Crónicas

Leo Jiménez: ¡Agur Contrastour!

«Este tío nunca nos cansará sobre un escenario, es un animal, lo sabe y consigue que ello siempre juegue a su favor, nunca defrauda»

15 diciembre 2018

Sala Urban Rock, Vitoria Gasteiz

Texto: Iker Vicente. Fotos: Eneritz Prieto

Con la fecha señalada en el calendario desde hace meses para esta cita en la capital de Euskadi, todas las alarmas saltaron al hacernos eco de los destacables problemas de voz y salud con los que Leo tuvo que afrontar sobre todo el último tramo del tour que ha tenido a Stravaganzza varias semanas girando al otro lado del charco, ya que apenas eran cinco o seis días los que separaban el fin de la gira latina con este concierto de despedida del tour con el que los madrileños vienen rodando durante casi tres años.

Por suerte, el de Fuenlabrada y los suyos no faltaron a la ansiada cita y dieron muestras de fuerza renovada tras su periplo americano, predicando así con el ejemplo de su lema estandarte: “fuerza y honor”. Si ya de por sí es todo un acontecimiento poder disfrutar de otro concierto más de uno de los mayores pesos pesados (por logro puramente propio) de nuestro heavy metal estatal, más lo es asistiendo a una nueva sala de reciente apertura en Vitoria, como es la Urban Rock, con temática súper rockera y muy buen sonido, la cual no habíamos tenido  ocasión de conocer aún. Le deseamos muchos años de vida. Todo un honor por otro lado que el último concierto de un tour tan especial como el “Contrastour” haya sido en una ciudad como Vitoria, mostrándose de ese modo condescendiente con todos los fans que Leo tiene por estos lares.

Con un aforo destacable, donde, una vez iniciado el concierto, moverse para ir al baño o para pedir un trago se antojaba maniobra como poco arriesgada, comenzaban a ambientar la velada los acordes épicos de Conan el Bárbaro, todo un indicador de que el apocalipsis estaba a punto de comenzar. Leo abría fuego con su último single “La era de la individualidad”, crítica ácida hacia las sombras de este nuevo mundo de las tecnologías que ya todo lo copa, que si bien no es un clásico aún dentro del repertorio, fue bastante bien acogida. “Desde niño” puso el acelerador a tope, un tema con el que apostaría que más de uno se sentía profundamente identificado, y cuando el respetable comenzaba a entrar en calor prosiguieron con el tema más socialmente reivindicativo del repertorio, “Hambre”. Daban paso después a “Misantropía”, para rápidamente no dejarnos dormir en los laureles con el cañonazo llamado “Con razón o sin razón”, donde en directo se hace más evidente aún que la velocidad e intensidad de este tema van in crescendo según avanza la canción.

Proseguía rescatando uno de los mejores y más antiguos cortes de su repertorio, “Volar”, el cual, pese a que no es un tema puramente melódico, es de los que más reminiscencia de metal clásico tiene entre todas las composiciones de Leo y con el que la gente más tiende a entregarse, como sucedió en Vitoria. Tiempo entonces para bajar de intensidad con la emocionante “Vuelta alto”, donde nos recordaban el encomiable y puramente humano trabajo que tantos y tan buenos voluntarios hacen en todas las partes del mundo.

Por si no habíamos tenido poca cera ya con la apisonadora que supone el combo compuesto por la base rítmica de Edu Fernández al bajo y el maestro de maestros a la batería, Carlos Exposito, por un lado, y el dúo de hachas a las guitarras tan contundentes que forman Antonio Pino y Rufo Cantero por otro, convocaron al mismísimo Belcebú invitando a Mero Mero (Cuernos De Chivo, Vita Imana) para que se subiese como ha venido haciendo en casi toda la gira a cantar “El dilema” junto con Leo. Energía brutal y la de este tío, al que se le quedaba pequeño el escenario, dando brincos y haciendo brakes y guturales constantes para poner toda la sala patas arriba. No contentos con la tralla que nos estaban metiendo, llamaban a filas a otro cantante de gutural, Korpa, voz de la banda toledana Fuck Division, para coger por los cuernos al rabioso “No hay más canciones para ti”. Lo rompieron todo señores, Leo lo explicaba bien; “no se puede dar más cera por metro cuadrado” y nos fue inevitable volver a tener plena consciencia de por qué el madrileño fue acertadamente apodado como “la bestia” ya desde sus inicios. Decidieron lanzar la tercera granada de mano gutural con “Soy libertad”, nuevamente a dúo Mero Mero con Leo.

