en modo alguno las ventas que tanto Clapton como la compañía discográfica esperaban, lo cual produjo una crisis dentro del grupo en la que no tardaron en aflorar fuertes enfrentamientos personales, discusiones muy acaloradas del guitarrista con el resto de la banda y en cuestión de muy poco tiempo, la ruptura del grupo.
Derek And The Dominos era un proyecto en el que todos los que conocen a Eric Clapton aseguran que puso muchísima ilusión y que se deshiciera en la forma en la que lo hizo no sólo le deprimió profundamente, sino que quienes le conocían aseguran que le creó enormes dudas acerca de su capacidad como músico. En ese momento además, había sido rechazado por Patti Boyd, que en ese momento era la pareja sentimental de su amigo el ex-Beatle George Harrison y de la que estaba muy enamorado, hasta el punto de que, como es sabido, tanto la propia canción “Layla” como todo el concepto de aquel álbum eran una declaración pública de amor por aquella mujer. No ver correspondido su sentimiento, unido a las dudas y la decepción que le produjo la disolución del grupo llevaron a Clapton desde comienzos de 1971 a tratar de escapar de esa situación a través de las drogas, más en concreto, a través de la heroína.
Se recluyó en su casa de campo de Hurtwood Edge en Surrey en principio con la idea de construir un estudio en la casa y empezar a escribir canciones para un nuevo proyecto, pero pasaban los meses, el estudio nunca terminaba de estar construido y musicalmente, se encontraba estancado, confuso y lleno de dudas, lo cual le llevó a consumir cada vez más y más heroína. Deliberadamente alejado del foco de los medios, literalmente desapareció del mapa y ello no hizo sino crear un mar de rumores en la prensa británica como de costumbre exagerados, sensacionalistas y dudosamente bienintencionados sobre su salud, llegándose a especular con la posibilidad de que hubiera muerto.
Reapareció fugazmente el 1 de agosto de 1971 en el Madison Square Garden de Nueva York para participar en el 'Concert For Bangladesh', el show benéfico para ayudar a las víctimas de las devastadores inundaciones que había sufrido el país asiático organizado por George Harrison, tocando muy bien y siendo pieza clave en el éxito del concierto, pero su estado físico y su aspecto denotaba claramente que su adicción al polvo blanco iba in-crescendo. De hecho, solo estuvo en condiciones de salir a tocar toda vez que pudo conseguir un frasco de un jarabe pectoral que contenía metadona.
Pero tras este concierto, volvió a Londres y cerró la puerta de Hurtwood Edge. Desde agosto del 71 y hasta casi un año después, Eric Clapton desapareció por completo de la escena e incluso se negó a hablar siquiera por teléfono con su compañía de discos, su manager o hasta sus mejores amigos. Solo trataban con él su pareja, Alice Harlech, también adicta y su dealer.
Una tarde de julio de 1972 sin embargo accedió a que le visitara un buen amigo al que hacía mucho tiempo que no había vuelto a ver: Pete Townshend, guitarrista de los Who con quien había tenido una relación muy estrecha a finales de los 60 y al que Clapton llamó para que le ayudara con algunas de las composiciones en las que estaba trabajando. Townshend recordó en el libro de Marc Roberty 'Eric Clapton, The Man, The Music' lo siguiente: “Me llevó al estudio y me puso unas cintas con temas que me dijo iban a haber sido para el segundo álbum de los Dominos y sobre los que estaba pensando en grabar para un próximo disco en solitario. Se le notaba cansado y tenía esa especie de aire somnoliento que produce el caballo, pero no estaba destrozado ni demacrado como muchos junkies. De hecho, esperaba encontrarle con mucho peor aspecto. Ser la pareja de la hija de Lord Harlech, además de todo lo que ganaba al año solamente en derechos de autor les permitía a ambos mantener su adicción con drogas en buen estado y en la cantidad suficiente como para poder sobrellevar bien ese hábito. Le pregunté: “Bien, ¿cuándo vas a salir de aquí? ¿No te das cuenta de que necesitas volver a bajar a la tierra, ir al Speakeasy, ir a un club a ver lo que están haciendo los grupos más jóvenes...? Si sigues enclaustrado aquí no vas a conseguir hacer una buena canción, necesitas salir de esto”. También, más subrepticiamente, le sugerí que el caballo no le ayudaría a hacer mejores canciones. Conseguí que aceptara venir en septiembre a París para salir a tocar con los Who en uno de los conciertos de nuestra gira europea de aquel año, y a partir de ahí, poco a poco recuperó las ganas de hacer una banda. No imaginé que tendría que ser yo el que se la montara, pero bueno... me agradó hacerlo y poder ayudarle”.
En el otoño de 1972 se empezó a gestar la “resurrección” de Eric Clapton.
