Crónicas

Indiana + Pachuchos: Rock lleno de actitud

«Formación de lujo para unos Indiana que han vuelto para quedarse, nos dieron una perfecta noche de rock'n roll»

Gruta '77, Madrid

Texto y fotos: Mariano Muniesa

Se acordó con los responsables de Gruta 77 que, a pesar de que la sala tiene por costumbre hacer sus conciertos en horario bastante avanzado –muy raro es que en el Gruta un bolo arranque antes de las 11 de la noche- esta vez, coincidiendo también con la huelga del taxi en la capital, se comenzara el concierto mucho más temprano de lo habitual, para que nadie en caso de tenerse que desplazar en transporte público perdiera el último metro. Así que, aunque ante una audiencia no especialmente numerosa, pero sí muy entusiasta y entregada, vivimos una fiesta-concierto sumamente intensa, con dos bandas que derrochan actitud, energía y espíritu rockero a más no poder.

En primer lugar, pasadas las 21.30 de la noche, arrancó su show un grupo al que Mariskal Romero me había recomendado especialmente que no me perdiera, y desde luego, me alegro de haberle hecho caso: Pachuchos. De entrada, según llegué a la sala, cuando todavía no se habían abierto puertas, puede ver dos temas del ensayo/prueba de sonido de este combo liderado por el famoso artista plástico Pachucho, pintor, dibujante y diseñador de conocido prestigio, que cuando deja sus labores artísticas se enfunda en la piel de un camaleónico frontman, que tras su gorra, sus gafas y el abrigo de su chica, se desata en el escenario, transformándose en un cruce entre Mick Jagger, Iggy Pop y David Bowie. Ya pude ver que la banda tenía ganas de darlo todo en el escenario durante ese breve soundcheck, con lo cual, en el momento que empezaron su actuación no perdí detalle de la misma, que sin embargo…

… no pudo empezar peor. El micro de Pachucho se desconectó, y a pesar de que se desgañitaba tratando de hacerse oír entre la muralla sonora que el resto de sus compañeros ponía en pié en el escenario, no había forma de escucharle. Se tuvo que parar la actuación en medio de un considerable corte de rollo, tanto del público como de los propios músicos arriba del escenario y los técnicos de sala no tuvieron otra que apresurarse a arreglar el desaguisado, cosa que afortunadamente lograron hacer en pocos minutos tras probar cuatro micros diferentes.

Solventado el problema y echándole filosofía y buen humor a la cosa, se “recomenzó”, digámoslo así, el concierto, que en los aproximadamente 40 minutos que duró nos mostro a una banda visceral, potente y a un frontman que me sorprendió por su desparpajo, su chulería y su rollo encima de las tablas, dado que hasta entonces solo conocía su faceta como pintor y diseñador. Es cierto también que a la banda se la ve poco rodada aún, necesitada seguramente de más ensayos –tan solo llevan unos pocos meses funcionando- y los temas pueden mejorarse, pero la actitud, el espíritu rockero de ese show teñido de Aerosmith, New York Dolls y AC/DC que les impregna nos deja ver a un grupo que con más tiempo puede ser toda una sensación.

Es ya una tradición que Indiana empiece su show con ese rock´n´roll pegadizo, contagioso y enérgico que se llama “Deja de marear” y que, os lo confieso, se ha convertido en uno de mis favoritos de la banda, de los que, sin darme cuenta, muchas veces voy tarareando por la calle. La banda ha entrado con todo desde este primer tema en la actuación, se les ve fuertes, con muchas ganas de entregarse y de hacer que este concierto vuelva a ser una fiesta llena de puro rock'n roll, como ha sido todas las ocasiones en los que les he podido ver en directo. Su cantante, José Ramón Trespalacios, padecía en esos días una fuerte infección de garganta que había hecho peligrar la actuación, pero la farmacopea obró el milagro: dos inyecciones bien cargadas de antídotos contra esos agentes patógenos hicieron que su voz se encontrase en perfectas condiciones y que lo diera todo en este nuevo gran concierto de Indiana.

Gran parte del setlist se basó en su reciente disco en directo, ‘Alive in Madrid’, aunque también hubo temas como “Crazy”, si no recuerdo mal, el segundo de la noche. Le seguirían, en un ambiente muy entusiasta, con la banda impecable en ejecución, temas como “Vagabundo”, “Amor de un día” u “Obsesión”, logrando a cada nuevo tema reacciones más entusiastas de varios de los que no conocían demasiado al grupo y que se mostraban gratamente sorprendidos con lo que les venía desde el escenario del Gruta 77. Muy a destacar, además de la entrega y la fuerza de José Ramón como frontman, sería toda la banda: Mario López, guitarrista de un estilo y una técnica propia de los grandes, dio una verdadera lección de virtuosismo bien acompañado por otro grande de las seis cuerdas, Kenny Castellano, y sólidamente apoyados en todo momento por la contundente base de ritmo que forman Ramón Delgado en el bajo y Steven Jordan en la batería. Formación de lujo para unos Indiana que han vuelto para quedarse.

En el final del show, el siempre divertidísimo “El rock de la nutria”, tema dedicado a Mariskal Romero, su mentor allá por 1975 cuando Indiana integraron aquel mítico álbum llamado ‘Viva el Rollo’, y el excelente sabor de boca que nos dejó este nuevo show de esta gran banda, a caballo entre Miami y Madrid, que una vez más, tal y como hicieran hace tan solo unos meses en We Rock o en el Bogui, nos dieron una perfecta noche de rock'n roll.

Mariano Muniesa
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Esta entrada fue escrita por Mariano Muniesa

2 comentarios

  • Juandie dice:

    Unos históricos como INDIANA la vuelven a liar a base de esos grandes temas que destilan el mejor rock que se ha podido escuchar por estos lares desde siempre y la jugada le salió ganadora.

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