Entrevistas |Sebastián Zuccardi

«Conoce al mago que convierte el vino en rock: “Dave Mustaine nos visitó hace poco para hacerle su vino”»

Por: Ñako Martínez

Rock & Vino se unen en MariskalRock. Dos pasiones que se dejan macerando como los buenos añejos o los grandes clásicos del Rock. Su abuelo empezó creando un sistema de riego en una pequeña parcela y, dos generaciones después, Zuccardi acaba de ganar el premio a la Mejor Bodega para visitar del mundo, elegida entre más de 500. Su vino Finca Piedra Infinita de 2016 ha recibido un puntaje de 100 en la escala de Robert Parker. Tercer vino en la historia de Argentina que lo consigue. Algo así como tener un 10 en las críticas de La Heavy 🙂 Ingeniero agrónomo, nieto de bodegueros y creador de vinos, Ñako Martínez se sienta en la barra de un hotel de Londres a saborear uno de sus blancos y charlar con él sobre Rock y Vino después de que presentara su nueva colección de vinos a importadores y gentes de restaurantes.

Te veo en tu salsa, Sebastián.

“La gran ventaja de tener un viñedo familiar es que te puedes enfocar en hacer lo que te gusta sin preocuparte del mercado. Y luego el mercado es el que se interesa en lo que haces. Y luego nosotros salimos a contar lo que hacemos. No tenemos un Presidente o CEO que baja al viñedo a decirnos que tenemos que hacer lo que el mercado pide. Estoy en un momento de mi vida muy lindo. Tengo integrada mi vida y mi familia a mi pasión. Vivo para el vino, no solo para hacerlo, también para tomarlo y abrir botellas con los amigos. Yo elegí lo que quería hacer. Mi mujer, con la que llevo más de 20 años, le apasiona el vino. Estoy en un momento en el que toda mi gente entiende lo que hago, y eso no es fácil”.

¿Más de 20 años? ¿Cuántos tienes?

“39”.

Toda la vida.

“¿Te cuento cómo la conocí? Fue en el centro de estudiantes del colegio secundario, nos dedicábamos a la política. Y en el centro de estudiantes traíamos bandas de Rock, pero bandas de Rock muy importantes, y organizábamos encuentros entre 4 colegios de la Universidad. Nos uníamos para celebrar el inicio de la primavera y trajimos a tocar bandas como La Renga, Los Fabulosos Cadillacs, Los Brujos, Caballeros de La Quema, Peligrosos Gorriones, Divididos… Lo mejor que había en ese momento. Nosotros manejábamos mucho público, entonces teníamos poder de convocatoria, los centros de estudiantes de los colegios armábamos fiestas y venía mucha gente y me terminé de poner de novios con mi mujer cuando trajimos a La Renga, por eso son una banda muy especial. Los dos estábamos trabajando en el concierto, teníamos 17 años y metimos 20 mil personas para ver a La Renga. Era en un campo grande, cuando pienso lo que hacíamos en ese momento. La seguridad la contratábamos nosotros, todo lo armábamos nosotros, era una locura”.

“La Renga es una banda muy importante para mí. Me puse de novio con mi mujer en uno de sus conciertos”

Eres creador de vinos, pero podrías haber acabado de promotor de conciertos.

“Nosotros hacíamos política, no en el término malo de la palabra, sino política universitaria y esto lo hacíamos porque nos gustaba el Rock desde chicos. Y así recaudábamos haciendo lo que nos gustaba y pasándolo bien. Siempre he tenido la suerte de hacer lo que me gusta ¡Era en torno al 96!”

¿Cómo enganchas con el Rock?

“En mi casa no se escuchaba Rock. Mi mamá escuchaba mucha música, pero más opera o folklore. Y mi papá ha sido un tipo que ha escuchado muy poca música, nunca fue importante en su vida. A mi lo que me termina metiendo el Rock muy adentro es el grupo de amigos de la secundaria. Siempre me gustó mucho Spinetta, Charly García. Me metieron de lleno en el Rock y tenía todos sus discos. A medida que iba avanzando iba rockeando mucho más, siempre ligado más al Rock nacional que al internacional. En esa época era el gran momento del Rock argentino. Venían fuertes también Babasónicos, que acaban de tocar en el Wine Rock que organiza en Mendoza Marcelo Pelleritti. Para mí son una banda también muy interesante”.

