Entrevistas |Walter Meza y Norberto “Topo” Yáñez (Horcas)
« El largo camino de Horcas: tempestad, renacimiento y resistencia»
Por: Hernán Osuna
Este mes se cumplen 30 años de la edición de ‘Reinará la Tempestad’, el álbum debut de una de las bandas más emblemáticas del heavy argentino, Horcas. Walter Meza (vocalista, quien ingresó en 1997) y el histórico bajista Norberto “Topo” Yáñez, que se unió a la banda en 1991, revolvieron el baúl de los recuerdos y analizaron tres décadas de shows, giras, discos, alegrías, tristeza, tragedia - Osvaldo Civile, guitarrista y fundador de la banda, murió trágicamente en 1999 - y más. Música, vida, resiliencia, resistencia y heavy metal, en una charla de Hernán Osuna con dos veteranos de mil batallas.
Dentro del heavy metal argentino, Horcas se ubica como unos de los históricos protagonistas del movimiento. Si Riff y V8 sentaron las bases, Hermética y Malón consolidaron el género, Rata Blanca lo hizo masivo y llevó al mundo y Almafuerte lo emparentó con la poesía gauchesca, Horcas le dio continuidad y resistencia. Todas las bandas anteriormente mencionadas o ya no existen o atravesaron separaciones y luego volvieron. Horcas, a excepción, del parate generado por el fallecimiento de Osvaldo Civile (ndr: el guitarrista fue encontrado muerto con un disparo en el pecho efectuado con su propio revólver el 28 de abril de 1999.
La causa está oficialmente caratulada como «muerte dudosa», no hay evidencias como para confirmar el suicidio y hay quienes dicen que fue asesinado), nunca bajó los brazos y siguió a paso firme. Con heridas, con algunos años de silencio discográfico en los 90’, pero dispuestos a mantener un espíritu de resistencia y vencer. Justamente “Resistencia” y “Vencer” se llaman dos de sus canciones: un resumen de la actitud que primó en el grupo a lo largo de los años.
Horcas, muchas veces criticada y vituperada, pasó por todo: giras y shows a lo largo de Argentina y el exterior, cambios de formación, aceptación, rechazo, alegrías, tristezas y tragedia. Una de las bases de la psicología cognitiva (“No puedo cambiar mi realidad, pero sí la manera en cómo la interpreto”), quizás pueda ser aplicable a la carrera del grupo. No pudieron cambiar el hecho de que Civile muriera, pero luego de un largo duelo y aceptación, supieron interpretar esa pérdida como un vehículo para transformar el dolor en algo positivo. Así llegó ‘Horcas’ (2002), disco homónimo de la banda, que marcó un renacimiento y un quiebre en su historia.
Hoy, en el marco de la pandemia mundial desatada por el COVID-19 (en la Argentina hay más de 30 mil contagios y 833 fallecidos, según informó el diario Clarín el domingo 14 de junio), la banda vive un desafío más, quizás el más difícil de todos: lidiar con un enemigo invisible que, por ahora, no tiene una cura definida. Antes de la cuarentena, el grupo (además de Walter Meza y Topo Yáñez, la formación la completan Sebastián Coria, guitarrista que ingresó en 1994, Lucas Simcic, también guitarrista, y Mariano Elías Martín en batería) se encontraba realizando shows como parte de los festejos por sus 30 años de trayectoria.
En este contexto de encierro e incertidumbre, Meza, quien es el vocalista de la banda desde 1997, y Yáñez (histórico bajista que se unió al combo heavy en 1991) resumieron pasado, presente y futuro (algún día el mundo superará el COVID-19, esperemos) de Horcas, en una charla profunda con MariskalRock. Décadas de supervivencia, resiliencia y heavy metal, de la mano de dos veteranos de batalla que coinciden en confesar: “Horcas nos dio mucho, pero también nos quitó cosas”. Walter Meza y “Topo” Yáñez a fondo:
¿Cómo están atravesando esta situación particular en relación a la pandemia generada por el COVID-19?
