Crónicas
Leo Jiménez + Juan Saurín: Cierre perfecto a dos años de trabajo
«Nos desgañitamos como nunca y revivimos una vez más aquellos tiempos en los que aquel chaval de Fuenlabrada ponía en pie a un pabellón entero»
10 noviembre 2018
Sala Mon, Madrid
Texto: Diva Satánica. Fotos: Marta G. Paniego
Noche lluviosa donde las haya en la que a pesar de pintar más que pudiera ser un típico día de manta y sofá, ocurrió todo lo contrario. Aunque repasé muchas veces los horarios, debo confesar que no tenía ni idea de que en esta ocasión íbamos a contar con un telonero. Una vez dentro de la sala, con el evento ya empezado, encontré un cartel en internet donde efectivamente se confirmaba al guitarrista de Yecla Juan Saurín como invitado. Agradable sorpresa encontrarle allí sobre el escenario, en absoluta soledad, únicamente acompañado de su guitarra y con la base instrumental secuenciada de fondo. Yo ya había tenido el privilegio de disfrutarle este verano en la pasada edición del Rock Arena de San Fulgencio donde yo tocaba con mi banda Bloodhunter, y donde él también iba acompañado por músicos de la talla de Matt de Vallejo a la batería (Zero3iete, Dulcamara, Rafa Blas, Mónica Naranjo, Tete Novoa…).
Pero esta noche no, íbamos a admirar su virtuosismo con una propuesta asceta que mantuvo al público en un silencio sepulcral que sólo se quebraba con los aplausos tras terminar un tema. Obviamente todo el contenido fue instrumental, extraído de su reciente disco ‘Human’, que por cierto cuenta con una versión sinfónica que ha visto la luz este año y de la que pudimos deleitarnos con algún corte como “Éxodo”, si no me traiciona la memoria. Está claro que yo no tengo ni idea de tocar la guitarra, pero para los que somos amantes de la música, poder tener la oportunidad de ver a un guitarrista como Juan en directo es una experiencia única e inolvidable. A veces no hacen falta palabras.
Terminaba su intervención llegadas las 20:45h de la noche y tendríamos que esperar una media hora hasta que saliese a escena el héroe de la noche y sus secuaces: Leo Jiménez. Qué puedo decir de él que no se haya dicho ya, el último ejemplo viviente de que los sueños se hacen realidad en una época que fue dorada para el heavy metal en España. Porque el talento muchas veces no va acompañado de humildad y eso es algo que Leo ha demostrado con creces que le sobra a raudales: además de las 87695704 veces que dio las gracias, siempre se rodea de buenos amigos que le acompañan en su gesta. No podía ser de otra manera en esta noche tan especial, en la que, a falta del concierto de la próxima semana en Barcelona, se dará carpetazo a su gira “ContrasTour” de dos años de duración que tantas alegrías le ha reportado. Pude verle en su anterior fecha en la misma sala hace un año haciendo casi el sold-out (como bien nos recordaba al inicio del concierto), volviendo ahora en circunstancias similares a la conocida como sala Mon.
Y tan similar como que arrancaban con la intro de Conan como es costumbre, para ir dejando que guitarristas y bajo, batería y el propio Leo después, fueran haciendo su aparición en el escenario. Abrían con “La era de la individualidad”, reciente single que pertenecerá a su próximo redondo que verá la luz el año que viene y que, como bien comentaba el vocalista, “esto y mucho más es lo que nos espera en 2019”. Curioso ver cómo casi toda la sala se dedicaba a grabar con su teléfono móvil cuando precisamente la letra es una crítica al uso excesivo de las redes sociales y la tecnología. Tras vítores y aplausos infinitos continuaba con “Desde niño” de su ‘Animal Solitario’ (una de las más coreadas), y “Hambre” de esta ‘Factoría del Contraste’. Tras hacer un inciso para pedir un fuerte aplauso para su telonero, llegaba la primera colaboración con su inseparable Tanke Ruiz en “Misantropía”, donde al despedirle Leo nos advertía que estuviésemos atentos porque estaba inmerso en un nuevo proyecto del que tendríamos noticias pronto. Volvía con otro de sus singles, “Con razón o sin razón”, de su último trabajo y aparecía otra estrella invitada: en este caso Rubén Kelsen de Débler, al que tantas veces hemos podido ver con Mägo de Oz. Se encargaba de dejar el pabellón altísimo con “Volar”, tema que otras veces ha sido interpretado por la queridísima Patricia Tapia de KHY. “El futuro está en buenas manos”, fueron las palabras elegidas para despedir a Rubén con una sonrisa de oreja a oreja.
Nos preguntaba Leo si nos apetecía algo más tranquilo, y tras armarse Antonio Pino con su guitarra acústica, llegaba la balada “Vuela alto” que, aunque sufrió algunos problemas al micro solventados por el hombre detrás de las máquinas (Anti Horrillo), y el resto de técnicos de la sala; tocó la fibra de todos los asistentes. Momento bonito donde los haya que culminaba con un: “Te quiero, Anti”, y aplausos para el equipo técnico, en contraste con la aparición de la apisonadora Mero Mero para arremeter con “El Dilema”. Siempre es una auténtica revolución tenerle en el escenario y así lo demostraba Leo ayudándole a desenroscarse de los cables con un oportuno “no hay quien le sujete” que desataba las risas de todos. A Mero se le unía Korpa en “No hay más canciones para ti” y, como nos hizo saber, no iba a bajarse del escenario sin antes regalarnos el mítico “Soy Libertad”.
Aún quedaba mucha noche y, con una sala achicharrada de calor pidiendo aire acondicionado, seguíamos a Leo entonando una estrofa del tema “Aire” de Mecano. El anfitrión nos explicó que el aire no le favorecía para cantar y que sintiéndolo mucho lo iban a quitar, y con resignación nos metíamos de lleno en “Condenado” que según comentaba el vocalista, él mismo escribió para Saratoga y acabó formando parte de su ‘Títere con cabeza’ de la época de LEO:037. Continuaba con su particular definición de lo que es hacer una versión “coges la canción y te pasas la letra por…”. Y así lo hizo con el mítico “Still Alive” de Nocturnal Rites, pero reconvertido al “Aún sigo aquí” en español. Pocos fuimos los que levantamos la mano ante la pregunta de quién conocía la banda, pero grande fue mi sorpresa ante el entusiasmo demostrado por los asistentes como si se tratase de un corte más.
Llegaba otro de los momentos divertidos de la noche cuando Leo iba a presentar el tema “Del amor al odio” (de su primer disco en solitario y que nunca habían tocado en directo); y al preguntar si sabíamos de cuál se trataba, una malagueña salerosa coreaba “Corazón salvaje”, lo que le sirvió para subirse al escenario con ayuda de Leo para cantarla a pesar de quedarse en blanco. Con la versión del “Neon Knights” de los Black Sabbath del extrañadísimo Dio, dábamos la bienvenida a Adri Aguilera, guitarrista de Silver Fist que acompaña a la banda durante las ausencias de Rufo. Tras la cañera “Keroseno”, Korpa y Mero animaban a las masas con un “¡Arriba Madrid!” que culminaba con un nuevo agradecimiento al público y la presentación de todos los miembros de la banda.
Volvían al escenario con Leo reflexionando sobre lo afortunados que deberíamos sentirnos por vivir en un país lleno de oportunidades, para embelesarnos con “Un día más” como la siguiente balada de la noche. Y ya a punto de culminar llegaba uno de los momentos más esperados de la noche con la colaboración de Zeta de Mägo de Oz para acompañarle en “El Lago”, tema que cantaba Leo en el disco tributo ‘Stay Oz: Hasta que el cuerpo aguante’. Increíble cómo empastan sus voces en bellísimas armonías. Pero por si fuera poco, y como lo prometido es deuda, aquí llegaba el broche de oro: Jero Ramiro de Saratoga llegaba para dejar el pabellón muy alto con el tema que siempre pedimos los fans en todos los conciertos, el mítico “Perro Traidor” que vendría sucedido por “Resurrección”. Nos desgañitamos como nunca y revivimos una vez más aquellos tiempos en los que aquel chaval de Fuenlabrada ponía en pie a un pabellón entero.
Dos horas de concierto que se convirtieron en el cierre perfecto de dos años de trabajo que han dado sus frutos con creces: este año le veremos en algunos de los mejores festivales nacionales como el Rock The Coast o el Resurrection Fest y seguro que volviendo a llenar salas presentando su próximo lanzamiento.
¡Larga vida a los Leos!
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3 comentarios
Muy bien Leo, como siempre! El telonero también me encantó, gran descubrimiento Juan Saurín, inmenso!
Fue una pasada tuve el gusto de estar allí y me quedo sin palabras y también agradecer al Telonero que nos deleitó con su armónica guitarra .
Un placer haber leído esta interesante crónica de lo que dio de si en la capital el concierto por parte de uno de nuestros mejores vocalistas y su fantástica banda y con mucho invitado de por medio.