Has mencionado La Renga, banda independiente que se forjó su propio trabajo de manera humilde. SI lo miras tiene mucho que ver los principios con Zuccardi, cuando tu abuelo creó un sistema de riego y tiró todo para adelante.

“Si me preguntas en qué se une Zuccardi con el Rock es en que no ha habido miedos. Ha habido un camino propio sin seguir a nadie y sin seguir al mercado. Ha habido mucha identidad en lo que hemos hecho, el Rock tiene mucho de eso. No importa cuánto vendemos, importa lo que hacemos. Y creo que en eso Zuccardi ha rockeado en muchas cosas desde la independencia. Mi abuelo cuando yo era chico me decía que lo único que tenía que cuidar en mi vida es la independencia, es lo que más vale. Siempre decía que lo pequeño es hermoso, pensando en libertad y más rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita. Y por suerte yo voy al supermercado ahora y me doy cuenta de todo lo que no necesito. Si bien mi papá no está ligado a la música, es auténtico. Se puede rockerar en la vida, el Rock va más allá de la música. Yo siempre hablo con mi mujer, volviendo a la filosofía de mi abuelo, que nosotros tenemos que estar preparados para comer arroz todos los días. Si las cosas no van bien y hay que volver a comer arroz, pues comemos arroz. Empezaremos de nuevo cuantas veces sea necesario. El problema viene cuando el confort te supera y te acomodas necesitando muchas cosas. SI algo te entrena profundamente en eso es la naturaleza, porque cuando trabajas en la naturaleza no manejas nada. La naturaleza dispone y ni te avisa ni te pregunta”.

“El Rock y Zuccardi tienen mucho que ver. Los dos se trabajan desde la independencia”

Hendrix, Bob Marley y muchos más se puede decir que son artistas de guarda, se siguen escuchando una vez desaparecidos. ¿Es tan importante en el vino que sea para guardar?

“Es importante que el vino genere experiencias a lo largo de la vida, y para una región es importante enseñar que tiene potencial de guarda. Uno lo vive con ansiedad porque uno quiere probar sus vinos dentro de 30 años para ver cómo evolucionan, ¡pero no quiero que esos 30 años pasen ya! (risas)”.

Eres una persona del terroir, el terreno. Lo importante es lo que pasa en el local de ensayo.

“Y creo que la perfección no existe. Yo no busco hacer vinos perfectos sino que cuenten la historia del lugar de donde vienen, de mi momento en ese momento y de mi tierra. No creo que los vinos haya que completarlos en la bodega para añadirles algo que les falte. Creo que la belleza está en la imperfección. En la música pasa lo mismo, la belleza es subjetiva”.

Sí, Black Sabbath grabó su primer disco con solo 14 horas de estudio y eran chavales de 20 años. Y hoy en día es un disco de culto.

“Es la inconsciencia muchas veces, que te da una libertad que te ayuda a no ser esclavo de tus propias construcciones. A veces el prestigio te puede limitar y el desafío es romper esos límites”.

Guns And Roses sacaron el ‘Appetite For Destruction’, su primer disco, y siempre les nubló con todo lo que hicieron después. ¿Es lo mismo el Malbec para Argentina, esa uva a la que todo se compara?

“Al Malbec hay que mirarlo desde varios puntos de vista. Primero ha sido una bendición para Argentina. Gracias al terreno hemos podido expresar una variedad de una forma muy pura. Segundo, nos ha dado la identidad en el mundo, porque pudimos construir a través del Malbec. Pero sí, hoy es un desafío para Argentina ver cómo podemos construir más allá del Malbec. El Malbec tiene que ser un clásico, y para eso tenemos que dar un paso que deje el Malbec atrás y que veamos en otras regiones qué viene nuevo”.

¿También es tuyo Cara Sur?

