En menos de un mes os embarcáis en una gira Europea. ¿Qué expectativas tenéis al respecto? ¿Qué puede esperar el público de esta serie de shows en nuestro país en comparación con la gira de 2016?

“En esta tenemos nueva formación. Aquella gira por Europa fue una de las últimas giras de Catupecu antes de parar y estar cinco años con Vanthra, mi otro grupo. A principios del 2017 paré con Catupecu, reencarnando con esta formación, en la cual se encuentran Charlie Noguera y Juli Gondell, que son mis compañeros de Vanthra, además de Miguel “Abril” Sosa, que es el baterista original de Catupecu Machu, con el que nos reencontramos en aquel homenaje a mi hermano en el Quilmes Rock, un festival muy grande de acá en Argentina.

Después de eso empezamos a invitar a Abril Sosa a que viniera a tocar algunos temas más a dos baterías, como habíamos hecho en otros shows. Eso al final se transformó en la reencarnación del grupo. Hay mucha gente que no nos vio a Abril y a mí juntos,  por lo que habrá un espectáculo muy poderoso”.

¿Literalmente, dos sets de baterías en el escenario?

“Literalmente, dos sets de batería en el escenario. Hay momentos en los que se queda tocando Abril, Juli Gondell pasa al frente y toca también la guitarra a veces, por lo que va mutando el reptil. ¡Se van a encontrar con un show alucinante, hermoso y muy fuerte! Por ahí lo podría llamar como "el show de los temas que todos querrían escuchar", ¿viste? (Risas).

Ahora estamos grabando un disco nuevo, el año que viene iremos a Europa a hacer gira, pero ahora es tiempo de tocar todas esas canciones que la gente quiere escuchar: “Magia veneno”, “Y lo que quiero es que pises sin el suelo”, “A veces vuelvo”, “En los sueños”…"

Foto: Wearevrodas

¿Entonces vais a sacar nuevo disco? 

“Sí, vamos a sacar un disco nuevo el año que viene. Ya venimos trabajando desde hace bastante. Siempre los discos tienen ese proceso de mi trabajo acá en casa, en el estudio casero, después pasan al local de ensayo y van creciendo como grupo también. La música es un movimiento de energía, una traslación de algo interno que sale fuera y se proyecta, pues, a través de los músicos. Eso es lo que estamos haciendo ahora, proyectar lo que estamos viviendo, y es algo hermoso.

Antes de la salida del disco habrá algún show, como por ejemplo el Cosquín Rock acá en Argentina, que es un festival muy grande, además de alguna cosita más… Pero en general estamos ya enfocados en el trabajo del disco".

Profundicemos acerca del disco que está por venir. ¿Cuántos temas tenéis hechos? 

“Temas tengo un montón hechos. Tengo muchas ganas de hacer un disco de siete temas, no porque haya más canciones, al contrario, sino porque es un momento que pasa todo muy rápido. A día de hoy los artistas de más “tradición” sacan los temas en singles y yo creo mucho en la obra, en el disco. Me parece que estaría buenísimo concentrar toda la energía en hacer siete temas que sean buenísimos e imaginar el vinilo, de un lado cuatro temas y del otro tres".

Después de tanto tiempo sin sacar nada, ¿cuál crees que sería la mayor disimilitud en cuanto a tus trabajos anteriores? 

“Todos los trabajos de Catupecu Machu son diferentes. No somos un grupo que repite fórmulas. El hecho de estar reunidos otra vez hace que haya algo que sucede inevitablemente, a parte me estoy trayendo un montón de cosas de afuera, he armado toda una pedalera nueva para la guitarra y bajo, micrófonos… Todo eso hace que el sonido sea diferente, además de las composiciones.

Todo tiene un hilo conductor que soy yo, que estuve en todas las formaciones de Catupecu y es mi voz la que suena, lo cual lo hace muy identificativo. Los discos siempre reflejan momentos diferentes, por lo que no sé qué decirte exactamente que lo diferencie. Sé que es un disco fuerte, poderoso, con canciones con velocidad y otras hechas a medio tiempo, con mucho groove.

Para mí se está perfilando para ser un discazo en el sentido de escucharlo y sentirme contento y orgulloso de lo que hicimos. Lo que pueda pasar con la gente o no, siempre es un misterio, y creo que es lo lindo de esto, ¿no?  Nosotros nunca hacemos discos pensando en el éxito comercial, lo hemos tenido con cada disco que hemos hecho, pero jamás los hemos hecho pensando en eso".

Eso es muy importante, si haces algo pensando solo en el éxito comercial, al final no te sale un disco auténtico.

“Nosotros somos un grupo que hace música que sale de los adentros, de lugares desconocidos. Alguna vez dije en alguna nota: “Nosotros sabemos lo que hacemos, pero no hacemos lo que sabemos”. Los discos son momentos que quedan impregnados para toda la historia, que reflejan momentos".

En cuanto a tu otro proyecto, Vanthra. ¿En qué punto está actualmente?

