Crónicas
Dynamo Metalfest 2019
«Una edición en la que el sol estuvo presente la mayor parte del tiempo del festival»
Del 19 al 20 de julio de 2019
Centro de deportes de Hielo de Eindhoven, Eindhoven (Países Bajos)
Texto y fotos: Hughes Vanhoucke
El Dynamo Metalfest 2019 pasará a la historia como la primera edición de dos días de este festival celebrada alrededor de la pista de patinaje sobre hielo de la ciudad de Eindhoven (Holanda). Seis bandas el viernes 19 y otras nueve el sábado 20 de julio, y una paja en el ojo de las organizaciones pro naturaleza, pues la música salvaje y sus seguidores podían perturbar a las aves en los parques Genneper en las afueras de la ciudad. Una edición en la que el sol estuvo presente la mayor parte del tiempo del festival, excepto durante una parte del show de Phil Anselmo y Metal Church.
La quinta edición del festival fue inaugurada por Baest, una joven banda de death metal de Aarhus, Dinamarca, que realizó una gira por Europa el invierno pasado como teloneros de los polacos Decapitated. La banda mostró un enérgico death metal de la vieja escuela con su propio toque moderno, con temas de su primer álbum, 'Danse Macabre', que vio la luz el pasado verano.
En la media hora que la banda estuvo en el único escenario del festival también sonaron varias canciones del próximo segundo álbum, 'Venenum', que se lanzará nuevamente con el famoso sello Century Media a mediados de septiembre. Su lanzamiento será seguido por una segunda gira europea este año, esta vez como soporte para Aborted y Entombed A.D., un bolo imprescindible para aquellos fanáticos del death con fechas en Murcia, Málaga y Bilbao.
Menos de media hora más tarde recibimos un segundo grupo del mismo género dentro del metal extremo, más específicamente Jungle Rot, del norte de EE.UU. Los de Wisconsin mostraron una mezcla de death metal de la vieja escuela complementada con thrash con un toque de hardcore o groove metal, una mezcla heterogénea y viva. El líder y único miembro fijo de la banda desde los noventas, Dave Matrise, animó a la audiencia al crowdsurfing, pero a excepción de algunos jóvenes, el resto del público se mantenían estáticos. A medida que avanzaba el set, más y más headbangers aparecieron y también tuvimos varios pogos en la audiencia que comía de las manos del líder. No solo apreciamos una mezcla de diferentes géneros, sino que en la media hora que la banda estuvo en el escenario ejecutó canciones de seis álbumes diferentes, de su rica historia que va más allá del cuarto de siglo.
El presentador anunció la tercera banda como la mejor banda de hard rock de Europa, Grand Magus. Con el trío sueco el silencio se extendió en el escenario pese a que músicos tenían mucho más espacio que las dos bandas anteriores, pero nos quedamos con los sonidos de la vieja escuela con algunas influencias de doom y stoner aquí y allá.
A pesar de tener un nuevo álbum bajo el brazo que apareció hace solo tres meses, apenas escuchamos dos canciones de 'Wolf God': "Dawn of Fire" y la bastante consistente "Untamed". Tampoco nada del penúltimo álbum, sino una buena dosis de canciones de otros álbumes lanzados en la última década, incluido quizás su mejor álbum hasta la fecha, 'Iron Will'. Muchas cosas notables no se pueden escribir sobre su set, excepto que son muy buenos músicos, que están muy bien en sintonía y quizás también que el cantante y guitarrista Janne Christoffersson se ha quedado mucho más calvo y está visiblemente envejecido.