1972-1973: La cuenta atrás hacia la resurrección
Pete Townshend estaba convencido de que volver a los escenarios surtiría un efecto regenerador inmenso en aquel Clapton desmotivado y evadido de la realidad, que sería el primer paso para recuperar la frescura y el talento que siempre había tenido como compositor y con toda probabilidad, un estímulo clave para dejar la heroína. Por ello, siguió en contacto con él y finalmente le convenció de organizar un concierto en Londres a modo de Jam-session, con una buena selección de invitados que resultara un suceso que entre otras cosas, tapara muchas bocas en la prensa que consideraba a Clapton una suerte de ídolo caído, de estrella de rock decadente aburrida en su propia leyenda.
El líder de los Who quizá no sospechó nunca que su mejor aliado en este propósito sería un conocido aristócrata que había pertenecido al círculo más íntimo de amistades del Presidente Kennedy en su época de embajador británico en los USA y que quería, tanto por su hija Alice como por el propio Eric, al que apreciaba sinceramente -Clapton habla con gran respeto y afecto de Lord David Harlech en su 'Autobiografía'- que salieran de las drogas. Lord Harlech empezó a mover influencias y amistades cercanas al nº10 de Downing Street y prácticamente financió con cargo a los presupuestos del estado la organización de un gran concierto en el Rainbow Theater dentro de los actos de celebración de la entrada de Gran Bretaña en la CEE.
No fue fácil convencer al guitarrista, que se encontraba muy inseguro y con mucho miedo ante la idea de volver al escenario tras casi tres años sin tocar en vivo excepto alguna participación muy esporádica en algún concierto, pero al final, gracias a la insistencia de Alice Harlech y su padre, el Eric Clapton Rainbow´s Concert, como ha pasado a la historia, se celebraría el 13 de enero de 1973 y fue uno de los momentos más intensos de la historia del rock en los años 70.
La banda que se presentó con el guitarrista en aquella fabulosa noche de blues y rock fue formada por Pete Townshend y en ella en un primer momento se juntaron como guitarristas el propio Townshend y Clapton, Ronnie Wood, todavía en los Faces como bajista, Steve Winwood en los teclados y Jim Keltner, que venía de tocar con Joe Cocker, John Lennon, Carly Simon y Barbra Streisand como batería. A mediados de noviembre de 1972 la banda se reunió en la casa de Ronnie Wood en Londres, The Wick, y empezaron los ensayos, que no resultaron fáciles y atravesaron momentos de zozobra absoluta, básicamente por el propio Eric Clapton, quien muy desentrenado tras más de un año y medio de no ensayar y poco convencido de la idea, más de una vez se desesperaba y se mostraba extremadamente irritado cuando tenían que repetir hasta cuatro veces una canción hasta que quedaba bien.
A la semana de empezar hubo que reestructurar la banda. Keltner fue sustituido por Jimmy Karstein, batería de JJ Cale, Ronnie Wood pasó a ser el tercer guitarrista del grupo y el bajista pasó a ser Rick Grech, ex-miembro de Family y que ya había tocado tanto con Steve Winwood como con el propio Clapton en Blind Faith. Se decidió asimismo incorporar como segundo batería a Jim Capaldi, de Traffic y así se continuó trabajosamente avanzando, hasta que poco a poco Clapton recuperó la confianza, no sin muchos nervios y una evidente inseguridad. Se dice que fue idea de Rick Grech poner a la banda el nombre de The Palpitations, debido a la tesitura de nervios en la que se producían los ensayos a medida que se acercaba la fecha del concierto.
La gran noche del regreso
Las 3.550 localidades del Rainbow Theater del barrio londinense de Finsbury Park puestas a la venta para el que sería conocido como el Eric Clapton Rainbow Concert se agotaron prácticamente nada más ponerse a la venta. El regreso del “god”, de una de las personalidades más relevantes del rock británico y mundial no era en modo alguno algo que pasara desapercibido, máxime cuando había montado para sus show de regreso una banda del calibre de la que esa noche tocaría con él. Se respiraba en el ambiente musical de la capital británica que ese concierto iba a ser un gran acontecimiento y realmente lo fue en todos los sentidos.
Actuaron como teloneros la Average White Band, una formación escocesa originalísima que combinaba muy bien el funk, el soul y el rock y que saltaron a la fama tras este concierto, logrando muy poco tiempo después su primer contrato discográfico y logrando en el año 1975 con su álbum 'Pick Up The Pieces' un éxito multitudinario a nivel internacional. 15 minutos después de que terminase su actuación, la banda salió a escena con Eric Clapton, Pete Townshend y Ronnie Wood a las guitarras y alternándose en las voces, Rick Grech en el bajo, Jim Capaldi y Jimmy Karstein en las baterías con el apoyo del percusionista africano Rebop Kwaku Baah y Steve Winwood en los teclados.