“Vanthra entró como en un impase, porque fue un aluvión muy fuerte esto que nos pasó con Catupecu. En realidad, lo que pasó es que habíamos hecho tres temas para el show del Quilmes Rock a dos baterías y empezamos a invitar a Abril a que tocase con Vanthra. En el primer show, que fue en Mendoza, en la prueba de sonido, se me ocurrió decirle de tocar “Secretos pasadizos”. Empezamos a sumar y acabaron siendo nueve temas.

De Abril nos separamos en el año 2002, estuvimos veinte años sin estar juntos, por lo que la gente está muy sorprendida de vernos. A partir de ahí le empezamos a invitar a más shows y poco a poco nos dimos cuenta de que se estaba fraguando la reencarnación de Catupecu Machu”.

¿Se podría decir que Vanthra y Catupecu se han fusionado de alguna manera? 

“Sí, claro. Al estar Juli Gondel y Charlie Noguera se fusionó, entonces está esa energía puesta ahí. No quita que en algún momento Vanthra pueda volver en un tiempo, no lo sé.

Hoy es el tiempo de Catupecu y estamos muy contentos con lo que pasa, que fue una sorpresa para nosotros y para el público, el cual es un gran causante de que la banda haya reencarnado, que esté tocando y grabando".

Cuéntame alguna historia que os haya pasado en algún directo, de esas que recuerdas a menudo con la banda tomando unos mates.

"(Risas) La más reciente y muy significativa es que me corté un tendón hace poco, porque me comí los monitores. ¡Una pavada para las salvajadas que hemos hecho en el escenario! Lo que pasa es que me di vuelta y cuando estaba cayendo, por salvar la guitarra, ¡porque a la guitarra no le puede pasar nada!, me partí un tendón que se llama supraespinoso.

Después, qué se yo… Siempre pasan cosas alucinantes, porque todos los shows tienen lo suyo, son únicos, irrepetibles y dejamos todo arriba del escenario. En este momento estamos viviendo algo muy, muy alucinante, que ya lo van a ver ahora en las tres locaciones de España y en Berlín”.

Puse la oreja el otro día en la charla que tuviste con Mariskal en su programa. Me percaté de que bromeabais acerca de tus supuestos vínculos consanguíneos con Don Rodrigo Díaz de Vivar, apodado “El Cid Campeador”. ¡Se dice incluso que el personaje ni siquiera existió! Háblame acerca de tus orígenes españoles.

“A mí, tanto mi abuelo como mi papá, me contaban que soy descendiente directo del Cid y de esa zona. Ahora parece muy raro, pero lo que sucede es que en esas épocas de la humanidad no había tantos millones como los hay ahora.

Mi familia proviene de la zona donde nació el Cid (Burgos). No sé el lugar exacto, porque mi abuelo ya era argentino, hijo de españoles. Él se casó con mi abuela, cuyo apellido era Quintana, que es un apellido también español, pero era mezcla de un militar español con una nativa. ¡Viste que los militares venían acá y se agarraban a todas las aborígenes que había! (risas).

Mi bisabuela o tatarabuela, aún no me queda claro, era una cacique toba, por eso mi abuela es de apellido Quintana. Según ella me contaba, esta cacique era muy linda y este español  había tenido hijos por todos lados, pero le dio el apellido a los hijos que había tenido con esta cacique, entonces mi abuela lo heredó.

Era raro porque tenía la cara angulosa de una española, pero mezclada con rasgos aborígenes. Luego, por parte de mi mamá toda mi ascendencia es italiana, ¿viste? Lo loco es que yo de casualidad vivo a cuatro cuadras del monumento al Cid Campeador, y siempre que paso al lado lo veo arriba del caballo con una lanza y digo: ¡Algo tenemos que ver!”

Dime con qué grupo de aquí compartirías escenario, ya sea por gusto o afinidad.

“Tenemos un cover de "Hechizo", de Héroes del Silencio, y no compartí escenario pero sí compartí camerinos con Enrique Bunbury, un tipo que la verdad es que admiro mucho. Casi graba con nosotros la versión de “Hechizo”, pero estaba de gira y no pudo ser.

Una banda que me gusta mucho y descubrí mirando La Casa de Papel es Vetusta Morla, con el tema “La Deriva”. El año pasado estuvieron aquí tocando en el Cosquín Rock, pero no nos pudimos cruzar. La verdad es que me gustaría subirme al escenario un día con ellos a cantar el tema, o que se suban con Catupecu.

Viste que hay temas que pasan al imaginario de uno y, más allá de que me gusta Vetusta Morla, “La Deriva” es un tema que me llega al corazón. Me gustan los artistas que tienen su marca, su personalidad. Justo cuando empieza un capítulo de la serie, aparece Tokyo (Úrsula Corberó) bailando al son de la canción y dije: "¿¡Esto qué es!?"

A través de esta entrevista invito a Vetusta Morla a que cuando estemos en Madrid se suban a tocar “La Deriva”, que se baje todo el grupo y lo canto junto a ellos, ¡estaría buenísimo! (Risas)".

Escucha a Catupecu Machu en Spotify:

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