Después de una buena porción de death y heavy, cambiamos al folk metal de los Alpes suizos con uno de los abanderados del metal helvético, Eluveitie. La creación del autor intelectual Chrigel Glanzmann lanzó un nuevo álbum casi al mismo tiempo que la banda anterior y, por lo tanto, trajo una parte sustancial del nuevo trabajo, 'Ategnatos', un disco como tema principal el Renacimiento. Al cerebro detrás de la banda le gusta estar rodeado de belleza femenina, y eso quedó claro una vez más en Eindhoven. Las cantantes que también tocan instrumentos tradicionales eran un placer para la vista. Además de las tres damas, un total de otros seis músicos estaban en el escenario, por lo que estaba bien lleno para ofrecer algo totalmente diferente a las tres primeras bandas y lleno de energía.
Poco después de las ocho, fue el turno de la tercera banda escandinava del primer día, Avatar. Unos minutos antes de que los otros miembros de la banda subieran al escenario, el batería y miembro fundador, John Alfredsson, calentó a la audiencia frente al escenario para luego arrastrarse detrás de su batería y junto con sus compañeros de banda dar un set digno de un cabeza de cartel. No había ninguna duda al respecto, la banda estaba en plena forma y el público recibió a los suecos como se debe. “Hail to the Apocalypse”, la primera canción, estableció inmediatamente el tono para todo el set, una bomba golpeando el Centro de Deportes de Hielo de Eindhoven.
Un set de Avatar siempre es un espectáculo inolvidable con actores tocando instrumentos musicales vestidos con trajes coloridos y liderados por un protagonista en la capacidad del imponente Johannes Eckerström. Todos los integrantes pasaron al primer plano, pero obviamente fueron el cantante y el guitarrista principal, Jonas Jarlsby, quienes llamaron más la atención. Airbourne no podría haber soñado con una mejor banda para calentar la asistencia.
Los australianos no han lanzado ningún álbum en los últimos tres años, pero están trabajando en un quinto disco en EE.UU. Este verano están programados como cabeza de cartel en varios festivales, aquí en España tocarán en el Leyendas del Rock en Alicante y volverán a fines de octubre para cuatro espectáculos en salas. Buenas noticias porque Airbourne garantiza buen ambiente, headbanging y diversión. En Eindhoven tuvieron 15 minutos menos de los que tendrán en Villena para presentarse a quienes aún no conocen la banda.
El espectáculo comenzó de inmediato con dos éxitos, “Ready To Rock” y “Too Much, Too Young, Too Fast”. Después de esto el público recibió un tema nuevo durante este segundo show de la gira europea, “Boneshaker”. Una canción relativamente corta y bastante atractiva. Además de esto, solo buenos temas de toda la trayectoria de los australianos con tres de los cuatro miembros que frecuentemente corrieron de un lado a otro del escenario y, por supuesto, hacia el final, la sirena de ataque aéreo operada por el batería Ryan O’Keeffe, quien estrenaba un nuevo conjunto. El sensacional set concluyó con dos clásicos de los chicos de Warrnambool, “Live It Up” y “Runnin ’Wild”.
El primer día fue cerrado con la fiesta de los australianos, el segundo día inaugurado por la banda neozelandesa Alien Weaponry, a quienes vimos en el Resurrection Fest hace unas semanas. Fue especialmente el haka ejecutado por el batería Henry de Jong de apenas 19 años lo que llamó mi atención, pero también su propuesta musical.
La banda, cuyos tres miembros tienen sangre maorí fluyendo por sus venas, trajo un espectáculo tal vez aún mejor en Eindhoven que en Viveiro con sus temas de thrash y groove metal. Desafortunadamente, todavía era muy temprano, ni siquiera las once y media de la mañana, lo que significaba que no solo no había mucha gente, sino que también no todos los que estaban haciendo cola afuera ya habían ingresado al Centro de Deportes de Hielo.
Se hizo referencia a la cultura maorí en varias ocasiones, las declaraciones en maorí se apuntaron en la cuenta del batería, y varias canciones se cantaron parcialmente en dicha lengua. Contando Lews y Henri De Jong con apellido holandés, se esperaban unas palabras en holandés, pero no llegaron. El bajista Ethan Trembath fue sin duda el más activo con innombrables golpes de cabeza, mientras que el frontman y guitarrista de 17 años, Lewis, fue el que tuvo que animar a los presentes. Un espectáculo impresionante muy temprano en el día, con una banda que pronto soplará diez velas (y pensar que el mayor de los hermanos fundadores aun no cumplió los veinte años...).