“Es un proyecto muy emocionante entre 4 amigos. Pancho, Nuria, mi mujer y yo. Pancho y Nuria viven en una zona aislada en la montaña a 3 horas de Mendoza y 3 horas de San Juan. Al tener un difícil acceso nunca se desarrolló. Y hemos trabajado variedades antiguas a las que nunca se daba importancia. Así que con Cara Sur hemos recuperado un lugar y variedades criollas, por eso trabajamos en un valle a 1600 metros con viñedos abandonados”.

Es como tener una banda Punk.

“Sí, nunca he sido muy Punk porque no creo que haya que exteriorizar tanto para decir cosas profundas, pero sí es un proyecto que le da una dimensión a argentina totalmente diferente. Integra también a mi familia. Cuando voy a Barrial voy con mis hijas y se pasan todo el tiempo en la bodega. Es un proyecto de amistad, yo soy simplemente el catalizador de ese proyecto, Pancho y Nuria son el centro de Cara Sur que son los que viven ahí y lo llevan adelante”.

Jesse Katz ha hecho vinos para Justin Timberlake o Pink Floyd. ¿Para qué estrella del Rock Argentino te gustaría hacer un vino? Juanchi de Los Pericos tiene su Malbeccaster.

“He tenido oportunidad de hacer vinos con mucha gente y personalmente no me interesa. El vino y el Rock tienen cosas tan comunes y tan fuertes que tratamos de unirlos, pero cada una de las experiencias es independiente y muy profunda. Mira, ahora hace poco estuvo en Mendoza Dave Mustaine de Megadeth, estuvo con mi viejo, yo estaba de viaje. Quería hacer un vino con nosotros y al final el proyecto se pinchó, pero no sé si es tan importante. Estaban todos como locos en la bodega, el gerente financiero es un loco de Megadeth y lo metieron a Dave en la oficina y cuando llegó a la oficina y le ve casi se muere. Martin también mi gerente en la bodega es un fanático. Mi papá no tenía ni puta idea y terminaron como amigos y charlando de la vida”.

Deberías hacerlo porque vienes del Rock, eres Rock y enganchas con generaciones más jóvenes que pueden a través de ti enganchar con el mundo vinícola.

“Sí, puede ser. A veces veo cosas muy superficiales. Es como que yo vaya a un músico y le diga, Che, yo compongo una canción y la tocamos juntos”.

No, pero te puedes ir al local de ensayo para ver lo que sufre un músico cuando compone y de ahí absorberlo y unirlo a la creación de un vino.

“Podría ser, soy dinámico. Lo mismo ahora te digo no y en dos años estoy haciéndolo. Siento que es muy difícil que yo me pueda poner en el lugar de un músico y un músico que se ponga en mi lugar. Y mi lugar de disfrute no tiene que ver con componer con alguien sino escucharlo. Voy a hacerte una analogía con el mundo del Rock y el vino. No conozco a nadie que haya entrado en el mundo del vino y haya dicho, No, a mi esto no me gusta. Lo mismo pasa con el Rock, cuando la gente entra se apasiona. Nuestro trabajo es darle el empujón a la gente joven que no ha tenido la suerte de criarse con el vino y decirles, che proba esto. De la manera más sencilla, que es el placer, es como empiezan a disfrutarlo. El día que ese tipo empiece a tomar vino no vuelven, lo mismo con el Rock”.

Está Vigil, estás tú, los Ricitelli… Hay una nueva generación de artistas del vino responsables de lo que viene de atrás y de lo que viene adelante. Gente joven haciendo vinos revolucionarios en Argentina, que siempre estuvo asociada a hacer vinos con mucha madera.

“El pasado es muy importante. Hay que tener cuidado cuando te dicen que tu generación está cambiando el vino. El vino lleva muchas generaciones. Nuestros padres pusieron un ladrillo desde el que nuestra generación tiene que apoyarse. Mi papá para qué iba a cosechar a otros países si tenía que reconvertir el vino argentino, que era de una calidad pésima. Las variedades no daban. La generación de mi papá reconvirtió el vino. Y nosotros arrancamos desde un punto más alto y con la posibilidad de viajar y probar vinos por el mundo. Tenemos muchas más posibilidades y nuestro desafío es dejar a las generaciones que vienen más arriba. Arrancarán de un concepto de lugar y conocimiento del viñedo más profundos. Lo que sí hay una cosa curiosa con nuestra generación, nos estamos saltando cosas y tecnología y estamos volviendo a los años 30, 40, donde había una visión de más vino para tomar, con menos madera, menos alcohol y menos dulzura. Estamos tomando cosas del pasado para ir al futuro. Y es muy importante que menciones al resto de productores, porque no se puede trabajar una región sin trabajar en conjunto. Hay que hacer vino y salir a contarlo. Tenemos todos muy buena relación y sabemos que hay que primero compartir, y luego salir a competir”.

