Crónicas

Insomnium + The Black Dahlia Murder + Stam1na: Maestros de la oscuridad

«Hacer música lúgubre y triste no está reñido con que estén disfrutando de uno de los momentos más felices de su vida musical »

16 noviembre 2019

Sala Cats, Madrid

Texto: Jason Cenador. Fotos (Barcelona): Irene Serrano.

Los más sedientos de ese explosivo cóctel que conforman la agresividad y la oscuridad del death metal y la lucidez melódica tenían una cita ineludible al paso de esta gira capitaneada por uno de los grupos que más magistralmente han plasmado la melancolía, la tenebrosidad, la desazón y la sensibilidad en clave de death metal melódico, los finlandeses Insomnium.

Nos visitaron excepcionalmente flanqueados por The Black Dahlia Murder y Stam1na, banda también finesa que no es nada sencilla de disfrutar por estas latitudes, de ahí que llamase la atención la cantidad de finlandeses que acudieron a la madrileña Sala Cats, un recinto que, hoy por hoy, se antoja más que eludible para celebrar un concierto de metal. Por algunas cuestiones logísticas que no trascendieron, la apertura de puertas se retrasó considerablemente y aún seguía entrando público cuando Stam1na ya llevaba un buen rato tocando.

Stam1na

La visibilidad del lugar, con un escenario algo bajo en relación al aforo del recinto y con enormes columnas en sendos lados, es harto mejorable, como también circunstancias como que un responsable de seguridad preguntase sin demasiado tacto a todo el mundo que enfilaba su camino hacia los baños adónde iba, puesto que necesitaba dejar una franja de sala despejada de público habida cuenta de que los aseos están situados… Delante del todo, junto al escenario.

Aunque las siguientes formaciones gozaron de un sonido más empastado, el de Stam1na fue algo difuso, con menos presencia que el que un combo de death metal melódico demanda, traducida en unos teclados demasiado lejanos y una erosión de la corrosividad que les caracteriza. Muy finlandeses ellos, exhibieron en no pocas ocasiones su satisfacción por actuar en Madrid y descargaron un puñado de grandes temas de su enfurecido repertorio, tales como  “Paha Arkkitehti”, “Sudet Tulevat” o “Kadonneet Kolme Sanaa”, célebre entre ciertos oriundos del gélido país nórdico por su estribillo, en el que vienen a proferir, literalmente: “¡Te odio, humano!” (“vihaan sinua ihminen!”). Todo en la indescodificable lengua finesa, claro. Tal era el acontecimiento para ellos que hasta un equipo de televisión registró diferentes momentos de la velada, también junto a su puesto de merchandising.

The Black Dahlia Murder

Los segundos en dar el salto a la escena fueron The Black Dahlia Murder, orgullosos de proceder de la urbe de Detroit hasta el punto de reflejarlo en las sudaderas que vendían con el eslogan “Detroit Death Metal”. Su show fue tan aplastante como nos tienen acostumbrados, sin dejar ni un solo cabo por atar y haciendo gala de una maquinaria rítmica apisonadora y perfectamente engrasada, a la que se suma el indiscutible virtuosismo de sus guitarristas, especialmente el ex de Arsis, Brandon Ellis.

Aunque muchas fases de un concierto complicado de disfrutar desde según que flanco de la sala fueron a piñón fijo, deliciosamente e ideal para descargar grandes dosis de adrenalina, el frontman del grupo, Trevor Strnad, se mostró afable y cercano a la audiencia, saludable hábito que mantiene desde su época más underground, y es que consiguen recrear un show en familia hasta cuando ante ellos hay casi un millar de personas dispuestas a poner a prueba sus cervicales. Su melodeath de corte, eso sí, netamente americano, conjugando las inevitables influencias de la escuela de Gotemburgo con el sonido más adusto y recio del metal extremo del otro lado del charco – recordemos que en sus comienzos el metalcore tenía cierta relevancia en su sonido – cristalizó en devastadores piezas como “Widowmaker”, “Jars” o “Nightbringer”, de su último trabajo, a las que se unieron otras más vetustas como “Miasma”, “Contagion”,  la imprescindible “What a Horrible Night to Have a Curse” o “Malenchatments of the Necrosphere”, concluyendo con “Deatmask Divine” un show en el que dieron buena cuenta de su fantástico nivel pese al hándicap del lugar.