La tenebrosa banda sueca Tribulation hizo una ronda “clara” al mediodía. En mi humilde opinión, todo fue correcto y muy convincente, tanto la presencia en el escenario como sus canciones oscuras que mezclaban psicodelia, heavy metal y black metal. El guitarrista más femenino de los dos y también artista gráfico, Jonathan Hultén, se vistió como una musulmana mayor en las afueras de Kabul, mientras que su guitarra también estaba decorada con todo tipo de bufandas. En algunos momentos, con sus movimientos giratorios, recordaba a un derviche turco en Bursa. Lo único lamentable fue que esta estupenda banda con una imagen fantasmal tuvo que tocar al mediodía, en la oscuridad su concierto de estos es una experiencia mucho mejor, con sus trajes oscuros y pintura corporales y especialmente la música que tocan. Tribulation es como el buen vino, mejora con los años.
Armored Saint se presentó en el mismo lugar hace treinta años en la cuarta edición del emblemático Dynamo Open Air, que en ese momento aún no era el gran festival que alguna vez fue y más tarde se desangraba a principios del milenio actual. No puedo decir cómo era el clima entonces, pero estaba algo nublado Eindhoven ese sábado 20 de julio a la hora de su show, aunque felizmente permaneció seco durante el set de los estadounidenses. Tres décadas después de su primer espectáculo en la pista de hielo, Armored Saint continúa dando caña como jóvenes lobos, al igual que una gran cantidad de visitantes con quienes el reloj de la chimenea se detuvo parado en los ochentas. A pesar de que la banda no es la más joven, se organizó un espectáculo fantástico con un excelente líder y canciones en gran parte fuertes, de las cuales dos tercios se lanzaron en el primer período de la banda, hasta que el líder John Bush se mudó a Anthrax para sustituir a Joey Belladonna, que fue expulsado de la banda de Nueva York.
Phil Anselmo, para la ocasión Philip H. Anselmo & The Illegals, se tomó su tiempo para preparar todo sabiendo que una tormenta estaba a punto de llegar. Al entrar al escenario, el guitarrista Mike Deleon dejó claro que apreciaba las hierbas holandesas al usar un bañador con una hoja de marihuana y hacer la señal de fumar con dos dedos al público.
La primera canción del último show de la gira europea que comenzó exactamente un mes antes en Graspop, “Mouth of War” de Pantera, de inmediato se dedicó a los hermanos Cavalera, uno de los cuales estaría en el mismo escenario un poco más tarde ese día con su banda Soulfly. Un gran tema como el siguiente, “Becoming”. Antes de lanzar el tercer tema, Anselmo ya no sabía qué canción vendría. Puede que el hombre haya renunciado a la bebida, pero al hachís no. Tuvo que pedir la ayuda de Mike para recordarle lo que le venía, “Yesterday Don’t Mean Shit” de Pantera.
Poco después del comienzo de esa tercera canción, se desató el infierno, uno de la naturaleza de Slayer en el Resurrection Fest, pero en Eindhoven con granizo en lugar de lluvia gallega. Una feroz tormenta pasó por encima de la pista de hielo en Eindhoven, aunque no impidió que una parte sustancial de la audiencia se detuviera, ya los holandeses están tallados en arcilla resistente. Los niños también permanecieron en los hombros de sus padres mientras caían granizos de casi un centímetro de grosor.
Mientras los dioses del clima se estaban volviendo un poco más condescendientes hacia el final del set, Max Cavalera se unió a su camarada bajo un fuerte aplauso de la audiencia para tocar el tema “Walk”. Un set fuerte de Anselmo y sus compañeros a pesar de su estado.
