Crónicas

La Beriso: Pasión argentina

«La sensación justamente es esa, la de un estadio repleto de gente sudando, bailando y, a fin de cuentas, siendo feliz»

31 mayo 2018

Sala Cool Stage, Madrid

Texto y fotos: Javier García Hualde

El ambiente de la Cool Stage se caldeaba, literal y metafóricamente, sobre las 8 y media de la tarde. El público entraba y esperaba, eufórico, a que el grupo apareciera. La música de fondo se coreaba, algunos de los fans más avispados se acercaron a la primera fila para hacerle una foto al setlist, mientras la sensación de calor húmedo llegó a ser sofocante. Eran casi las nueve, salió al escenario La Beriso, comenzó la fiesta.

“Otra Noche Más” iniciaba el concierto, lleno de compatriotas de La Beriso, que se notaba, estaban disfrutando cada nota. Desde el primer momento, se comenzaron a formar pogos y el respetable no dejaba de saltar de un lado a otro. Era otro ambiente, otra energía, y es que la gente argentina vive la música como nadie más la sabe vivir.

Siguieron “Tres Mujeres y Ella”, “Risas de Pobre” y “Mano a Mano”. El rock de los argentinos es de ese que te llega al corazón. El recinto estaba inundado de almas en hermandad. Incluso aunque no seas fan de La Beriso, es muy probable que, si vas a uno de sus conciertos, acabes conectando con su música.

Existía el rumor de que Leiva iba a pasarse a tocar un tema con la banda, dada su reciente colaboración. Sin embargo, según fueron sonando “Realidad”, “Mañana”, “Un error” o “Déjame”, quedaba cada vez más claro que el músico no iba a aparecer. Tampoco hacía ninguna falta, La Beriso estaba sonando de lujo –chapó por los técnicos de sonido- y todos los integrantes estaban fundidos al máximo con su público.

“Como olvidarme” sonó especialmente bonita. No hay duda de por qué este grupo llena estadios en su Argentina natal. La sensación justamente es esa, la de un estadio repleto de gente sudando, bailando y, a fin de cuentas, siendo feliz. Los cánticos no eran raros de escuchar después de algunas canciones. Siguió “Sobreviviendo” para llegar al ecuador de la noche.

“Todo es Mentira”, “Miradas” y “Pensamientos”, continuaron el concierto, que no hacía más que mejorar. Algunos de los fans de subieron a caballito para mostrar sus banderas de Argentina y Paragüay. Cabe destacar, ahora, el inmenso cariño que siente Rolando Sartorio siente por su público, empeñándose en cuidarles y mimarles durante toda la actuación. Uno de los momentos más emotivos de esta llegó al subirse un fan al escenario con objeto de abrazarle. Ambos se fundieron en un abrazo y hablaron un poco hasta que el personal de seguridad retiró al chaval del stage.

Pasó “Enloquecer” y llegó “Legui”, tema con el que el público realmente “enloquece”, valga la redundancia. Al empezar a sonar este tema, uno de los fas famosos del grupo, todo el mundo se vino aún más arriba. El cantante bromeó, después, con el fútbol, diciendo que: “ahora eran del Madrid”. Nunca he oído tantos aplausos y abucheos juntos al mismo tiempo.

Se acaba la noche y llegó “Madrugada”. Todos coreamos, al unísono el estribillo “otra vez, otra vez, de noche puedo sentir tu piel”. Ya al poco de acabar el concierto, también se subió a una niña al escenario, La Beriso sabe cuidar bien a sus fans. El clásico “No me Olvides”, daba el aviso de que nos encontrábamos antes los últimos compases del concierto.

Quedaban sólo dos temas para rematar este tremendo show, ya que no habría bises de ningún tipo –el público, de todas maneras, no dejó de pedirlos cuando se dieron cuenta de que estábamos ante la traca final- y comenzó a sonar “Ella”. Este tema funcionó increíblemente bien, tanto que el público acabó cantando un estribillo entero sin ayuda de la banda. Cerró el concierto “Traicionero”, la cual dividieron en dos partes, sólo para poder escuchar los cánticos de “La Beriso, una más y no jodemos más”.  No hubo bis, pero la sonrisas que se veían al salir eran de tremenda satisfacción.

La Beriso es mucho más que música, es sentimiento, pasión y cariño. Fue un honor poder verles y compartir un rato con su maravilloso público, que, por un momento, me trasladó a River Plate o La Bombonera, tan sólo por sentir su maravillosa energía.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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