“'La Hija de La Lágrima' de Charly García es mi disco de cabecera”

Cerati o Charly Garcia.

“Empecé muy de Charly, pero luego me gustó mucho Cerati solista. Nunca escuché mucho Soda Stereo, pero Cerati solista me pareció alucinante lo que hizo”.

Primera banda de Rock argentino que te voló la cabeza.

“Difícil, pero creo que Palo Pandolfo con Los Visitantes me voló la cabeza cuando era muy chico. Y después le seguí toda su vida”.

Disco de cabecera.

“Todo lo de Pescado Rabioso o una obra de de Rock sinfónico, ‘La hija de la Lágrima’ de Charly. Ese disco es una obra que puedo escuchar de punta a punta con conexión entre los temas y profundidad”.

Último concierto al que has ido.

“Roger Waters cuando le vi en Chile, no pude ir a Buenos Aires. Y de Rock Argentino lo último Babasónicos y me impresionó su vigencia y seguir verles unidos. Diego Uma es muy amigo mío”.

Chile y Uruguay haciendo vinos. Es bueno, es unión o es competencia.

“Es diferente, los tres países hacen vinos diferentes pero creo que tenemos que unir la sinergia de Sudamérica como un lugar con personalidad o identidad. El vino no es solo líquido. Cuando te tomas un vino de la Toscana, por ejemplo, no te estás tomando solo el vino, te estás tomando también el renacimiento, el paisaje de la Toscana, la cultura Toscana de la comida. Es mucho más profundo que solo el líquido. Uno de los grandes pasos de Mendoza ha sido la conectividad con Perú, Panamá…”

Sois la mejor bodega para visitar del mundo.

“Hemos hecho una bodega con materiales del lugar, está inspirada en la montaña, es parte de ella, y ha salido como la mejor bodega experiencia del mundo. Es todo hormigón, como cuando empezó mi abuelo, después en la bodega de Santa Julia nos fuimos al acero inoxidable y ahora estamos volviendo al hormigón”.

Si voy invitado a la cena de Navidad de la Familia Zuccardi y me toca llevar el vino se me ponen los huevos de corbata.

“Somos gente muy simple a la que nos gusta beber bien, por eso cuando compartimos vino le dedicamos mucho tiempo a elegir la botella. Pero entendemos que el vino es una bebida humilde, si nos da placer lo vamos a beber y a compartir. Yo quiero que el vino cuando lo tomo me cuente tres cosas: La historia del lugar, la historia de quién hizo el vino y porqué lo hizo de esa manera, y la historia del año en que está hecho. Si ese vino te cuenta esas tres cosas entras siendo uno y cuando terminas ese vino salís siendo otra persona. Hay mucho vino caro sin valor y mucho vino sencillo con mucho valor. Conocemos demasiado el precio de las cosas pero muy poco su valor”.

¿Me prometes como Sebastián Zuccardi que vas a explorar la conexión entre El Rock y el vino?

“Voy a respetar los valores con los que he sido criado, independencia, libertad, hacer cosas porque nos apasionan, porque nos gustan, de no tenerle miedo a ser diferente. Y ese es el mayor respeto que puedo tener como seguidor del Rock. Después lo otro ya veremos, que el confort no nos gane nunca ni que el miedo nos guíe”.

 

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Esta entrada fue escrita por Redacción

2 comentarios

  • Juandie dice:

    Me alegro por este argentino currante de buenos vinos y ganador de dicho premio. El Rock al final es como el buen vino Español, es decir que con el paso de los años sigue gustando y se disfruta tanto en casa como en un concierto.

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