Al comienzo de Metal Church, la lluvia no ha cesado en absoluto, pero ya no llovía a cantaros. Por supuesto, nunca es agradable asistir a un concierto en plena lluvia. Sin embargo, a la mitad del set el sol volvió, lo que hizo que los integrantes de la banda avanzaran un poco más en el escenario para su tercer show en Dynamo, el segundo en Dynamo Metalfest después de tocar aquí hace tres años (en el apogeo de Dynamo Open Air también tocaron en el festival más emblemático de Holanda en 1991).
Está claro que esta banda es una de las favoritas de los organizadores, ya se presentaron varias veces en el club Dynamo en el centro de la ciudad. Los paisanos de Armored Saint, hoy en día con Stet Howard, ex batería de W.A.S.P., trajeron una mezcla de antiguos y nuevos temas en los que un tercio de las canciones provenían de los últimos dos álbumes, mientras que el resto de los temas han resistido la prueba del tiempo en el mundo del thrash metal, entre ellos “Fake Healer” y casi nada de los años 90 y de los 2000, excepto “Gods of Second Chance”.
Más groove y thrash metal con la cuarta banda estadounidense de la tarde. Con Soulfly y los brasileños estadounidenses también recuperamos el sol. Después de su breve paso por el escenario una hora y media antes, Max Cavalera regresó al escenario, esta vez con su propia banda en la que su hijo Zyon estaba detrás de la batería con una chaqueta de cuero que era dos tallas más grande, mientras la temperatura había vuelto a subir a los 28 ° C. El espectáculo comenzó con dos temas del nuevo álbum de la banda, 'Ritual', que se lanzó en diciembre del año pasado, “The Summoning” y “Under Rapture”. Dos temas que despertaron al público medio adormitado después de la lluvia.
Cavalera pidió un pogo y fue atendido de inmediato, un pogo que duraría prácticamente el resto del set junto con el crowdsurfing persistente. Durante el bellísimo tema “Tribe”, Cavalera y sus acólitos hicieron bailar la mitad del prado gracias a las vibraciones brasileñas en el tema que persistió durante “Ritual”, mientras que con los acordes de “No Hope = No Fear” obtuvimos un sólido solo de guitarra de los fulminantes dedos de Marc Rizzo, lo que causó un corto descanso en la audiencia. Llegamos así a la mitad del set que terminó con un popurrí compuesto por “Jumpdafuckup” y “Eye For An Eye” en el que Cavalera pidió a la audiencia que se sentara en cuclillas y luego saltara en el aire a sus órdenes. No todos somos fanáticos de Max Cavalera, pero este set argumentó a su favor.
Dos tercios del segundo día habían terminado, cuando fue el turno de los británicos de Carcass. Tuvimos la suerte de poder verlos en Fuengirola durante la primera edición de Rock The Coast este verano, y estábamos muy felices de poder verlos nuevamente en los Países Bajos. Carcass difícilmente puede llamarse una banda muy productiva, con solo seis álbumes en 34 años, y con un período de ausencia de once años. Fue en septiembre de 2013 cuando los caballeros de Liverpool lanzaron su último trabajo, “Surgical Steel”, el único álbum de la banda desde su reunión en 2007.Este sábado 20 de julio la banda tocó un “best of” con canciones de todos sus álbumes que han lanzado desde sus inicios.
Como de costumbre, el cantante y bajista, Jeff Walker, había ocupado su lugar en el medio del escenario con su bajo dirigido al cielo y flanqueado por sus compinches Bill Steer y Tom Draper, que se incorporó el año pasado. Ambos excelentes guitarristas vestían vaqueros setenteros, algo que no se ve habitual en bandas de metal extremo. Detrás de ellos el batería Daniel Wilding y al fondo el telón de la portada de 'Surgical Steel' en un telón que ha estado en uso por seis años. Los cuatro miembros de la banda tocaron visiblemente con placer, y al final llegó lo esperado, el mensaje de que pronto llegará un nuevo y séptimo álbum. Junto con el de Tribulation, este fue uno de los sets más interesantes de esa tarde.