(W): "Es un sube y baja emocional. Esto nos tomó por sorpresa a todos y es una situación mundial muy triste. Aparte se paró todo un año de trabajo para Horcas y somos 14 familias que viven de la banda, ya sean músicos, asistentes, sonidistas, manager, iluminadores y más. Creo que a todos nos marcó y nos está marcando, ya sea económica o emocionalmente.
Cada uno tiene angustias retenidas y otras cosas. A nosotros en este momento lo que más nos cuesta es el hecho de no juntarnos. Estamos constantemente unidos y nos preocupamos por cómo andará el otro. Uno no sabe cuándo va a terminar la pandemia y la verdad es que es algo triste, pero esperemos que de a poco se vaya aclarando el panorama".
(T): "Al principio fue un poco duro, no nos imaginábamos que íbamos a estar todos encerrados. Somos una banda que viaja mucho, generalmente nos vamos los jueves de gira y volvemos un lunes o martes. O sea que siempre está rodeado de gente. Yo vivo solo y al principio se me hizo un poco difícil la cuarentena, pero ya me acostumbré. Llevamos tres meses así. Creo que nunca toqué tanto el bajo en mi vida (risas).
Con el grupo una vez por semana charlamos por Zoom para ver cómo están las cosas, cómo lo pasa cada uno y no perder el hilo. Son muchas personas que viven de la banda. Es complicado. El arte es muy importante en este momento, porque es un mecanismo de contención para la gente que está en sus casas. Por otra parte, creo que es un gran momento para los artistas: creo que los músicos deben estar componiendo buenos temas, los escritores creando excelentes obras, pintoras y pintores haciendo lindos cuadros y más. A veces el arte se nutre de lo triste, porque es en el dolor donde muchas cosas necesitan salir a la luz".
Por otro lado, esta situación hizo disfrutar algunas cosas que uno no puede apreciar al estar todo el tiempo de gira…
(W): "Tal cual, es así. Yo soy padre y fui papá de vuelta a los 53 años. Tengo una bebé de un año y diez meses y también trato de disfrutar, porque soy consciente de que cuando termine toda esta situación mundial y se pueda tocar, Horcas va a girar el doble. Hay que recuperar el tiempo perdido. Ya teníamos shows pactados y además hay un disco en camino".
(T): "Yo aproveché para acomodar algunas cosas en casa. Habíamos comenzado el año en Cosquín Rock, luego hicimos un show en Buenos Aires, ya teníamos programada la gira y recuerdo que tuvimos que cancelar un último recital acá. Se estaba hablando de ir a España y México, que hace rato que no íbamos y se cortó todo. A pesar de todo esto, el planeta redujo su contaminación. Yo suelo enfermarme tres o cuatro veces por año. Y hasta ahora en 2020 no me enfermé nunca".
Cuéntenme sobre los shows que realizarán uno vez que se aclare todo este panorama.
(W): "Ahora tendríamos que estar tocando en Estados Unidos, pero obviamente se canceló. También hay fechas en Latinoamérica, España y una gira grande por Argentina. Este tour de los 30 años fue la excusa para brindar un homenaje a la carrera del grupo. Yo ingresé en 1997, la banda la iniciaron Osvaldo Civile y Gustavo Rowek, que luego se fue a Rata Blanca. Hay muchos integrantes que fueron pasando por la banda y la verdad es que tenemos un largo recorrido con una mochila cargada de sensaciones: buenas y malas. Este ofició me permitió viajar y cumplir todos mis sueños, pero también me quitó mucha paz. Y a veces estuve lejos de los amigos o la familia. Pero Horcas es eso, ‘Reinará la tempestad’. Como el primer disco".
Atravesaron distintas décadas del país y gobiernos, afrontaron la dura pérdida de Osvaldo Civile en 1999, cambios de formación e inclusive a cierto sector del público, grabaron múltiples discos, realizaron giras, telonearon a Megadeth, Black Sabbath, Iron Maiden, Pantera, Metallica y otros. ¿Es Horcas un ejemplo de resiliencia?
