Parece que habéis retomado la plena actividad en los últimos tiempos, para evitar que nadie se haga conjeturas, ¿qué sucedió exactamente?

“A ver, te cuento. Es normal que la gente piense que hemos vuelto a la actividad, pero la realidad es que no hemos estado en ningún momento parados. Cuando estaba Juan Carlos en la banda, a causa de una enfermedad que tuvo del corazón, tuvimos que amoldar nuestro ritmo de trabajo a su salud y por eso hubo que limitar los conciertos a unas condiciones mínimas de tiempo, horarios… Y eso es lo que estuvimos haciendo hasta que murió el chaval y entonces pasamos una temporada sin hacer nada asimilando el palo. Después de eso, nuestra primera intención era terminar los trabajos que habían quedado pendientes, faltaba un disco por hacer y otras cosas. A raíz de que nos llamaran para dar un concierto benéfico en Sestao, ese fue el pinchazo necesario para espabilar otra vez”.

¿No os planteasteis en ningún momento recurrir a un sustituto?

“No, yo veo normal la gente que lo hace, pero nosotros siempre hemos sido chavales de barrio y nos conocemos desde los 15 años, no nos parecía justo, ni por Lera, porque tenía muchas ganas de tocar, ni por la persona que cogiéramos, que igual solo podría hacer un concierto de vez en cuando. Nosotros siempre hemos sido cuatro colegas antes que músicos”.

Vuestro último álbum en estudio data de 1998, ¿hay planes de editar algo en breve?

“Claro, cuando estaba Lera con nosotros ya teníamos la idea de plasmar las canciones en un disco, eso era además algo que debíamos a los fans, pero no lo podíamos hacer por lo que te comentaba antes, igual estábamos tres meses bien, luego le daba un bajoncillo al chaval…Así no podíamos comprometernos a hacer nada en serio, pero algunos temas ya estaban terminados. Eso es lo que queremos hacer ahora, cerrar el ciclo, porque se lo debemos a él, a la gente, y a nosotros mismos también”.

¿En qué punto se encuentra el proceso ahora?

“Este año ha sido una vorágine de conciertos y de todo, porque fichamos por El Dromedario, cogimos a Iñaki Setién a la guitarra, por lo que nos hemos pasado la mayor parte del tiempo ensayando y preparando conciertos, como los del 14 en Madrid y el 22 en Bilbao, donde grabaremos el DVD de final de gira. Luego ya terminaremos de componer todo lo que tengamos y nos meteremos ya a grabar”.

Ese próximo trabajo será el primero con la formación actual, con Pedro de la Osa e Iñaki Setién a las guitarras, ¿ha variado algo sustancialmente?

“Hombre, Pedro solo ha grabado una canción con nosotros en un recopilatorio, la de “Barakaldo”, pero lleva más tiempo en Parabellum que el primer guitarra, por lo que ya nos conocemos mucho de tocar. Y respecto a Iñaki, le conocemos de hace relativamente poco, pero es un chaval que se hace querer, por lo que es ya como si le conociéramos de toda la vida, se ha integrado además muy rápido. Nuestra manera de funcionar sigue siendo similar a la de antes, a veces hacemos cosas en el local, y una tontería que se le ocurre a uno, los otros la desarrollan”.

¿Son por tanto para vosotros más importantes los directos que los discos en estudio?

“Bueno, yo personalmente me siento muy a gusto en directo, lo que es sudar y  ver a la gente, meter gambas y echarte unas risas, pues es muy importante. Pero el disco al final es lo que se va a quedar ahí para escuchar para siempre y por eso tienes que tener más cuidado a la hora de grabarlo o producirlo porque las cosas se van a poder escuchar igual dentro de 5 o 10 años…Yo me muevo mejor en directo, aunque el estudio, ya te digo, es otro método de trabajo diferente”.

Uno de los actos más emotivos de los últimos años fue el homenaje a Lera en el Kafe Antzoki en el 2015, ¿qué recuerdas de ese día?

“Jo, pues si te digo la verdad, me acuerdo de pocas cosas, porque fue mucho curro y desgaste de llamar a la peña, organizar esto y aquello, una vorágine… Es más, el mismo día del concierto, casi fuimos sin comer después de ensayar con los últimos que habían venido. Fue todo tan rápido que hablé con gente y luego ni me acordaba de que estuve hablado con ellos, estábamos un poco como zombis (risas). Pero con lo que me quedo es con toda la acogida y el respaldo de la peña, desde los que acudieron allí desde el primer minuto con las entradas agotadas hasta los que colaboraron con nosotros, como amigos, técnicos, seguridad… En el momento en que lo necesitas ves a la gente que en realidad está contigo”.

Allí estuvieron bandas que os han considerado una influencia como Porco Bravo o Kaótiko, ¿qué te parece eso?

“Yo no sé si me tomarán realmente como influencia, espero que por lo menos sea positiva (risas). Pero hombre, es un halago y un orgullo, y por supuesto que nos alegra, aunque creo que los grupos que has comentado, así como los otros que participaron, tienen ya una personalidad propia con su propio sello. Tener influencias siempre está bien, te ayuda a crecer”.

Y otro evento relevante que has comentado antes fue el concierto solidario de Sestao, ¿cómo se gestó?