Con una sala que ya sudaba emoción por todos sus poros, y no sin antes agradecer a la promotora que ha apostado por este tipo de conciertos en esta sala Urban Rock, acometían con otro huracán como “Condenado”. No faltaron los regalos de navidad a modo de versión con la el clásico contemporáneo “Aún sigo aquí / Still Alive” de Nocturnal Rites y la emblemática “Neon Nights”, la cual cobraba más fuerza aún con el busto de Dio de la sala Urban Rock de fondo, intercaladas con “Del amor al odio”, aquel tema de su disco ‘Animal solitario’, que no puede reflejar más a la perfección el sentimiento desgarrador que puede suponer la traición proveniente de una gran amistad. Cerraba uno de esos temas que destilan olor a gasolina, motor, rueda quemada y “Keroseno” en estado puro.

Ya en la recta final del concierto, entraban los bises. Punto y aparte merecía la invitación de Leo a reflexionar con el medio tiempo “Un día más”, en la que se nos recordaba el error que supone darlo todo por hecho en la vida. Y ya habiendo rebajado un poco la intensidad del show, nos volvían a hacer otro regalo más de navidad: “El lago” de Mago de Oz. Es complicado que una versión pueda emocionar tanto o más que el tema original de un intérprete y Leo lo consigue sobradamente siempre con este baladón donde los haya, que nos retrotrae a una época en las que el heavy metal a nivel estatal gozó de uno de sus mejores estados de salud de su historia. El momento álgido de la noche llego con la despedida, como ya nos tiene acostumbrados con un corte de su etapa en Saratoga, pero sorpresivamente no fue de la mano de “Resurrección”, sino con la insuperable “Perro traidor”. Broche de auténtico oro para una noche mágica donde las haya.

Sobre lo que a Leo estrictamente se refiere, pese a los problemas a los que nos referíamos al principio, durante todo el concierto estuvo impecable en la voz. No demostró ninguna fisura en su estado vocal y lo dio todo, como siempre acostumbra a hacer. Al final del concierto incluso tuvimos la sensación de que echó la espuela ya dando todo lo que le quedaba. Como pega, citar el hecho de que apenas se descuelgue la guitarra durante el show, lo que, si bien le da más empaque al sonido de la banda, nos aleja un poco del recuerdo grabado a fuego del showman de primera línea que los nostálgicos hemos configurado en nuestras mentes. Imposible no apostillar también que echamos en falta “Caballo viejo” y “Parte de Mi”, temas que por otro lado fueron suplidos a la perfección con otros medios tiempos y baladas ya citadas.

Como siempre, un placer y un auténtico lujo; este tío nunca nos cansará sobre un escenario, es un animal precisamente de eso, de escenario, él lo sabe y consigue que ello siempre juegue a su favor, nunca defrauda.

Quedamos pues a la ansiadísima espera de lo que el 2019 nos deparará con Leo, mientras tanto, recogiendo el estandarte de esta súper banda: ¡Fuerza y honor amigos!

¡Agur (adiós) Contrastour!

Setlist Leo Jiménez en Vitoria
La era de la individualidad
Desde niño
Hambre
Misantropía
Con razón o sin razón
Volar
El dilema
No hay mas canciones
Soy Libertad
Condenado
Aún sigo aquí (Nocturnal Rites)
Del amor al odio
Neon Knights
Keroseno
Un día más
El lago (Mägo de Oz)
Perro traidor (Saratoga)

 

Redacción
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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Que mejor cura para LA BESTIA y un gran concierto en la capital vasca rodeao de buena gente y de una pedazo de banda con esos temazos y alguna que otra versión. Grande entre los grandes LA BESTIA.

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