(W): "Supongo que sí. Horcas es un ejemplo de perseverancia y resistencia. Como cuando te golpean en el piso y te levantás. El grupo siempre tiene algo para dar y, a pesar de los cambios de integrantes, nunca perdió la filosofía de luchar y superarse constantemente. Hemos teloneado a los grandes que vinieron al país, tuvimos la suerte de grabar en los mejores estudios de la Argentina y ser una banda emblema del movimiento heavy de aquí. Pero el hecho de seguir haciendo lo que a uno le gusta después de tanto tiempo, a pesar de todas las cosas que van pasando, ya es un logro".
Totalmente, aparte le da sentido a tu vida.
(W): "¡Claro! Sí me preguntás qué consejo le daría a los jóvenes, pues diría que hay que vivir cada etapa y poner también en vista el hecho de cumplir tus sueños. Y si te querés dedicar a la música profesionalmente, estar en una banda y tocar, hacelo. Tenés que saber que hay pros y contras: a veces estás lejos de tu familia, gastás mucho dinero en equiparte, viajás mucho, etcétera.
Y luego cuando estás en un plano más conocido tenés que bancarte las críticas en redes sociales, la mala leche y los problemas internos. Si no estás bien parado en la vida y emocionalmente, te puede afectar muchísimo. Te podés convertir en un resentido. Nosotros hemos pasado por un sube y baja de emociones. Y con esta pandemia mundial por el COVID-19- se entendió que la música es una medicina. Así que seguiremos luchando".
Topo, vos sos uno de los históricos del grupo, ingresaste a la banda en 1991, un año después de la edición de ‘Reinará La Tempestad‘. Repito la pregunta. ¿Podría considerarse a Horcas como un ejemplo de resiliencia?
(T): "Siempre nos gustaron los desafíos: vimos pasar un montón de presidentes, de bandas que se fueron y volvieron; modas, todo. No sé si somos un ejemplo, pero creo que el secreto es estar unidos. La verdad es que el hecho de que tengamos treinta años de carrera es increíble. Nunca me imaginé que podía llegar a esto y todavía estar acá. Siempre tratamos de hacer hincapié en la parte humana, por eso creo que duramos tantos años. Todo es a favor del grupo, las cosas no se hacen de manera individual. Pasamos situaciones muy duras, como la muerte de Osvaldo, pero a cada lugar que íbamos siempre nos daban un abrazo, una caricia y una palabra de aliento. En ese sentido, la gente tiene mucho que ver.
Por otra parte, fuimos una banda muy bastardeada y criticada, lo seguimos siendo también. Pero es el precio que tenés que pagar cuando asomás la cabeza; estás mucho más expuesto a riesgos, a que te critiquen. A mí me gusta mucho la tecnología, pero las redes sociales hicieron que una persona pueda hablar mal de otra, sin ningún argumento, porque sí. Tener una banda de rock no es fácil: son cinco o seis personas tomando decisiones. Y se trabaja en la noche, donde hay tentaciones y se juntan los billetes de todos los colores: a veces hay gente estafadora, mucha droga dando vueltas y problemas".
¿Sabías que Mariskal Romero se subió al escenario con Horcas en 2011 durante su concierto en Quito (Ecuador)?
En 1999 falleció Osvaldo Civile y en 2002 volvieron con ‘Horcas’, disco homónimo de la banda. ¿Cómo vivieron esa etapa de renacimiento musical?
(W): "Tomamos la decisión de mostrar que valíamos como integrantes de Horcas, porque en ese momento, con la pérdida de Osvaldo como líder de la banda, no se cuestionó tanto nuestra forma de seguir. Pero después nos empezaron a criticar cuando a Horcas le empezó a ir bien y empezamos a llenar los recintos y girar por el mundo. En ese momento, el cariño del público, de colegas y de nuestras familias fue crucial para continuar. En ‘Horcas’ teníamos que demostrar el peso que teníamos y la verdad es que fue un gran disco.
Marca un comienzo, pero también nos dio confianza para reafirmarnos a nosotros mismos. Después de 20 años el público sigue cantando temas como “Esperanza”, “Reacción”, o “Fuego”. Eso es sumamente emotivo".
