Crónicas

Zenobia: “Un huracán llamado Zenobia arrasó Madrid”

«Si hay algo de Zenobia que le hace especial es la forma de interactuar sobre el escenario»

14 abril 2018

Sala Cool Stage, Madrid

Texto: Borja Díaz. Fotos: Marta García Paniego

Por fin llegó el día o mejor dicho ‘La noche del huracán’. Un concierto especial para Zenobia, que cuidaron con detalle. No se guardaron nada, dándonos todo lo que tenían dentro. Han pasado siete años desde el último directo de los riojanos, el DVD ‘Unidos por el metal’, y el grupo tenía ganas de dejar constancia de cómo suena en vivo esta nueva etapa en la que Víctor de Andrés entró para encargarse de las seis cuerdas.

Una de las claves de su éxito es la complicidad y el buen rollo que desprenden ya desde los saludos entre ellos según van tomando posiciones en el escenario mientras suena la intro. Y sin mediar palabra nos lanzaron “100 dardos”. El escenario nos mostraba una pantalla con el nombre de la banda y ‘La noche del huracán’. Hubiera sido interesante haberla aprovechado para proyectar imágenes, sin embargo, eso nos permitió concentrarnos en los verdaderos protagonistas.

Aún con un inicio en el que la guitarra no se terminaba de aprecia (algo que  mejoraría pasados unos temas) salieron como si fuese “La última vez” que pisarían un escenario. Espectacular puesta en escena, derrochando actitud, con mucha fuerza y confianza, haciéndonos corearles en cada canción.

La idea de este directo era la de poner en valor la última etapa de la banda con la formación actual. Es por eso que el repertorio se centró en los tres últimos trabajos. “Entre tinieblas” creó un ambiente oscuro antes de que nos atacaran con “El pacto”. El estado de forma de Jorge Berceo es espectacular, y lo volvió a demostrar con ese inicio feroz.

Si hay algo de Zenobia que les hace especiales es la forma de interactuar encima del escenario. Víctor de Andrés maneja a la perfección el tempo. Sus poses y sus gestos suman espectáculo a su grandísima forma de tocar, y es que no hay que olvidar que es un fantástico guitarrista. En la rapidísima “La fiebre del oro” se lució tocando a gran velocidad.

La gente era consciente de la noche que estaba viviendo. Entregándose a las canciones que interpretaban desde el escenario y dejándose la voz cantando cada letra. Tanto es así que poco importó que Jorge se quedara sin voz en un estribillo de “Corazón de hielo”. 600 gargantas le sustituyeron provocando la sonrisa del cantante. Nos lo estábamos pasando bien, estábamos viviendo una gran noche de heavy, y todo gracias a la banda cuyo nombre comenzó a corear la gente.

Bajarían las revoluciones con Víctor improvisando mientras Jorge y Javi bromeaban sobre cuando terminaría. Al final, con el cantante sentado al borde del escenario, sonaría “Vuelve”. Zenobia son unos maestros haciendo baladas, y desde que Ernesto entró a la banda como teclista, no ha hecho sino ganar su sonido en directo. Nos sacudirían la tranquilidad con “Ícaro”. Un auténtico cañonazo de su segundo disco que pondría a la sala entera a botar. Para la ocasión recuperaron “La legión infernal”, que dedicaron a su gente. Con esos potentes coros de Salva, es un tema ideal para interactuar con el público. Y después de “Lengua de serpiente” llegaría otra de esas canciones ideales para el directo: puños en alto y gritos acompasados para “El sueño de un loco”. Tras ellas, Jorge nos animaría a cantar el estribillo de “Lo llevo en la sangre”, pero todavía no era el momento de su gran clásico.

 

Después de esta pequeña parte llena de intensidad llegó el momento más emociónate. Jorge declaró que somos nosotros los que “hemos hecho grande esta canción” y reconozco que fue el tema que a mí personalmente me enganchó a la banda cuando hace años ganaron el Granito Rock. Por supuesto es su gran balada “Ante tus ojos”, que, con Ernesto a las teclas, Jorge dejó que fuésemos nosotros los que cantáramos la parte inicial. Al final la rematarían toda la banda en versión eléctrico como vienen haciendo últimamente.

Después de “Borraré tu nombre” nos informaron que habían agotado todas las entradas esa noche, nadie se lo quiso perder. Otra hazaña para el grupo, que demuestra estar en su mejor momento. Para celebrarlo, “Mi alma es tempestad” y “Ángel negro” no dejarían que bajásemos las revoluciones. Pero nos tenían una sorpresa preparada. Dedicada a Lemmy, interpretaron una gran versión de “Ace Of Spades” y por supuesto la gente se volvió loca con ella. “Una de piratas” con bandera pirata ondeando incluida, va camino de convertirse en imprescindible. Pero ese puesto lo tiene “Lo llevo en la sangre” con la que pondrían punto y final.

Pero todavía reservaban dos últimos momentos para darlo todo. Esa canción de hermanamiento que supone “Unidos por el metal” allanaría el camino a “La tormenta”. Mucha intensidad para terminar un concierto que quedó grabado y que en breve podremos disfrutar en un disco en directo. Asistimos a un hito más en la carrera de Zenobia en la que arrasaron, y la sensación es que les quedan por delante muchas noches del huracán más.

Borja Díaz
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