Crónicas

Nickelback + Seether en Madrid: Entre dos tierras

«La tónica fue la de tratar de contentar a todo el mundo»

15 junio 2018

Palacio Vistalegre, Madrid

Texto: MartametallicA. Fotos: Alfonso Dávila

 

Han tardado 23 años en consumar su primer concierto en España, esperemos que no tarden tanto en volver, pues para entonces tendrán edad de jubilados. Por desgracia, Nickelback fue como un hijo díscolo del que somos conscientes de su enorme capacidad pero que, debido a su inconstancia, no obtiene los resultados esperados.

Los sudafricanos Seether, que abren para los canadienses en esta gira, no renunciaron a los momentos delicados, pero, en su caso, tenían más claro que el público, ya numeroso cuando saltaron al escenario, les demandaría rudeza si querían salir bien parados. Que una de tus canciones más famosas sea una balada, “Broken”, no quiere decir que tengas que tocar todos los temas lentos que han hallado su hueco en la radio estadounidense (país desde que el que desarrollaron su carrera). A la hora de la verdad, se celebraron con igual jolgorio no solo pequeños clásicos del post grunge como “Fake It” y “Remedy”, con los que cerraron su cerca de hora de show, sino también los recientes “Betray and Degrade” o “Let You Down”; y es que ‘Poison the Parish’ es un señor disco.

Curioso que el guitarrista Corey Lowery (Saint Asonia), un recién llegado en sustitución de su hermano Clint, haya cobrado tanta importancia en la banda en tan poco tiempo, también con un imprescindible papel como corista -a veces incluso podemos hablar directamente de un segundo vocalista- para Shaun Morgan.

Tocaron un poco en penumbra y la diferencia de calidad de sonido entre ellos y el cabeza de cartel fue notable, pero en general gustaron y se constató que tienen más fans en España de los que yo pensaba.

Unas 5.000 personas acudieron a la llamada de Nickelback. En Vistalegre caben 8.000, así que la arena estaba repleta pero solo hubo acceso a la grada en la zona frente al escenario. Su show es un tanto extraño, ya desde que a las 20:56 nos saludan desde la enorme pantalla semicircular en la parte posterior, con el guitarrista Ryan Peake animándonos a que vayamos a por cerveza y a por camisetas antes de que se inicie una cuenta atrás de 20 minutos. Lo normal es que hubiera desembocado en el comienzo del concierto, pero lo que se viene es un mini-documental seguido de unos pocos minutos de espera más.

La potente “Feed The Machine”, que da título y abre su último trabajo, es la encargada de darnos la bienvenida, e incluso en esos primeros compases el sonido es nítido, algo especialmente meritorio en este recinto. Dos pantallas laterales siguiendo a los músicos, la pasarela tras la batería de Daniel Adair y provocadores a cada lado completan una producción escénica no especialmente ostentosa pero con un show bien medido. Aunque Daniel lleva pinganillo y también apoya a ratos, Ryan es el principal corista, y tanto Chad como él cuentan con dos micrófonos, uno de ellos para las voces con efectos. Instrumentalmente hablando, aparte del despliegue de guitarras que desfilaron por las tablas durante la hora y cuarenta minutos que duró su actuación, hay que señalar también que en varias canciones llevan con ellos a un tercer hacha; se trata de Rob Dawson, el técnico del bajista Mike Kroeger.

“Woke Up This Morning” terminó de encendernos, pero trajeron un repertorio de cales y arenas, y con “Photograph” -con instantáneas de diferentes momentos en la carrera del grupo en la pantalla- y “Far Away”, igualaron la contienda entre los puñetazos y las caricias, frenando en seco el ritmo del concierto. También lo frenaron en otros momentos del show con los varios brindis o con los preparadísimos números que suponemos sortearían entre el club de fans. Que seguidor y seguidora pudieran cantar con ellos fluidamente “Rockstar” ayudados del teleprónter puedo llegar a creérmelo. Que fuera espontáneo lo de que Chad fijara su atención en lo que acabaría siendo una petición de matrimonio retransmitida por las pantallas, también. Pero que se suba un fan a tocar con ellos “Animals” y no solo no falle una nota, sino que no se le vea para nada nervioso y que termine su interpretación tirando la púa al público en vez de quedársela de recuerdo, no cuela.

Pues nada, que más allá de esos momentos de hacernos creer en la magia del rock and roll, la tónica fue la de tratar de contentar a todo el mundo. Las metaleras guitarras de “Something In Your Mouth” o “Million Miles An Hour” tuvieron que competir con el piano de Peake en “Lullaby”, donde el público ondeó los brazos a un lado y a otro como en un recital de cantante romántico; o con la, para mí, horterísima e impropia de un grupo de hard rock “When We Stand Together”. Pero cuando metieron caña aquello supo a gloria, en “Figured You Out” se distinguían nítidos hasta los armónicos, y solo por el aplastante cierre con “Burn It To The Ground” habría hecho la travesía hasta Carabanchel.

Setlist: Feed The Machine – Woke Up This Morning – Photograph – Far Away – Something In Your Mouth – Someday – Lullaby – Figured You Out – Song on Fire – Hero – Million Miles An Hour – Rockstar – When We Stand Together – Animals – How You Remind Me ------ Gotta Be Somebody – Burn In To The Ground.

Redacción
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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Eva dice:

    Seether es una de las grandes, es una pena que en España no tengan tanto tirón y no podamos disfrutar de ellos tanto como nos gustaría. Toda su discografía es para quitarse el sombrero 100%. No son una banda comercial pero tampoco necesitan serlo, y lo demuestran, ahí está su verdadero triunfo.

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