(T): "Fue difícil, porque luego de la muerte de Osvaldo Civile perdimos el rumbo, no musical, pero sí emocional. Yo llegué a vivir con él, así que imaginate. Por otro lado, fue todo un cambio en esa época, porque veníamos grabando en cinta y se comenzó a grabar en formato digital. Con Horcas teníamos muchas ganas de lanzar un disco y mantener viva la llama de Osvaldo. Fue un quiebre, un gran desafío. Y esa fue la gira más grande: hicimos alrededor de 150 shows en un año y compramos un micro para poder desplazarnos de ciudad en ciudad".
Horcas lanzó su propia línea de cervezas en el marco del 30º aniversario. ¿Podrían darnos más detalles acerca de este emprendimiento?
(W): "Tenemos la suerte de que hay gente que ama la música. Hay un sitio donde solíamos juntarnos algunos músicos y amigos, la Roca Industrial, una especie de club para músicos cuyo dueño es Corcho Rodríguez. Ahí iban Chizzo de La Renga, Vitico y otros. Ahí conocimos a una persona que trabajaba para una fábrica de cerveza y en ese momento era algo típico que las bandas lanzaran cervezas: tenías la birra de Metallica, AC/DC y más.
Entonces pensé que sería genial tener una cerveza propia con Horcas. Me presentaron al dueño de la firma y solamente me pidió que trajera el diseño para empezar a trabajarlo. Así que ahí salió “Gritando verdades”, que justo coincidió con el lanzamiento de ese disco. Te imaginarás que para fabricar la cerveza probamos todas las muestras (risas). Con la cerveza le dimos un contenido y un regalo a la gente, porque tocamos y llevamos ese souvenir como complemento a un precio accesible para la gente. Tenemos distintas variedades. Yo estoy trabajando además como relacionista de la marca. Se llama Portlander".
Antes me decían que están componiendo un nuevo disco. ¿Dónde lo van a grabar? ¿Ya hay fecha de lanzamiento?
(W): "Estamos en tratativas, sí. Acá hago un paréntesis: la cuarentena nos obligó a estar activos para no caer en la depresión. No estamos acostumbrados a estar tanto tiempo sin vernos y estar parados. Todo esto nos puso fuertes. Horcas es una familia, siempre tratamos de estar conectados. Lucas Simcic, el guitarrista, empezó a editar cosas y probar riffs. Hoy por hoy ya tenemos 11 canciones compuestas. Apenas se levante la cuarentena vamos a ir al estudio a grabarlo. La idea es lanzarlo en diciembre y registrarlo en Estudios El Pie, con Mario Altamirano como ingeniero de sonido. Estamos muy cómodos con él. Incluso los discos que hemos trabajado con él fueron ternados para los premios Gardel".
(T): "El plan ese ese. Ya tenemos un montón de material y las letras, falta ensayarlo físicamente. Nos pasamos las canciones por internet y sí, el plan, como dice Walter, es hacerlo en el estudio con Mario Altamirano".
El metal tiene un espíritu de hermandad innato. ¿Cómo ven la evolución del género a futuro? Hoy por hoy un género como el trap es popular, pero aun así el heavy metal sigue firme. A nivel internacional existen bandas como Greta Van Fleet que reivindican el legado de Led Zeppelin. Y en Inglaterra, un grupo como Bring Me The Horizon reúne a miles de fans en épocas de no pandemia.
(W): "Yo a futuro lo veo bien. Como decís vos, hay muchas bandas que van a recoger ese legado y continuarán tocando música contestataria con distorsión y fuerza. Eso no se va a acabar. El heavy metal aportó visceralidad en la Argentina. La virtud es que en estos momentos podés escuchar música de cualquier banda del mundo. El tema es que en la actualidad los proyectos no duran: siempre están cambiando músicos o separándose. Eso no es sano, porque no se profundizan las cosas. Pero el heavy metal como filosofía, estilo de vida y sentimiento, es inalterable. Con sus cosas buenas y malas.