Tres años después de su última actuación en suelo británico, Eric Clapton con su banda montó el siguiente repertorio para aquella noche: “Layla”, “Badge”, “Blues Power”, “Nobody Knows You When You Are Down And Out”, “Why Has Love Got To Be So Bad”, el “Little Wing” de Jimi Hendrix, “Roll It Over”, el “Presence Of The Lord” de Blind Faith, “After Midnight”, “Tell The Truth”, “Pearly Queen”, “Key To The Highway”, “Let It Rain”, “Crossroads” y para los bises, repitieron “Layla”.
Eric Clapton hizo, a pesar de los accidentados ensayos y de los nervios, un concierto realmente brillante. Quizá no el mejor de toda su historia, pero viniendo de un largo periodo alejado de la música en directo cumplió, durante el show protagonizó momentos fabulosos, como su magistral interpretación de “Blues Power” y “Let It Rain” y la banda también estuvo a la altura del gran acontecimiento; Ronnie Wood tocó maravillosamente “Little Wing” y en “Presence Of The Lord” Steve Winwood hizo una de las interpretaciones más memorables que se recuerdan de su carrera en ese periodo. En la ovación final, con toda la banda saludando al público, siempre se recuerda la emoción del propio Eric Clapton, abrazado a su amigo Pete Townshend, el hombre que había hecho posible este gran concierto, y diciendo a la gente: “No... dadles las gracias a ellos” aplaudiendo y señalando a los músicos que le llevaron en volandas de nuevo al mundo del rock.
Especialmente agradecido se sintió siempre a Pete Townshend, el que más insistió en sacarle de su aislamiento y que volviera a tocar. Tanto que aceptó un año después, en 1974, participar en el rodaje de la película y la grabación de la banda sonora de 'Tommy', en la que intervino haciendo “Eyesight To The Blind', aunque no le hacía mucha gracia tomar parte en ese proyecto.
Tristemente, la magia que se generó en el escenario y los grandes momentos que se pudieron vivir en el concierto no se plasmaron en modo alguno en el disco en directo que se editó con la grabación del show en septiembre de 1973. El 'Eric Clapton Rainbow Concert' resultó un disco en directo muy mal producido, con un sonido plano, opaco y poco potente y que en ningún momento transmitió la fuerza que la banda desprendió desde el escenario durante el show. Para esta grabación se instaló en el teatro la unidad móvil de grabación de Ronnie Lane, técnicamente muy bien equipada y en un principio el ingeniero de sonido que se iba a ocupar de la grabación iba a ser Glyn Johns, técnico de contrastada categoría y experiencia, pero por compromisos de trabajo que no pudo eludir, entró en su lugar el técnico de sonido en vivo de los Who, Bob Pridden, que demostró no tener la experiencia necesaria para afrontar un reto de estas características. Grabó muy bajo el sonido de las guitarras, no distribuyó bien los micrófonos y cuando Clapton escuchó la grabación, se quedó demolido. Avisaron a Glyn Johns y le entregaron las cointas para ver que podía hacer con ellas, y a pesar de que lo intentó, se encontró con que aquello no tenía solución posible y aunque en los créditos del álbum su nombre figura como productor, lo cierto es que al final él no intervino en nada de lo relacionado con este concierto.
El primer día del resto de su vida
Las buenas críticas de la prensa sobre el concierto y la calurosa acogida del público animaron a Clapton a retomar su carrera, y además decididamente ya como artista en solitario. A las pocas semanas del concierto junto con su pareja Alice, ingresó en la cínica de la doctora Meg Patterson para desintoxicarse de la heroína usando un método revolucionario de electro-acupuntura que había conocido en Hong Kong y que usando breves descargas eléctricas en determinadas zonas del cerebro, inhibía muchos de los dolores que produce el síndrome de abstinencia, con lo cual la pareja pudo abandonar la adicción al polvo blanco con relativa facilidad y empezó a componer nuevos temas para el que sería su segundo disco en solitario después de 'Eric Clapton' (1970), el afamado '461 Ocean Boulevard', que se puso a la venta en 1974.
La historia a partir de ahí ya es conocida. Grandes discos, actuaciones memorables, una evolución como artista que si bien tuvo algunas épocas más afortunadas que otras, nos ha dejado a un músico que no solo su nombre es clave en la historia del rock y está íntimamente ligada a nombres como John Mayall & The Bluesbreakers, The Yardbirds, Cream, Blind Faith o Derek And The Dominos, sino que a lo largo de los 80, los 90 y estos primeros años del nuevo siglo, nunca ha dejado de ser un referente, como guitarrista, como compositor y como músico en todos los sentidos.
Agradezcamos a Pete Townshend su tenacidad y su insistencia en sacarle de Hurtwood Edge en el 72. De no haberlo hecho ¿quién sabe lo que hubiera pasado?
Mariano Muniesa
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1 comentario
Pedazo de artículo, muy muy bueno!!! Ha faltado decir la etapa de los setenta tambien un poco turbia por el alcohol, la coca y algunos conciertos muy desastrosos, grande Eric!!