Crónicas

Whisky Caravan + Derry: Intenso equilibrio

«Antes de partir a México, Whisky Caravan triunfó brutalmente en Madrid, que ya cuenta los días para su próximo encuentro»

20 octubre 2018

Sala Mitty, Madrid

Texto: Javier Pérez. Fotos: Jorge Bobadilla

Si había un grupo que apetecía ver en la temporada de salas era Whisky Caravan. Se han tomado con calma su puesta de largo en la capital desde que saliera a la venta ‘La guerra contra el resto’ y han arriesgado con una sala como la Mitty (antigua Cats), cuyo aforo es importante. No hubo un lleno total, pero sí una entrada de concierto grande, de grupo ya con muchas cosas que decir.

Cuando accedimos al recinto había comenzado Derry (de nombre real Amanda Tijeras) con un rock que toca muchos palos. Suena bien y su marcada personalidad quedó patente. Yo no tenía conocimientos de su trayectoria y me causaron una sensación complaciente. Su música no es de digestión inmediata, verlos a ella y a su banda en vivo conociendo sus temas debe ganar enteros. Desde el inicial “Boston Detox”, hasta “27”, “Rodinal” o el final con “Krash Park”, impactaron, moviéndose en esos terrenos noventeros, de Dover a Smashing Pumpkins, a los que aportan pinceladas más oscuras que se plasman también en esa actitud tan marcada.

No marcaba el reloj las 21:30 horas cuando cae la luz y entra la preliminar que abre el último LP de Whisky Caravan. Algún desbarajuste de última hora en las guitarras impidió que aquello iniciase de continuo, algo que no sé si despistó a la banda, pero “La guerra contra el resto” sonó bien, sin alardes. Fue con el segundo rejón, “Días de niebla”, cuando destensaron y empezaron a dejarse llevar. “Aullar” la rescataron de tiempos inmemoriales, mientras que con “No estás muerta” y la primera aparición de la acústica de Danny la actuación levantó el vuelo.

De nuevo mirada al pasado para traernos “Volver”, uno de los cortes más concisos de ‘Donde ella duerme’ y empaquetada con “Tu pequeña luz” hicieron mella. Mientras hacían camino entre “Los presidentes” y “Vidas de un solo tren”, alargada con una jam que no desentonó ni en tiempo ni en candidez, anuncian que es el último concierto de Lucky, al menos por un largo tiempo, detalle que él mismo se encargaría de matizar. También dijo que era por un motivo feliz, ahí lo dejó.

El ambiente de la sala y la complicidad entre los de arriba y los de abajo es más que latente, sensaciones volantes que aprovechan para desnudarse en “Cuando vuelvan a por mí”, retocar “Más de alguna vez” para que gane cuerpo y sincerarse Danny pidiéndonos que le ayudemos en su canción favorita: “Las últimas piezas”.

A partir de aquí encaran un último tercio donde van a descargar una montaña rusa de emociones sobre un respetable entregado y bien avenido que sufre el rocío brutal de lo mejor de la noche: una interpretación colérica de “Genie” que destapa el tarro de las esencias más cafres de los madrileños.

Dos más antes de irse a camerinos: Primero sueltan “Sombrero”, buena sucesión de la dinámica, y nos dejan con “¿A qué tienes miedo?” y media sala con la piel de gallina.

El bis pega fuerte con otra de las favoritas, “A salvo en el dolor” aglutina toda la variante rabiosa del grupo, vena que aflora menos de lo que lo debería, pero que cuando lo hace erige directamente piezas victoriosas. El desencadenante final se construye con tres composiciones magistrales, cuyas lecturas en vivo dan la cara: “Aviones”, que está tocada por la magia de la música, “Aquí y ahora” que siempre restalla porque ella lo vale, y el fin de fiesta a lo grande con Danny entre el público que supone “Naufragio”.

Casi dos horas que se esfumaron, que desaparecieron del espacio-tiempo. Una de las mejores bandas de rock & roll del estado (¿he oído la mejor?), que con un talento innato, una sucesión de pasos cortos pero enraizados y un nivel global sobre las tablas que ha subido exponencialmente en los últimos dos años, desembarcaron en su ciudad donde todos los esperábamos. No quito nada de lo que tocaron, pero sí eché en falta “Si vas a disparar” y “Aléjate de mí”, quizá excesiva metralla para el equilibrio del espectáculo.

Seguro que nadie quedó indiferente con lo vivido en esa crucial noche de octubre. Antes de partir a México, Whisky Caravan triunfó brutalmente en Madrid, que ya cuenta los días para su próximo encuentro.

Whisky Caravan:
La guerra contra el resto
Días de niebla
Aullar
No estás muerta
Volver
Tu pequeña luz
Presidentes
Vidas de un solo tren
Cuando vuelvan a por mí
Más de alguna vez
Las últimas piezas
Genie
Sombrero
A qué tienes miedo
A salvo en el dolor
Aviones
Aquí y ahora
Naufragio

Redacción
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1 comentario

  • Juandie dice:

    Pedazo de concierto por parte de una de nuestras mejores bandas como he podido leer por aquí a través de esos 18 buenos temas. Les deseo las mejores de las suertes en su gira Méxicana.

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