Crónicas

The Night Flight Orchestra + One Desire: Desafío al virus con AOR

«Pocas veces lo vais a pasar tan bien como en un bolo de estos suecos, así que avisados quedáis»

10 marzo 2020

Sala Mon Live, Madrid

Texto: Yorgos Goumas. Fotos: Dara Christine e Silva

Mientras la gente va de pillaje agotando las existencias de papel higiénico (sin que un servidor sepa por qué, ya que no ve la tele) y la sombra de una cuarentena general planea por encima de nuestras cabezas, aprovechamos los últimos momentos en los que imperan el sentido común y la cordura para disfrutar con la actuación de estos suecos que consiguen sacar el carácter hortera y festivo, incluso del metalero más acérrimo, a base de temas irresistibles que emulan al mejor AOR ochentero. La aerolínea Aeromantic aterrizaba en la capital y teníamos que acudir a la cita sí o sí. No hacían falta pasaportes ni equipaje, solo ganas de pasárselo bien, y vaya si lo hicimos.

Los encargados de abrir la velada fueron los finlandeses One Desire. Según un servidor entraba en la sala, la banda ya estaba descargando su tema "Apologise". Viendo la cantidad de gente que estaba correando el estribillo, llegué a la conclusión que cuenta con algún que otro fan en este país, una impresión que se fortaleció cuando más gente se meneaba y coreaba temas como "Hurt", "Whenever I'm Dreaming" y "Buried Alive", aunque tengo que admitir que yo no les conocía para nada antes de esto. Los finlandeses no paraban de agradecernos haber acudido a su cita en un día tan difícil para cualquier concierto como lo es un martes, tan temprano (empezaron sobre las 20:00) y en medio de esta psicosis masiva. El 10 de abril se editará su segundo disco, 'Midnight Empire' y, definitivamente, si os gustan bandas como H.E.A.T., Pink Cream 69, Talisman o Harem Scarem, os va a gustar esta también.

Con los cinturones ya abrochados, estábamos listos para recibir las instrucciones de las dos azafatas/coristas que salieron al escenario con unas pequeñas linternas para enseñarnos las salidas de emergencia y de paso empezar a brindar con vino afrutado o champán, algo que no dejaron de hacer a lo largo de la velada. La intro electrónica del "Servants in the Air" sonaba mientras The Night Flight Orchestra tomaba posiciones y con Bjorn "Speed" Strid saliendo el último para dar el permiso de despegar con este tema vitaminado de su último disco.

Desde el primer momento, un servidor se dio cuenta que lo que más sonaba era el bajo de Sharlee D'Angelo y la batería de Jonas Källsbäck y todo lo demás se quedaba en un segundo plano, incluso la voz de Bjorn (a las dos coristas ya apenas se les oía). Tal como me confirmaron posteriormente, desde la parte trasera de la sala, se oía una bola de sonido mientras que un servidor, estando en primera fila, pudo disfrutar con un sonido más decente, posiblemente porque les oía directamente desde sus monitores... y esta fue la única pega de la velada.

Si uno escuchar un tema como "Gemini" y no le entran ganas de mover el esqueleto, es que tiene horchata en las venas en lugar de sangre. ¡Qué tema más pegadizo! Con "Divinyls" y "Living for the Nightime" todos coreamos el riff central, mientras que con "This Boy's Last Summer" un servidor estuvo a punto de bailar como John Travolta en cualquiera de sus pelis ochenteras. La banda parecía estar de buen humor y en un momento dado David Andersson se sentó encima del monitor donde estaba apoyado un chaval tecleando sin cesar en su móvil, justo a mi lado, dándole así a entender que estábamos allí para disfrutar y no tontear con el móvil; la mirada de Andersson  hacia el chaval era más que elocuente.

"If Tonight Is Our Only Chance" y "Something Mysterious" nos retrocedieron a los días en los que las bandas sonoras de series como 'Corrupción en Miami' o películas como 'Flashdance' imperaban en las ondas radiofónicas. El disco-funk de "Paralysed" nos hizo menear el esqueleto otra vez, igual que "Can't Be That Bad" con sus reminiscencias de películas ochenteras de Sylvester Stallone. Para "Golden Swansdown", su tema más cercano a sus queridos ABBA, Bjorn se puso una capa dorada que no se quitó hasta los bises sin ningún miedo de parecer hortera. Además, se trata de eso, de dejar atrás los prejuicios y disfrutar sin sentimientos de culpa. Nunca había visto a tanto metalero bailando sin importarle qué van a pensar sus amigos más "trues".

"Transmissions", "Taurus" y "Satellite" nos llevaron a su tema más épico, "The Last of the Independent Romantics": "un tema de diez minutos donde podéis bailar o quedaros dormidos, depende de vosotros", nos dijo con sorna Bjorn. Para los bises, reservaron uno de sus mejores temas, "Stilleto", en la que las dos coristas emularon el sonido de tacones altos de la intro. Después del galopante y vitaminado "Midnight Flyer" llegamos al momento cumbre de la noche, ya que como suele pasar en sus directos, cuando suena el tema "West Ruth Ave", la gente forma lo que ellos denominan como el "tren metalero", aunque se trate de hacer la conga. Pues, dicho y hecho,  con la gente recorriendo la sala agarrado uno de la cintura del otro, la velada llegó a su desmadrado fin mientras Andersson compartía la botella de su champán con una fan.

Si una banda consigue hacernos olvidar durante hora y media la psicosis imperante, del inminente batacazo económico mundial, las cada vez peores condiciones sociopolíticas y de nuestros problemas personales, a base de temazos pegadizos y de buen hacer, desde aquí nos quitamos el sombrero (o la boina, como es el caso de Bjorn). Pocas veces lo vais a pasar tan bien como en un bolo de estos suecos, así que avisados quedáis. No hay más preguntas, su Señoría.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

3 comentarios

  • Juandie dice:

    Ahora parece que los "grupos parodia" están de "moda" cosa de la cual por mi parte no me llena para aunque no dudo que esta banda sueca diese un buen recital en dicha sala madrileña.

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