Entrevistas |Nemesis (Pulse)

«La escena del black ya me daba pereza y no satisfacía mis inquietudes musicales»

Por: Yorgos Goumas

Foto: Richard Touzimsky

Desde la apacible ciudad austriaca de Linz, los metalizados y cibernéticos sonidos de este Pulse ofrecen al oyente un amplio abanico de sonidos futuristas con bases sonoras tanto al ámbito metalero como electrónico. Su segundo disco de estudio, ‘Adjusting the Space’, editado el 6 de noviembre, ataca a nuestros oídos cual platillo volante con intenciones poco pacíficas, y antes de esta inminente invasión Yorgos Goumas habla con su Nemesis, su impulsor principal.

Háblanos de tu evolución musical a lo largo de los años…

“A los catorce años empecé a escuchar al rock de toda la vida, desde Queen hasta Guns N’ Roses, y poco después empecé a escuchar thrash (Metallica) y death (Deicide), pero mi apetito para música extrema no me dejaba en paz, así que me metí en el ámbito del black también. Ya por entonces era fan de Peter Tägtgren y de Hypocrisy, así que cuando me enteré que tenía un proyecto que se llamaba Pain, me fui a una tienda de discos y me compré el disco ‘Rebirth’ (1999). La primera vez que lo escuché fue como una epifanía: aunque ya conocía a bandas anteriores como Rammstein, Ministry o KMFDM, nunca había oído antes como se mezclaban las guitarras heavies con sonidos electrónicos de esta manera. Fue entonces cuando decidí que quería hacer algo similar”.

Aparte de los gustos musicales, con Tägtren compartís el mismo interés con lo que se refiere a los alienígenas, vista la temática de este disco. Sin ir más lejos, el primer single, “Black Night”, es sobre este supuesto satélite extraterrestre que lleva orbitando la Tierra desde hace miles de años y al cual Tägtren también le dedicó un tema, “Black Night Satellite” en el disco ‘Coming Home’ (2016). Además, veo que llevas una camiseta de la NASA y tu cuenta de Facebook contiene la palabra SETI (acrónimo en inglés del proyecto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre).

“Desde pequeño me fascinaba toda esa temática, y por supuesto la ciencia ficción. Ahora eso sí, yo soy más del lado oscuro y distópico del género: las películas de ‘Alien’, ‘Event Horizon’ (Paul Anderson, 1997), ‘Interstellar’ (Christopher Nolan, 2014), etc. El lado luminoso de ‘Star Wars’ y ‘Star Trek’ no me llama mucho la atención. Aun así, esta temática no tiene cabida en el black metal, y si a eso añadimos el hecho que la escena del black ya me daba pereza y no satisfacía mis inquietudes musicales, Pain fueron el empujón final para que me moviera por otros derroteros musicales”.

¿Cómo fue tu conversión de músico de black metal a uno de cyber metal?

“Tuve la suerte de poder contar con la inestimable ayuda de Claus Prellinger, propietario del sello y estudio de grabación CCP, con el cual ya habíamos sacado los discos de Astaroth, y que me enseñó cómo manejar un equipo de estudio digital y es acaso el productor más importante en Austria. Fue un proceso largo y arduo, eso sí”.

Y tanto, porque el primer disco de Pulse, ‘Extinction Level Event’ (2015), salió 15 años después de haber tenido aquella epifanía, ¿verdad?

“Sí. No solamente tuve que reinventarme como músico, sino que tuve que hacerlo todo yo, desde la composición y ejecución de los temas hasta la promoción, y todo fue pagado de mi bolsillo. Por entonces, Astaroth todavía teníamos un contrato con el sello Prellinger, pero al principio se mostró reticente a la hora de lanzar el debut de Pulse porque no creía en su viabilidad comercial. Intenté encontrar otro sello para Pulse, pero no pudo ser, así que al final decidí sacarlo con el sello Prellinger aunque esto significara que yo tuviese que cubrir todos los gastos. Prellinger hizo de productor en honor a nuestra amistad y no porque creyera en el proyecto. Cuando recibimos la oferta de nuestro sello actual, NRT-Records, Prellinger por fin se dio cuenta que sí que existía un público para nuestra música, así que se convirtió en productor para este disco también…Y esta vez los gastos fueron cubiertos por el sello, no por mi”.

Habéis versionado al clásico hit de la Neue Deutche Welle, “Major Tom”, cuya versión original fue de Peter Shilling en 1982. Aparte de su temática espacial, inspirada en el “Space Oddity” de David Bowie, supongo que la música synth pop ochentera también es de tu gusto.
“Exacto. Sin embargo, también me han influenciado artistas como Jean-Michelle Jarre, Vangelis o Enigma, y mi banda favorita de todos los tiempos es Pink Floyd. De hecho, el nombre de la banda proviene del título de su disco en directo (ndr: P·U·L·S·E, de 1995)”.

Precisamente de esto quería hablarte: el tema instrumental “Encounter” rezuma Pink Floyd por todos sus poros…

“Es mi homenaje a esta banda. El tema con el que se abre su disco ‘The Division Bell’ (1994) que se llama “Cluster One” fue la base del “Encounter”. Cuando le dije a Dom que iba a emular a David Gilmour no se echó para atrás, es un guitarrista muy talentoso”.

El tema “Points of Nibiru” (Nibiru es el supuesto planeta de origen de los legendarios dioses sumerios Annunaki) también muestra tu interés acerca de los astronautas antiguos…

“Me fascina la posibilidad que en los tiempos más remotos llegaron aquí extraterrestres para sacar a la Humanidad de su estado primitivo y que nos ayudaron a construir esas maravillas antiguas como son las pirámides egipcias, por ejemplo”.

¿Cómo surgió la colaboración con el DJ venezolano Zardonic (ndr: otro artista que empezó como teclista en una banda de black metal para ir posteriormente a derroteros industriales)?

“Soy fan de su obra así que le envié un correo electrónico preguntándole si le interesaría hacer una remezcla del tema “AlienAngel”, del disco anterior, y aceptó sin ningún problema. Así de simple (risas)”.

Tu conversión del black al industrial me recuerda tanto a Samael como a The Kovenant.

“Samael tiene que ser la banda que más veces he visto en directo en mi vida, unas veinte, y sí, son otra de las bandas que más me gustan. Con respecto a The Kovenant, prefiero su último disco, ‘SETI’ (2003). Verás, se trata de una banda con arreglos y melodías bastante complejas, y yo prefiero los arreglos simples y directos. Me gusta tener estrofa, puente, estribillo y ya está, y creo que esto queda patente en nuestro disco. Quiero que los oyentes se queden cautivados por la inmediatez y que se enganchen enseguida. Para mí, menos es más”.

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