“Eso fue lo que nos hizo un poco despertar a la bestia. Llevábamos ya un año y pico que no queríamos casi ni vernos, no queríamos ni ensayar ni nada porque nos daba un poco de miedo, empezar a ensayar sin Lera fue muy duro… Nos llamó Peli para proponernos tocar media hora y nos contó lo que había pasado en el pueblo, lo que ya habíamos visto por televisión (ndr: un incendio obligó a desalojar a 60 vecinos) y le dijimos que lo teníamos que pensar porque nos pilló de improvisto. Lo hablamos entre los tres que estábamos entonces y al de media hora decidimos tirar para delante. Y fue la hostia, fue uno de los mejores conciertos en el sentido en el que nos influyó mucho para sacar todo lo que llevábamos dentro”.

“La libertad de expresión cada vez está más limitada”  

Volviendo al presente, ¿qué me puedes contar acerca del concierto final que tendrá lugar en Bilbao el próximo 22 de diciembre?

“Pues, como hemos dicho, al igual que el de Madrid, servirá para grabar un DVD de lo que estamos haciendo ahora. No vamos a hacer nada que no refleje lo que somos nosotros mismos. En cuanto a invitados, seguramente Mamen (ex-Las Vulpes) cante conmigo “La vela se apaga” y a la batería igual se pone un rato Alén Ayerdi (Marea), pero básicamente será lo que solemos hacer en directo. No queremos perder nuestra identidad, queremos ser sencillos y naturales”.

Hay temas de Parabellum que aluden inequívocamente a otra época como “Noviembre 92”, ¿cómo te ves cantándolos hoy en día?

“Están hechos hace muchos años, sí, pero yo creo que hay canciones que son atemporales porque los problemas cambian de color o de ropa en las fotos, pero siguen siendo los mismos. Los que teníamos 24 o 25 años teníamos los mismos problemas que los que tienen ahora esa edad, aunque sean diferentes épocas. Están igual de puteados, por mucho que ahora puedan entretenerse con el móvil o con internet. Los alquileres están por las nubes, no tienes alquileres sociales, si okupas te desalojan… básicamente es lo mismo”.

“Imaginas” fue verdaderamente pionera a la hora de abordar los malos tratos en un tiempo en el que no existía la concienciación de hoy en día…

“No sé, yo creo que en realidad estamos involucionando. Parece que cuanta más información tiene la gente más involuciona. Pienso sinceramente que el tema está muy mal, hay algo que cambiar en leyes o educación, yo abogo más por lo segundo, aunque si la persona no quiere recibir educación, es un poco tirar al agua… Solo hay que ver las estadísticas anuales de muertes por violencia machista para ver lo que está pasando”.

Pocas piezas como “La locura” han descrito con tanta precisión lo que implica un desengaño amoroso, ¿muchas experiencias propias?

“No, pero si simpatizas un poco con las cosas que te rodean, lo puedes expresar de forma parecida, no tiene que suceder algo para que puedas sentir lo que siente otra persona. En cuanto a lo del desengaño, aparece la palabra “mujer”, pero también puede ser una relación de chica a chico, chica a chica o lo que sea…”.

Por cierto, ¿cómo surgió la versión de “Un día en Texas” de Parálisis Permanente? ¿Eráis fans de la banda?

“Pues a mí siempre me han gustado mucho, y cuando nos planteamos hacer alguna versión, a mí me apetecía bastante. Al principio se trataba de una cosa para tocar en los ensayos, calentarnos y tal, pero luego la ibas tocando en un sitio, en otro, y al final la grabamos, también en directo, en el disco ‘Hace falta…?’, todo de una toma”.

En los tiempos actuales en los que ofende cualquier cosa, ¿crees que alguna letra vuestra podría herir susceptibilidades?

“Joder, es que si te pones a pensar… eso podría suceder con cualquier tema de los de antes, de los 80 o 90, desde Eskorbuto o Kortatu hasta Hertzainak o Zarama. Parece que la libertad de expresión cada vez está más limitada. Es lo que te decía antes, involucionar, yo creo que cuantas más cosas digas, pues mejor, luego podrás estar de acuerdo o no, cuando se empiezan a prohibir letras, pues las cosas se vuelven oscuras y eso es lo peor, el no tener acceso a las cosas que te gustan. Respeto si dices “mierda”, pero también si dices “amén”. Al final solo vamos a poder hablar de lo que quieren unos cuantos y va a parecer que todos somos tontitos cortados por el mismo patrón, no se trata de eso”.

En Euskadi parece que el punk nunca se fue, porque sigue habiendo una escena con grupos nuevos, ¿estás al tanto de la actualidad musical para destacar algo?

“Pues si te digo la verdad, con la cría, ahora escucho de todo, te puedes hasta asombrar (risas). Hoy en día una niña de ocho años lo mismo te escucha La Banda Trapera que Cyndi Lauper, el “Despacito”… o los Ramones. Y a mí eso me mola, no poner límites ni cortar a nadie. Lo cierto es que tampoco me sorprenden muchos grupos, hay algunos que me gustan y son amigos míos como Turbofuckers, Toni Metralla y los Antibalas, Distorsión… Al margen de eso, hay una banda de Logroño llamada El Cuarto Verde que me encanta, porque no hacen punk, pero hacen algo diferente, con su propio sello y personalidad. Me gusta la gente que tiene su propia esencia y no hace lo mismo que los demás”.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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