Crónicas
Garage Sound Festival
«Un montón de grupos pasaron por su escenario en un ambiente muy bueno donde había gente de todas las edades.»
IFEMA, Feria de Madrid
Texto: Alejandro García Aguejas. Fotos: Carmen Molina
La nueva edición del Garage Sound se ha celebrado en el Ifema de Madrid integrándose en la programación del Mulafest. Un festival que combina motor, tatuajes, arte, baile y música, mucha música. Un montón de grupos pasaron por su escenario en un ambiente muy bueno donde había gente de todas las edades.
No es fácil abrir un festival al que vienen tantos grupos y esa papeleta le tocó a The Niftys. Una banda de Albacete con un hard rock muy potente en la que la actitud de su frontwoman fue indiscutible, a pesar de que la afluencia era baja. Tocaron temas como “The Road” o “Sweet Bloody Trip” y hasta se atrevieron con una versión del “Rock And Roll” de Led Zeppelin.
Diavlo siguieron en la misma línea de The Niftys. Aprovecharon muy bien su tiempo ya que apenas hablaban, solo tocaban. Presentaban su disco “Dieferente” y cantaron “Sol de invierno”, “Fugaz” y “Ulises”, entre otras muchas. Terminaron con “Paraíso” en un concierto en el que la gente todavía se resistía a venir.
Uzzhuaïa fue de lo mejor de la primera jornada. Una banda que ha vuelto tras unos años de inactividad. Su entrada no pudo ser más arrolladora con “Baja California” y “Santos y Diablos”. Interactuaron mucho con el público gracias al carisma del vocalista, Pau, que derrochó energía por todos lados. “Nos importa una puta mierda que no haya mucha gente”, fue lo que dijo uno de los guitarristas. Si eso no es actitud, dime entonces qué es. Porque al final lo que importaba era que quien estuviera lo pasara genial y por lo que se podía observar así fue.
Sobre todo se centraron en ‘Destino Perdición’ con canciones como “La flor y la guerra”, “Blanco y negro” o la que da título al disco, pero también tocaron hits más recientes, como “13 veces por minuto”. Terminaron con la ensordecedora “Desde septiembre” con un público totalmente entregado y “Nuestra revolución”, que fue el broche perfecto.
Arizona Baby, sin desmerecer en su concierto, bajó un poco la intensidad que había provocado sus predecesores. También debido a que su música tiene un temple más tranquilo. Rock sureño de motor y desierto. Presentaban “Sorona”, el cual animaron a que lo buscáramos, ya que lo de comprar es cosa de tiempos pasados.
Arrancaron su viaje con “The Truth”. Presentaron varias canciones de su presente como “Walking Contradiction” o la nostálgica “Videotapes”. Uno de los grandes momentos fue con “If I Could”, en la que la banda tocaba cada vez más bajito antes de volver a subir al ritmo de las palmas de los presentes. Para acabar tocaron “Make Believe” y “Shiralee”, la más aclamada de todas. Fue un concierto más tranquilo, pero de una calidad exquisita.
Sínkope es de esas bandas hijas de Extremoduro y hermana de Marea, pero que nunca han tenido el reconocimiento que igual deberían de tener. No creo que les importe mucho, ellos son gente humilde que hacen rock and roll y eso basta. Y el público que tienen es fiel y cariñoso, y canta cada poética letra de Vito.
“Y me da mucha rabia” fue la primera, seguida de “Los bichos que alimento”, ambas del último disco en estudio publicado. También tocaron en directo la canción que recién han sacado, “De vuelta de na”. No faltaron clásicos como “Humo de contrabando” o “Matar se me olvida”. Esta última tras un discurso contra la violencia de género. Acabaron con “A merced de las olas” y “En tarros de miel”. ¡Cómo no!
Ha sido una de las veces que mejor he visto a Sínkope, con mucha complicidad con el público y un Vito lleno de energía, moviéndose por las tablas de un lado a otro. Se nota que están en un gran estado de forma, además de confianza, ya que se dejaron muchos clásicos y tocaron mayoría de las nuevas.
Con todos los presentes ya dentro del recinto, faltaba el plato fuerte del día. Mägo de Oz presentaba su ‘Ira Dei’, un disco que ha traído de vuelta a los mejores Mägos y que a uno le ha sorprendido gratamente.
Tras la intro de “Jerusalem D.C”, tocaron “El libro de las sombras”. Sorprende que fuera esta y no “In Eternum” la que diera el pistoletazo de salida. Siguieron con “El Amor Brujo” y “Xanandra”. La escenografía contaba con banderas del logo de ‘Ira Dei’ y ellos vestían con túnicas. Zeta nos dio la bienvenida al apocalipsis. Hubo muchas referencias a este fin del mundo durante las dos horas del concierto.
Dieron un buen repaso al último largo, “Jimmy tiro en el pie”, “Tu funeral” o “Tequila tanto por vivir”, porque ya que viene el fin del mundo, que al menos nos pille bebiendo. Sorprendieron tocando “El Pacto”, una canción que parecía ya olvidada, pero que han recuperado en esta gira. Eso sí, cantada por Patricia Tapia, que cada vez que toma el micro llena el escenario de energía.
No se dejaron clásicos como “Hasta que el cuerpo aguante” o “El que quiera entender que entienda”, con previo beso de Zeta y Josema. Patricia tuvo también el mando con “Opera Mortis” o “Ciudad Esmeralda”. Como es habitual, los hits cayeron al final. Tras “Te traeré el horizonte” tocaron “La posada de los muertos” y “Molinos de viento”.
Después de un pequeño receso, volvieron y tocaron “La cantiga de las brujas”, con la increíble Diva Satánica a los guturales. Las dos últimas fueron “La costa del silencio” y “Fiesta pagana”. Fueron dos horas de concierto y es de alabar que cantaran más temas de la etapa Zeta que antiguas. Demuestra que el grupo confía en su presente y que quiere vivir del ahora. Me parece un acto valiente.
Así terminó la primera jornada del Garage Sound, con una oferta buena y variada de grupos que al final tuvo una buena acogida, sobre todo con las dos últimas bandas.
La segunda jornada del Garage Sound contaba también con un buen surtido de grupos, mezcla de clásicos de nuestro rock, nuevas bandas y grupos de origen anglosajón. Todo para volver a pasar una tarde con música, motor y arte. Una jornada en la que hubo más afluencia. The Royal Flash, ganadores de la batalla de bandas que daba acceso a este escenario, y BigBlack Rhino fueron los encargados de comenzar la jornada.
King Sapo abrió su turno con “Hombre humo”. La banda de rock entró con mucha fuerza y mucha distorsión. Dieron un buen recital presentando su primer disco. La que más destaco es “Hablando con árboles”, con ese gran solo de guitarra y gritos del cantante al final de la canción. Hubo algún comentario sobre la jornada de reflexión en “Super Psycho”, momentos acústicos en “Libre” y acabaron con “Niño gurú”.
Aaron Buchanan And The Cult Classics es una banda británica formada en 2016 que cuenta con solo un álbum. Tuvieron una actitud muy punki y muy efusiva. Me llamó la atención cómo bailaba Aaron Buchanan. Se paseaba por el escenario con unos movimientos muy curiosos. Comenzaron con “Undertow” y “Left Me For Dead”. Como pasó la jornada anterior, a estas horas no había mucha gente y la que había estaba dispersa. Aaron no paraba de decirnos que nos agrupáramos.
Despacharon canciones como “The Devil That Needs You” o “Fire In The Fields of Mayhem”, mientras se abría una lata de cerveza no sin antes preguntarnos qué tal era esa marca. Uno de los grandes momentos fue cuando el cantante se bajó al foso y, ayudado por gente del público, hizo el pino sobre estos. Terminaron con “Dancin Down Below” y “Morals””.
Jared James Nichols fue una de las grandes actuaciones de todo el festival. Su manera de tocar la guitarra y cantar nos impresionó a todos. Un sonido arrollador con el que mucha gente se vio sorprendida. Vale, Jared medirá como dos metros, pero de verdad que el escenario se le quedaba pequeño.
