Queensrÿche + Last In Line + Dark Sky Choir: Punto y final

Dark Sky Choir

La banda estadounidense Dark Sky Choir tuvo el honor de abrir la jornada antes de las 7 de la tarde. Afortunadamente, la mayoría de los asistentes estaban libres este domingo, ya que no es sencillo abrirse camino con el tráfico que hay en Amberes.  Y ¡sorpresa! No fue la banda de metal melódico alemana Dark Sky, que había anunciado Trix, la que estaba en el escenario, sino la de Nueva Jersey.

Por lo que parecía, algunos miembros habían bebido muchos cafés, mientras que el batería Jordan Cannata podría haber aumentado su consumo de latas de bebida energética. La banda está formada por algunos bichos raros complementados por otros dos miembros menos excéntricos. Por un lado tenemos al guitarrista Ira Black (Lizzy Borden, I Am Morbid, Vicious Rumors, Metal Church, etc.), que tocó todo el set con una chaqueta de piel que estaba completamente cerrada hasta la parte superior, tal vez por no resfriarse en este caldero de brujas que es la sala Trix. Por otro nos encontramos con el ya mencionado Jordan Cannata (Adrenaline Mob, Doro...), quien me recordó en comportamiento y atuendo a Tré Cool de Green Day, con su camisa negra y una delgada corbata blanca que con la que golpeó su instrumento como un loco. Musicalmente estuvo bien, puesto que nos trajeron una mezcla de hard rock y heavy metal extraída de su álbum ‘End of Days’, lanzado este año.

La banda número dos no era nada desconocida, ya que se trataba de Last In Line. Desafortunadamente, el bajista Jimmy Brain no está entre nosotros desde hace ya un tiempo, pero tuve que frotarme los ojos cuando vi a quien estaba en su lugar, el británico Phil Soussan, porque parecen dos gotas de agua. El cantante, Andrew Feeman, difícilmente puede ser culpado por ser un segundo Ronnie James Dio, pero el hombre es un gran vocalista. Por todas estas razones, no me cabía duda de que bastantes asistentes habían asistido principalmente para ver a Last In Line.

Last In Line

Primordialmente, la banda estadounidense tocó material propio de sus dos álbumes de estudio, aunque interpretó tres temas de Dio que obtuvieron muchos aplausos de la audiencia. El acojonante clásico "Holy Diver", “The Last In Line” y “Rainbow In The Dark”, con el que concluyeron el set, fueron las versiones que hicieron.  El ambiente era bastante bueno durante la actuación. Cuando las cosas amenazaban con calmarse, Vinny Appice animaba a la audiencia desde detrás de su batería. Los temas con más interacción con el publico fueron, por supuesto, los de Dio.

Después de un buen set de 45 minutos, pensé en comprar el último álbum de la banda en vinilo, hasta que vi el precio que tenía de 40 € porque los hombres habían puesto su firma en él. Unas firmas muy costosas.

A finales de la década de los 80 y principios de la de los 90, Queensrÿche era una banda de renombre en el mundo del metal y se consideraba una música relativamente innovadora en ese momento. Después, su estrella comenzó a desvanecerse un poco. Tristemente, el grupo ha estado en las noticias en los últimos años principalmente debido a la disputa entre el ex líder Geoff Tate y el resto de los miembros.

Mientras tanto, Todd La Torre tiene tres álbumes en su haber como cantante de la banda, de los cuales desafortunadamente solo tocaron dos temas: los dos del último álbum y nada de los dos anteriores. La Torre se desempeñó excelentemente como cantante y fue el que mayor entusiasmo mostró. En mi humilde opinión, el artista no es inferior a su predecesor. Casey Grillo, quien ha estado tocando la batería en Kamelot durante veinte años, todavía se encuentra en un puesto transitorio detrás de la batería e hizo un excelente trabajo, al que ya nos tiene acostumbrados, mientras que podemos decir que los hombres encargados de los instrumentos de cuerda son muy buenos y rebosan talento.

Queensrÿche

En el lado musical, todo funcionó como debía, el sonido fue bueno y los músicos estuvieron muy atentos. No obstante, el problema, a mi modo de ver, fue la manera en la que presentaban las canciones, puesto que lo hacían sin mucho entusiasmo, faltándoles una pizca de sal. Por supuesto, tocar delante de una sala que ni siquiera está medio llena, realmente no motiva. La banda había llegado al final de la gira y, antes de cruzar el charco y regresar al lado de familiares y amigos, dar lo mejor de sí pareció suponer un problema.  Vimos a una banda muy estática que no motivaba en exceso a los asistentes, también muy quietos.

Por supuesto, una gran parte del público fue muy feliz cuando tocaron temas como "Operation: Mindcrime" o "Jet City Woman", y qué decir tiene de la balada "Silent Lucidity".

En ningún momento vi aplausos de toda la sala, ni siquiera después del acorde final, tras "Eyes of a Stranger". No regresé a casa 100% satisfecho, mientras que los estadounidenses seguramente sí estuvieran felices de regresar a su hogar.

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