Southside Johnny and the Asbury Jukes: Un histórico de los garitos

De esta manera surgió desde los garitos de la costa de Nueva Jersey Bruce Springsteen, y luego le siguió Southside Johnny junto a sus Asbury Jukes, una formación casi eterna por la que han pasado más de cien músicos, incluyendo algunos tan conocidos como Little Steven (hoy en la E Street Band), Jon Bon Jovi, que giró con ellos durante los noventa, o casualidades de la vida, Bobby Bandiera, que también tocó en directo desde 2005 a 2015 junto a los creadores de “You Give Love a Bad Name”. Todo en familia.

Con las entradas agotadas con una antelación considerable, era evidente que Southside Johnny se debió beneficiar algo del efecto de popularidad de Springsteen, aunque tampoco nos suena que haya visitado antes la península, por lo que se entiende la expectación. Hasta un servidor llevaba años esperando poder ver a este señor por nuestro país y así completar la trilogía del sonido Jersey junto con Bruce y Steve Van Zandt. Ya solo nos falta el precursor de todo aquello, Gary U.S. Bonds, otro olvidado por la historia del rock al que el Boss rescató de las catacumbas a comienzos de los ochenta.

Se supone que la sala BBK es un sitio tranquilito para estar sentado, pero los ánimos estaban tan caldeados que hubo un momento en el que la peña se levantó y ya no volvió a los asientos, más que fans lo que allí había eran hooligans de Springsteen. Y Southside Johnny se aprovechó de la situación como viejo zorro, no cabe duda, por eso desde el comienzo no se cortó a la hora de pedir palmas constantemente, algo que nos exasperó bastante porque uno no sabía si estaba en un concierto o en el circo de los payasos de la tele. En fin, cosas de yanquis.

A pesar de que al final salimos muy satisfechos del bolo, lo cierto es que la primera parte del recital resultó un tanto soporífera con temas que se alargaban lo indecible, y las dichosas palmas, ya lo hemos dicho, un vestigio de garrulismo de épocas pasadas. Casi tuvimos que sujetarnos los ojos con pinzas para no caer en brazos de Morfeo, aunque despertamos con el enorme “All I Needed Was You” de Little Steven, con la sección de vientos explotando, y no anduvo desentonado el blues potente “Woke Up This Morning”, donde se lució el guitarrista chulazo con sombrero de cowboy y botas camperas.

“Love on the Wrong Side of Town” es otra maravilla si se interpreta con la convicción suficiente, algo que logró de largo Southside Johnny, que a sus 71 palos puede presumir todavía de un considerable poderío vocal, si cerrabas los ojos hasta parecía que cantaba el propio Springsteen. Y subió otro escalafón con “This Time Baby’s Gone For Good”, con los vientos tomando cada vez mayor protagonismo y sonando más rotundos. Faltaban unas negras a los coros, como apuntó el colega fotero Dena Flows.

En plena progresión ascendente, el hacha chulazo dio un paso al frente para el inicio de “This Time It’s For Real”, con un importante poso soul que hasta  obligó a sacar unas maracas y así fundirse en un marasmo pseudotropical. Y no barruntábamos ni de lejos que rescataran ese soberbio “It’s Been a Long Time”, donde el bueno de Southside Johnny compartía en estudio labores vocales junto a Springsteen y Little Steven. Normal que todos los fieles se levantaran de las butacas con ese épico estribillo de “ouo ouo”. Sublime.

Pillaron carrerilla con “Without Love”, otra recordada pieza de su reválida con soul a paladas que calentó todavía más el candente ambiente cuando se acercaron los tres vientos al borde del escenario, momentazo brutal. Enterneció hasta a los hooligans, que decían: “¡Qué bonito, sí señor!”. Los exaltados entonces pasaron a la ofensiva gritando “Talk To Me”, título de uno de los temas más vinculados a Southside Johnny. Deseo concedido nada más escuchar el griterío. Y la jarana no paró con los fieles levantándose y dando palmas como en una iglesia del Bronx.

Apenas unas notas de piano bastaron para que los entusiasmados seguidores reconocieran la colosal “The Fever”, una pedazo composición que le regaló el Boss a Southside Johhny, aunque luego no pudo resistir grabársela para él mismo. Pocas piezas condensan de tal manera esa peculiar amalgama entre jazz, blues, rock n’ roll y soul que pasó a la historia con el nombre de “Jersey Sound”. Nos terminaron de rematar con un “Trapped Again” en el que el chulazo volvió a hacer arder las seis cuerdas, y el himno juvenil “I Don’t Want To Go Home”, que ya lo reclamaron a pulmón los hooligans.

Pero esta leyenda de Asbury Park sabe de veras cómo animar al personal, así que no se le ocurrió otra cosa que regresar con el “Sherry Darling” del propio Springsteen. Con la sala petada de fans, cualquiera puede imaginar la que se montó. Creo que todavía seguimos escuchando en la cabeza los “oh oh oh” del estribillo. Y según viene siendo tradición en sus recitales, recurrió al “Having a Party” de Sam Cooke para cerrar una fiesta de alto copete con vozarrón y banda muy competente de por medio. Ni siquiera el tipo se cortó a la hora de dar la mano a toda la primera fila como una estrella del rock americano. Es lo suyo.

Echamos de menos “Take It Inside” o alguna pieza más de su glorioso ‘Hearts Of Stone’, a la par que un mayor dinamismo en la primera parte, pero por fin pudimos saldar esta deuda pendiente con un histórico de los garitos. Que vuelva cuanto antes. A sus pies, maestro.

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