Insomnium

Tras una curiosa sesión de canciones melódicas finlandesas del año de la pera, algo así como si Raphael, Mocedades o Nino Bravo sonasen en un show de metal español en Helsinki pero con la salvedad de que las letras de este tipo de temas son verdaderamente tristes y deprimentes, Insomnium irrumpió en escena. Lo hicieron, intro mediante, con la punta de lanza de su reciente y soberbia obra de estudio, “Heart Like a Grave”, un tema de nombre “Valediction” cuyo abrasivo riff contrasta con las voces limpias que anteceden a esas formidables guturales de las que siempre hace gala el también bajista Niilo Sevänen, cuya garganta resulta verdaderamente privilegiada en estas lides.

¡De puta madre!”, exclamó en frontman por primera vez de muchas antes de acometer la movida “Neverlast”, en la que se desató el primer mosh pit del concierto y con la que pusieron todo patas arriba, al igual que con “Into the Woods', única representante de uno de sus discos más emblemáticos, 'Across the Dark'. Fue un error mayúsculo, a modo de ver de este redactor, dejarse fuera del repertorio cortes como “Down with the Sun” o “Weighted Down with Sorrow”, imprescindibles para una importante proporción de su audiencia, que sí que gozó de lo lindo, no obstante, con otra de las insustituibles, “Through the Shadows”, muy coreada y magistralmente ejecutada. Para entonces, al fin una de las guitarras, que apenas se oía en los primeros compases del show, ya había alcanzado un volumen aceptable, si bien, eso sí, el hecho de que doblen tanto las guitarras (algo que, por otra parte, nos encanta y les define) incide en que a veces la base rítmica se queda más endeble de lo que se puede escuchar en el disco. Pequeños inconvenientes de la virtud de no disparar guitarras pregrabadas, si bien los teclados sí que fueron sampleados.

Insomnium

En un momento dado del show, Niilo preguntó a la audiencia qué quería escuchar, y parte de esta respondió sorpresivamente que “Winter’s Gate”, el larguísimo tema de casi cuarenta minutos que conformaba íntegramente su anterior trabajo. “Ni de coña”, respondió el voceras, aunque uno de los hachas de la banda esbozó, con cierta sorna, el riff principal de la canción. Así, la más larga del repertorio fue la impresionante “Pale Morning Star”, cautivadora composición de su más reciente obra que nos sumergió a todos en una desgarradora, abrumadora y paradójicamente confortable oscuridad. El contraste lo puso después “Change of Heart”, tema que nos hizo viajar hasta 2006, año en el que lanzaron su tercer plástico, ‘Above the Weeping World’.  De los anteriores no hubo representación alguna, quedándose en el tintero himnos gloriosos como “The Day it All Came Down”.

Insomnium

“And Bells then Toll” y “Mute Is My Sorrow”, regresando al último largo, se sucedieron después, antes de que dieran paso con desbordada emoción a “Ephemereal”.  Antes de los bises, fue “In the Groves of Death”, otra del álbum de trece años atrás, la última en caer, para regocijo de los acérrimos de más largo recorrido.

Volvieron a la carga más tarde con las monumentales “The Primeval Dark” y “While We Sleep”, esta última convertida ya en el himno emblemático de la banda y recibida con honores propios de ello. Un inesperado momento acústico en el que los guitarristas salieron ataviados con sombreros de cowboy precedió al carpetazo definitivo con “Heart Like a Grave”, cuya temática chocaba frontalmente con la actitud jovial de los músicos, disfrutando del momento e intercambiándose los sombreros. Y es que el hecho de hacer música lúgubre y triste no está reñido con que estén disfrutando de uno de los momentos más felices de su vida musical y, hasta donde me consta, también personal.

Jason Cenador
Etiquetas: , , , , , ,

Categorizado en: , ,

Esta entrada fue escrita por Jason Cenador

3 comentarios

  • Juandie dice:

    Brutales actuaciones por parte de ambas bandas en esta gira conjunta que pasó por una de las mejores salas de la capital.

  • Rodri dice:

    Lo del tecnico de sonido de Insomnium antes de su actuacion es para hacerselo mirar, como dice Jason nos puso canciones antiguas finlandesas estilo cantautor. Demasiaso nacionalismo me parece esto

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *