Crónicas

La Gripe + Flying Rebollos + Zer Bizio?: Rock'n roll del Botxo

«“Tu pelo rojo” de Los Sedientos se acogió como un verdadero himno del rock n’ roll del botxo, de aquellos lejanos tiempos en los que había vida más allá de las tres de la madrugada. A veces incluso lo mejor comenzaba a partir de esa hora»

Sala Azkena, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Juantxu Olano y Jesús García (La Gripe)

Hubo un tiempo en la ciudad que vio nacer a Unamuno en la que los garitos abrían hasta tarde. Te podías ir a tugurios en los que el camarero parecía estar con un puestazo de impresión, pero luego servía unos cubatas impecables, casi de competición. De vez en cuando al tipo de apariencia stoniana le daba incluso por dedicar unos bailecitos a la afición,  como si en vez de estar en un bar despachando clientes en realidad en su cabeza estuviera en un escenario contoneándose cual Mick Jagger ante ingentes multitudes. Y luego con los primeros rayos del amanecer bajaba la persiana del local con todo el glamour del mundo, los ojos pintados y un abrigo de piel como los que llevaban Sus Satánicas Majestades en los sesenta. Así era el desaparecido Umore Ona de Suso, todo un epicentro cultural en la capital vizcaína.

Con un espíritu que recuperaba esa urbe industrial y gris que ya solo existe en la memoria se montó el homenaje a José Manuel Gámez “El Pelos”, un evento que marcaría el regreso tras un largo parón de La Gripe, la banda de los ex-Platero y Tú Juantxu Olano y Jesús García, acompañados de gente de Los Sedientos, The Flying Rebollos o Zer Bizio, entre otros. Daba la casualidad de que hace escasos días en esa misma sala se había producido un conato de reunión del histórico combo de Iñaki Antón y Fito, por lo que la expectación era máxima por si se volvía a repetir aquello.

Quizás por este último motivo se agotaron las entradas para una velada que fue única y seguramente será irrepetible en muchos aspectos, a pesar de que al final no se materializara lo que todo el mundo esperaba. No escaseaban tampoco por la sala algunos insignes representantes de la escena local, era una de esas ocasiones en las que había que estar sí o sí. Porque el que no acudía por el recuerdo a los Platero, lo hacía por los Flying Rebollos, como el empático Marpe de Manifa o el aguerrido Toni Metralla, que pilló hasta primera fila para no perderse ni un detalle al grito de “¡Yo soy fan!”. La flor y nata de la sociedad.

Los Sedientos con La Gripe

A modo de entremés prolongado oficiaron La Gripe demostrando que todavía siguen lo suficientemente engrasados como para subirse a las tablas, con Jesús a la batera pegándole bien o un Juantxu al bajo muy rodado en el que apenas se notaba el paso del tiempo, salvo en su melena más canosa. Y Txema Olabarri a la voz y guitarra no tardó en apelar a la nostalgia desde el inicio al hablar de “la música de antes”. Puro rock n’ roll de garito sin artificios de ningún tipo.

Con un repertorio centrado en sus dos álbumes de estudio, el homónimo “Animal” valió para atraer la atención por su garra a lo Extremoduro, mientras que “Empapado en sudor” sirvió para reflejar el sentir de algunos fieles, pues el recinto andaba hasta los topes. Y no tardaron en dejarse caer los invitados, con gente de Los Sedientos, la banda en la que militaba el actual vocalista, previamente al pico que supuso su clásico “Barrancos Rocosos”, sin duda el tema suyo que más repercusión obtuvo gracias a su colaboración con Robe.

“Salir” no escaseaba tampoco en potencial en las distancias cortas, pese a que en ocasiones las cotorras se hicieran fuertes. Porque precisamente uno de los problemas con La Gripe tal vez sea que no todas sus composiciones gozan del mismo atractivo y eso provocó que algunos irrespetuosos pasaran del concierto. Sin convertirse en un recital antológico, por lo menos el bolo de aquella noche cursó por un cauce decente y marcó la primera estrofa de un futuro probablemente prometedor. Ya solo por ver a unas leyendas del rock n’ roll bilbaíno como Juantxu o Jesús García en pleno estado de forma mereció la pena.

The Flying Rebollos

Pero a veces uno se rodea de amigos que llaman tanto la atención que terminan eclipsando por completo todo lo demás. Es lo que sucedió con los reunificados para la ocasión The Flying Rebollos, oportunidad de oro para verles sobre las tablas tras su separación a finales de los noventa. El cambio de ambiente fue total desde que se arrancaran con “Vete”, con un personal emocionado hasta lo indecible. Y no digamos ya cuando llegó el turno de “Modesta”, una de sus canciones más populares. Otro ejemplo de que se puede conquistar el corazón de cualquier muchedumbre con tres o cuatro acordes básicos y toneladas de actitud.

El formato reducido del evento limitó su intervención a unas escasas piezas, por lo que se acogió con bastante pena su momento de marcharse, pero era lo que tocaba esa noche. Quién sabe cuándo se volverá a repetir aquello, por lo que los asistentes pueden darse con un canto en los dientes ya solo por el hecho de conseguir estar allí.

Zer Bizio?

Y lo mismo podríamos aplicar al concurso de los también extintos Zer Bizio?, míticos del llamado “rock radikal vasco” cuyas letras hoy en día estarían requetecensuradísimas, si muchos ya se echan las manos a la cabeza con “La mataré” de Loquillo, no nos queremos imaginar lo que pasaría si conocieran o escucharan “Venganzas y sentimientos”, puro malrollismo hecho canción. No en vano los siniestros Paralítikos la adaptarían unos años más tarde en clave gótica. Cuando se ponían en plan bruto, no tenían rival.

Zer Bizio? y La Gripe

Con un vocalista desenfrenado y cargado de actitud punk su himno “Sr. Juez” retumbó en el recinto y los gritos de “huele a muerto” se escucharon casi desde que irrumpieron en escena, por lo que no era cuestión de dejar tal petición de lado. Otros también se animaron a sugerir a viva voz “Atentado” o “Secuestro”, propuestas que cayeron en saco roto antes de que se decantaran por “De madrugada”, toda una prueba de que eran tan auténticos que hasta el rock n’ roll sonaba macarra. Se hizo cortísimo y fue sin duda lo más interesante de la noche. Esperamos que vuelvan a descargar bilis en un futuro.

Y a modo de fin de fiesta, los diferentes invitados al completo se subieron a las tablas para interpretar “Tu pelo rojo” de Los Sedientos, que se acogió como un verdadero himno del rock n’ roll del botxo. De aquellos lejanos tiempos en los que había vida más allá de las tres de la madrugada. A veces incluso lo mejor comenzaba a partir de esa hora.

 

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

2 comentarios

  • Juandie dice:

    Dignos conciertos por parte de estas tres bandas en una de las salas mas míticas de Bilbao y lo mas importante con el buen rollo entre estos grupos de buenos músicos y amigos sobre todo.

  • Anónimo dice:

    Coño que el juandie también conoce Bilbo y sus Grupos .
    Mira tipo en serio haztelo mirar

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