Después, el fanatismo argento está en todo. Lo que hoy se vapulea, cuando no esté más en un futuro, va a ser recordado con añoranza. Cuando Horcas no exista más, estoy seguro que van a decir que fue una de las mejores bandas de heavy metal de la Argentina. Cuando existía Sumo decían que era una cagada. Después se murió Luca Prodan y, de repente, todos eran amigos de él. Yo no soy quién para criticar, pero a mí me gusta que las bandas sean reconocidas en el momento que existen. No todos vamos a tocar como El Reloj, Pescado Rabioso o Led Zeppelin. A Greta Van Fleet los acusan de robarle a Led Zeppelin. ¡No! En todo caso, están reciclando ese sonido para las nuevas generaciones. Gente joven tocando algo orientado a la música de los 70’. Es genial.
Y con respecto al trap, no puedo opinar. Si me gusta o no, es un tema mío. Pero me parece innecesario e irrelevante si yo me sumo a hablar mal de un estilo. No soy partícipe de esa movida generacional, pero sí valoro el mensaje que hace eje en la resistencia y la superación. Es increíble hoy por hoy el tema de las redes sociales. Wos saca un tema y el video tiene 40 millones de reproducciones en YouTube".
Con las redes sociales se ganaron y perdieron cosas. Actualmente hay una sobreabundancia de información, se consume y se desecha rápidamente.
(W): "Generalmente las chicas y los chicos escuchan todas listas de reproducciones. Pero bueno, nosotros tratamos de mantener la costumbre de grabar discos en estudios con instrumentos reales. Nada mejor que el ritual de afinar la batería, componer, setear el equipo de guitarra. Yo voy a defender eso, porque soy de otra generación, pero no voy a decir que todo lo que se hace ahora es una mierda. No voy a descalificar, porque no suma".
¿Qué les enseñó el heavy metal?
(T): "¡A vivir como un heavy! Así como me dio mucho cariño y gente que me quiere, también toda esta carrera ayudó, de algún modo, a que mis dos matrimonios no prosperaran. Hoy me toca vivir solo. Yo toco en un recital, firmo autógrafos, pero después cuando me meto en la cama estoy yo solo y la almohada. La música te quita mucho a veces: tenés gente que te quiere y aprecia, eso es hermoso.
El día que me muera, si volviera a nacer, elegiría volver a ser músico. Pero a veces, cabe decirlo, pagás con el corazón. Musicalmente me dio discos, giras por el mundo, y tocar en todo tipo de escenarios, teatros, boliches, canchas de fútbol, etcétera. Conmigo la música fue muy generosa. Haber grabado 12 discos en un país como Argentina es algo que hay que agradecer. Pude hacer lo que siempre soñé".
(W): "Como género musical me enseñó todo lo relativo al virtuosismo, la dedicación y el profesionalismo: aprendí a superarme. En lo relativo a lo humano y emocional, me ayudó a tener resistencia y no contradecirme, estar enfocado en una búsqueda permanente y levantarme rápido ante el dolor. Te dicen: “¿Qué es ser heavy”?” Mucha gente lo toma como que es despertarse a las 5 de la mañana para ir a trabajar, ponerse tachas y campera de cuero. No sé, diría que es una forma de vivir. Yo soy de origen humilde y vengo de un entorno difícil. Te puedo decir que el heavy metal me salvó la vida. Tuve la suerte de hacer música y eso me dio las herramientas para salir de un entorno muy conflictivo. El ambiente era relacionado a lo delictivo o las adicciones".
¿Qué sueños musicales les faltarían cumplir?
(W): "Siempre hay cosas. Ahora estoy más en la veta de productor y la docencia. Por ahí me solicitan para asesorar a músicos como cantante, en la parte técnica, interpretativa y demás. Ayudar a alguien en ese sentido me gusta. Y además estoy más abocado a la producción de eventos y a la logística de Horcas. Eso me encanta".
(T): "Hay mucho por hacer. Personalmente, cuando tocamos con Black Sabbath y Megadeth fue como cerrar el círculo. Recuerdo particularmente de ese show el respeto total que demostró la gente y el cariño que nos expresó".
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