Comenzó con “Last Chance” y “Don’t Be Scared” y ya mostró lo que iba a ser su concierto. “De puta madre” fueron sus primeras palabras en español. Está claro que lo primero que aprende uno de un idioma son las palabrotas. El público y la afluencia de gente en general fueron creciendo en este concierto. Mientras, Jared jugaba con su guitarra, le daba golpes al mástil, se acercaba al amplificador… y tocaba canciones como “Honey Forgive Me” o “Baby Can You Feel It?”.
Cerró tras “End Of Time”, “Run”, algunas canciones nuevas… y con una gran variedad de solos. Un placer y un goce estar en su directo. Un rockero de la vieja escuela, de los que cada vez hay menos.
La Fuga continúan de gira con su ‘Humo y Cristales’. Para la ocasión comenzaron con “Jaleo”, seguido de “En Vela”. La banda sigue teniendo muchos allegados y canciones que ya son historia de nuestro rock, como “Majareta” o “Baja por diversión”. Por sorpresa, Kutxi Romero fue invitado para interpretar “Maldita”. Cayeron también “Humo y cristales” y “Banderas”, dos de las más recientes. Aunque estas tuvieron menos acogida. Para el final tocaron “Por verte sonreír”, que sin Rulo pierde una barbaridad, todo sea dicho. Cerraron con “Buscando en la basura” y “Pa’ aquí pa’ allá”.
Sus conciertos son divertidos y la gente disfruta, pero es un hecho que viven más del pasado que del presente.
Venía otro gran clásico de nuestro rock: Tarque. Su proyecto en solitario hace que salga su lado más rockero. Incluso Carlos Raya nos muestra su posición más heavy, ya que con Fito lo tiene más acotado.
Arrancaron con “Ahora y en la hora” y “Heartbreaker”, de su primer y único álbum. Unas canciones que en directo ganan mucha potencia. Es un lujo poder ver a Tarque haciendo este rock que con M Clan había perdido un poco. Hubo alguna referencia a su banda con “Perdido en la ciudad”. También tocaron una versión de “Come Together” de The Beatles.
Tengo especial predilección por “Lobo solitario”, con el genio de las seis cuerdas recorriendo con dedos el mástil en un solo emocionante. Finalizaron con “Donde nace el R&R” y la gente entregadísima.
El cabeza de cartel era Sôber. El gran Carlos Escobedo salió en una Harley y con el olor a motor presente, empezaron con “Sombras” y “Vulcano”. Carlos se mostró en todo momento muy agradecido al festival y a sus organizadores. Ofrecieron lo que le suele gustar a los rockeros de vieja guardia: gasolina, tatuajes y guitarras.
Sôber lleva unos meses tocando con La Sinfonía del Paradysso, por lo que ya tenían ganas de ser otra vez cuatro en el escenario y hacer rock. Recuperaron temas clásicos como “La prisión del placer” o “Cubos”, en la que gente se entregó muchísimo con ese riff tan bailable que tiene el tema.
“Los rockeros tenemos buen corazón”, así presentó “Naufrago”, otro que ya es un clásico, que ha acompañado a tantos de sus seguidores. Con “10 años”, Carlos presentó a la banda mientras que cada músico hacía su respectivo solo. Cerraron con “Loco”, pero aún hubo más.
Para el fin de fiesta se sumaron Tarque, Kutxi y Pedro de La Fuga para cantar juntos un clásico del glam rock. Entre todos, público incluido, cantaron “We’re Not Gonna Take It” de Twisted Sister. Un cierre perfecto a la fiesta que supuso esta jornada del Garage Sound.
En líneas generales, pudimos disfrutar de un gran festival y una gran feria. Pude ver a gente de todas las edades y familias enteras disfrutando del conjunto del evento. Como apunte, el escenario estaba demasiado alejado del público, menos ciertas bandas que se acercaban. El horario tampoco era el mejor, ya que hacía estar muy pendiente del reloj si te tocaba salir corriendo para no perder el metro. Estos pequeños detalles se compensaron con buenas bandas, un gran sonido y un ambiente fantástico.
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1 comentario
Todas las bandas a su estilo cumplieron con esos grandes temas y estuvieron a la altura. A ver si para 2020 hay otro festival de este tipo por los madriles donde la cultura rockera se combina con otras interesantes actividades en dicho recinto.