Entrevistas |El Desván

«Es un lujo que nos comparen con Marea»

Por: Borja Díaz

Desde Pamplona se han hecho un hueco en el rock urbano en solo cinco años. Ahora nos atacan con su nuevo disco, ‘La taberna del infierno’, que pretende ser un paso adelante para la banda. Gabri Gainza voz y guitarra, analiza con Borja Díaz este nuevo trabajo de El Desván.

Habéis afirmado que vuestro “rock es para gente inteligente”. Explicadnos la frase.

“No es una afirmación. Es un guiño promocional que hemos puesto en redes sociales. Aunque puedo encontrarle ciertos resquicios de certeza, pues, sin descubrir nada, hacemos un rock muy trabajado. Cuidamos minuciosamente la composición, los arreglos, la letra, el mensaje, incluso el aspecto comercial de la canción y también la puesta en escena. En una conversación seria y hablando objetivamente y no de broma, cambiaría lo de “para gente inteligente” por “para gente exigente””.

La banda ha crecido en pocos años ¿Es este el disco que os consolida?

“Puede ser. Aunque un disco que consolida, siempre es el fruto de algo. Nunca sale de la nada. Puede que sea el principio de algo, pero siempre es también el final de algo. En este caso, de muchos cambios, muchas metamorfosis, muchas pruebas, muchas canciones, muchas apuestas… Desde que empezara este proyecto en marzo de 2012, todo ha sido un proceso para llegar a hacer lo que realmente queríamos hacer. Puede decirse que este es el primer disco en el que hacemos lo que siempre hemos querido hacer. Así que es el final, la desembocadura de algo, porque es algo que hemos conseguido. Pero, obviamente, el principio de algo también. Porque esto no va a parar…”.

¿Qué nos vamos a encontrar en ‘La Taberna del infierno’?

“Diez canciones hechas con mucho cariño. En todas hay cosas que destacar. Considero que todas tienen algo que llama la atención. Hay desde canciones más sencillas, muy fáciles de llevar para desembocar en un estribillo pegadizo, hasta canciones que apetece escuchar en silencio y con cascos para reparar en detalles de arreglos muy cuidados y trabajados. En esencia, hay canciones de rock urbano, contundente a la vez que melódico y cantarín. Cada canción termina provocando ganas de escuchar la siguiente”.

La portada, dentro de su sencillez, es muy espectacular ¿Qué podéis contarnos de ella?

“No teníamos una idea clara al respecto. No se lo pusimos fácil a Iosu, el diseñador. Lo único que teníamos claro es que debía ser algo no recargado. Sin demasiada información. A la vez, buscábamos algo que pudiera funcionar como imagen de la banda además de como portada. En una portada que se nos mandó (que nada tiene que ver con la que conocemos) reparamos en una boca que había dibujada en un segundo plano, traslúcida y carente de importancia. Nos gustó mucho. Propusimos utilizarla como idea principal y única. Era una boca que tenía muchas  interpretaciones porque no tenía un gesto concreto. Podía ser una sonrisa malvada, sonrisa feliz, sonrisa sarcástica, no quedaba muy claro. Y esa indefinición, nos gustaba. Iosu se puso a trabajar en el tema y aquello fue evolucionando hasta lo que veis”.

Habéis tenido cambios en la formación, ¿cómo han afectado a la banda y a este disco?

“Positivamente, sin duda. El guitarrista y el bajista decidieron abandonar la formación por motivos puramente personales. Esto supuso un trastoque fuerte que en algún momento nos hizo dudar de la continuidad de la banda. Cuando, después de mucho tiempo, se decidió que todavía había muchas cosas que contar, me puse en contacto con Dani Calazans (guitarra actual) y le propuse formar parte del Desván. Le contamos nuestras intenciones y nuestro plan de futuro que apoyó desde el primer momento. Meses más tarde, un amigo nos recomendó a Dani Cifuentes (actual bajista). Lo conocimos y nos costó pocos minutos saber que nuestra banda era su sitio. Cuando vimos que encajaba en lo personal y en objetivos futuros como banda, fue un sentir común el hecho de que el grupo, a partir de ahí, había empezado a funcionar de nuevo”.

¿Cómo ha influido Kolibrí (productor del disco) en este trabajo?

“De forma muy contundente. El Kolibrí es amigo desde hace tiempo y en varias ocasiones se ha significado públicamente como fan de nuestra banda. Ya había tenido ocasión de hablar con él acerca de las intenciones de la banda, el tipo de trabajo que estábamos realizando y el tipo de canciones que estábamos componiendo y le había dejado algo para escuchar. Coincidíamos en tantas cosas de la forma en la que había que hacerlo, que sentí que por ello (y porque quién mejor que alguien que hace rock al nivel que él lo hace) era la persona indicada. Trabajar con él es un lujo porque son facilidades desde el principio hasta el final. No ha habido prisas. No ha habido tiempos. No hemos marcado nada. Solo había marcado un objetivo: hacer las cosas bien y salir de ahí con la mejor de las sensaciones. Y eso es una “prueba superada””.