Eran las ocho y cuarto de la tarde, gran momento para una parte de la audiencia. En las primeras filas, de repente, vemos chicas sexys vestidas con grandes escotes esperando el último espectáculo de Steel Panther de esta gira antes de regresar a los Estados Unidos.
Para el puñado de lectores que aún no conoce a Steel Panther, presentan una parodia de las bandas de glam metal de los setenta y ochenta, donde la palabra "fuck" es sin duda la más pronunciada por el líder Michael Starr, que habla más que canta. Una parodia desplegada por excelentes músicos con canciones propias y los ocasionales covers, en este caso “You Really Got Me” de The Kinks, a pesar de hacerla en la versión de Van Halen y “Crazy Train” de Ozzy Osbourne. El acto en torno a “Crazy Train” fue espléndido. Por cierto, Michael Starr actuó como el mismísimo Ozzy con sus gafas a lo John Lennon, él y el que fuera frontman de Black Sabbath parecían dos gotas de agua, mientras que Satchel no tenía que ser menos al difunto Randy Rhoads en la guitarra.
Para el siguiente tema, “17 Girls In A Row”, llamaron entre 20 y 25 chicas al escenario, unas más atrevida o escasamente vestidas que otras, incluidas algunas que eran muy aficionadas a frotarse con sensibilidad a los californianos. Según informes, la cantidad de selfies que se tomaron en el escenario durante esa canción era imposible de rastrear. Un set agradable que funcionó bien para los músculos de la risa en algunos momentos, pero también aburrido otros momentos, donde se perdió la diversión.
El cabeza de cartel del segundo día, Arch Enemy, subió al escenario a las diez menos cuarto de la noche, al igual que Airbourne la noche anterior, increíblemente temprano para que las aves y los murciélagos en los parques Genneper en los alrededores no se vieran perturbados durante su descanso nocturno.
Había un caos excesivo en las primeras filas, una audiencia diferente a la de los estadounidenses de Steel Panther, mucho menos groupies.
El último espectáculo de la banda al que asistí recientemente fue un poco pobre. Sin embargo, en Eindhoven y en un escenario más pequeño, la banda se puso en marcha de manera explosiva, con el uso de numerosos penachos de fuego que dieron mucho más calor a las primeras filas del recinto, sumado el calor atmosférico que estuvo presente todo el día que sólo bajo un rato durante la lluvia y el granizo de la tarde.
La elegante Alissa White-Gluz apareció dando una patada de karate al subir al escenario, por suerte Sharlee D'Angelo estaba lo suficientemente lejos para recibir una de las botas y estar KO desde el principio. La banda, al igual que muchas otras, trajo una mezcla de su larga historia y no se apegó a las canciones que se grabaron solo con la deslumbrante canadiense, sino también las que se registraron con la actual gerente de la banda, Angela Gossow. Sin embargo, nada del período con Johan Liiva. Regularmente vimos a Michael Amott y Jeff Loomis acercarse y tocar en solitario, quizás más que en giras anteriores y esta vez desde la primera canción, “The World Is Yours”.
Reclutar a Alissa White-Gluz fue una movida fuerte, pero la incorporación de Jeff Loomis un poco más tarde fue, en mi humilde opinión, una decisión acertada de Michael Amott. Más tarde en el set, hacia el final, el estadounidense nos presentó uno de los mejores solos que escuchamos estos dos días, al igual que durante “The Race” al comienzo del show. Fue un set agradable, no demasiado largo, con mucha atención para lo visible, con un fuerte espectáculo de luces y fuego, pero también repleto de canciones conocidas de los suecos para acabar con la primera edición de dos días del renovado festival.
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1 comentario
Todas las bandas cada cual a su estilo estuvieron muy a la altura en este festival que se desde hace muchísimos años se ha convertido en un clásico de los grandes de Europa.