“Mi madriguera” podría definir vuestro sonido, se notan las influencias de grupos como Marea, pero con un toque propio ¿Cómo lo veis?

“Para mí es un lujo que me comparen o me asemejen, y si es con Marea, ¡ni te cuento! Habrá que preguntarles qué les parece a ellos (risas). Creo que el rock no tiene demasiados secretos en ese aspecto. Hay canciones que pueden sonar un poco a Fito –dicen algunos-; otros son muy “de la Fuga” –dicen otros-; hay algún tema “muy Marea”. No hay problema. Mientras nos comparen con gente que hace un tipo de música que es la que nosotros queremos hacer. Lo que está claro es que pareciéndose a quien cada uno quiera, El Desván hace sus propios temas y su propia música. Y tiene algo característico que no ha perdido desde el día que empezó: bases rockeras con una línea de voz muy melódica y muy pegadiza. Ese es el “toque Desván” que, de momento, mantenemos porque nos lo creemos desde el minuto uno”.

En “Una noche más” habláis de “aquel disco de los Leño que no paró de sonar” ¿Qué disco fue? ¿Cómo os influyó Leño?

“Leño es uno de los pilares del rock urbano. Eso es indiscutible. En mi caso personal, no es precisamente alguien que me influyera demasiado en mi formación y estilo musical. Siempre fui más de Los Suaves, con mis disculpas y mi más sincera admiración al amigo Rosendo. En esa canción en concreto, no se menciona a Leño aludiendo a una influencia musical. Habla de una relación amorosa imposible que se rompe después de un fin de semana intenso en una casa en la que sólo se escucha un disco de Leño durante todo el fin de semana. Nada más. Para los curiosos, el disco en concreto era ‘Corre, corre’”.

¿La letra de “Perros de corral” apunta a los que se aprovechan de los demás no? ¿Qué podéis contarnos?

“Hoy en día es inevitable dedicar una canción a los ladrones. A los que se aprovechan de los demás. A los que no se dan cuenta de que sus derechos terminan allí donde empiezan a pisar los de los demás. Una crítica al “todo vale”. Tristemente, es un tema que, con el paso de los años, no deja de ser actualidad. Y los grupos creo que tenemos mucha fuerza e influencia y es hasta necesario que alguna de nuestras canciones lleven mensajes de “basta ya” para no perder la esperanza de que, entre todos, un día consigamos desterrar a tanto sinvergüenza”.

¿“Poeta de mi tierra” tiene un sonido rompedor con el resto del disco?

““Poeta de mi tierra” es una canción que podía haber sido single perfectamente. Estribillo pegadizo, rollo “muy Desván”, la que más se parece, probablemente, al estilo del disco anterior, muy repetitiva, muy cantarina, importancia de guitarras, final contundente y con un mensaje de pedir que me dejen ser como yo quiera ser a un mundo que dicta normas, estereotipos, costumbres, manías,  y las marca como reglas de vida impuestas”.

El 23 de diciembre lo presentáis en casa ¿Qué significa para vosotros tocar ante vuestra gente?

“Jugar en casa tiene un atractivo que no lo supera nada. Es una sensación extraña. Por un lado, debiera ser una opción cómoda. Entre el público habrá mucha gente que nos quiere y nos sigue desde hace tiempo y nos va a consentir lo que sea. Pero por otro es compleja, pues es ese público precisamente al que le debemos tanto que tenemos el compromiso de dejarle con el mejor sabor de boca que podamos. Es un concierto que estamos preparando con muchísimo cariño y que no va a dejar indiferente a nadie. Vamos a tirar abajo la Sala Canalla. Estamos seguros”.

Abristeis en Madrid para Poncho K ¿Qué tal ese concierto?

“Muy bien. Para nosotros fue un lujo estar en Madrid teniendo la oportunidad de compartir cartel con él y de recibir prestado a su público para enseñarles parte de lo que tenemos preparado para esta nueva gira. No nos podemos quejar en absoluto de su respuesta. Nos fuimos de allí convencidos de que había merecido la pena y de que dejamos varios nuevos fans en Madrid que seguro vendrán a vernos en una próxima ocasión, que esperemos que sea próxima”.

¿Qué planes tenéis para 2018?

“Ahora mismo, tocar, tocar, tocar y tocar. Somos muy conscientes de que el ritmo de la banda, en cuanto a difusión y expansión se refiere, ha sido más bien tranquilo desde sus inicios hasta hoy. Nos hemos dedicado más a tocar y a disfrutar. Ahora no vamos a dejar de disfrutar pero le vamos a dar ese punto profesional que nos va a hacer también arriesgar y apostar. La intención es salir mucho más e ir sembrando semillas en diferentes puntos del país para llegar a tener en todos sitios fan de esos locos que tenemos por aquí que se suben por las paredes, se tiran de los pelos y nos llenan los escenarios de flores, bragas y sujetadores. Estamos seguros de que fans de esos hay en todos sitios y en esta gira ¡nos vamos a buscarlos!”.

Borja Díaz
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