Crónicas

El Drogas: Teatro de la razón y la diversión.

«Excelente espectáculo de un artista en toda la extensión de la palabra, cuya capacidad de renovación, imaginación y originalidad nunca deja de sorprenderme»

12 marzo 2018

Teatro Alcalá Palace, Madrid

Texto: Mariano Muniesa. Fotos: Marta G. Paniego.

No defraudó en absoluto El Drogas en este formato de concierto tan peculiar que nos regaló en esta presentación en el Teatro Alcalá Palace de Madrid, en la que trató de dar una vuelta de tuerca más a su acercamiento al rhythm´n´blues, re-interpretando muchas de las canciones más conocidas de su discografía, bien sea con Barricada, con Txarrena o en solitario con el apoyo de una sección de vientos y de coros al estilo soul. La idea esta bien planteada, el concierto, aunque largo, es ágil, muy directo, y dentro de la frialdad y la lejanía que a priori impone el ver el show desde una butaca en un gran teatro clásico, el ritmo, la puesta en escena y hasta la ironía y el buen rollo que transmite el propio protagonista, El Drogas, rompe desde el primer momento esa lejanía y hace que el concierto sea de principio a fin una fiesta intensa, divertida y desenfadada, llena al mismo tiempo de un fantástico derroche de calidad musical.

La disposición del decorado, los instrumentos, la iluminación, todo está perfectamente ideado para crear una atmósfera diferente a la de un concierto rock convencional. Ahora bien, musicalmente el espectáculo es de una riqueza enorme y lo fundamental, en efecto los temas elegidos se adaptan muy bien a ese tratamiento más clásico, más moldeable para interpretarse desde el rythm´n´blues que El Drogas pretende proponernos.

Arranca el concierto con una vieja pieza del primer disco de Txarrena, “Empujo pa´quí, empujo pa'allá” que al menos en este concierto de Madrid, ya despierta en toda la concurrencia un entusiasmo que aunque todavía no les levanta de sus asientos, pero que ya despierta entre quienes nos encontramos allí, ganas de hacer saltar las butacas. Sigue esta primera fase del show con “Collar abandonado” y con el primer recuerdo, emotivo y muy aplaudido de la noche de Barricada: “Deja que esto no acabe nunca”.

A pesar de tener nada menos que a nueve músicos en escena, me parece especialmente importante destacar la excelente labor de los técnicos de sonido, que hacen posible en todo momento que todos los instrumentos suenen a la perfección y que el ensamblaje musical de todo lo que nos viene del escenario sea magnífico. “Nada sin tí”, viene acompañada de un inteligente, lúcido y emotivo comentario que personalmente suscribo al cien por cien acerca de los estúpidos y despreciables mensajes de odio, de exaltación de la violencia y la venganza y hasta de racismo esparcidos por las redes en relación con el asesinato de Gabriel, el niño desaparecido en Níjas, Almería, en contraste con la lección de humanidad, dignidad y grandeza de corazón que lanzó públicamente la madre del niño asesinado.

Seguirá el concierto, que se salpicará con varios paseos de El Drogas en la platea, entre los asientos del público, con unas excelentes versiones de “Demasiado tonto en la corteza” y “Con tu presencia”, antes de la cual, a pesar de que Enrique había anunciado que se “retiraba de los monólogos”, hizo una magnífica defensa de la inmensa lección de civismo, democracia y organización que millones de mujeres en el estado español dieron el pasado 8 de marzo. Más tarde, en lo estríctmente músical me llamará espcialmente la atención la excelente adaptación al blues más puro, clásico y desnudo de “No das pena”. Continuaría la fiesta, aunque en un tono algo más íntimo e introspectivo con “Cordones de mimbre”, la preciosa canción que El Drogas dedicó en su día a los enfermos de Alzheimer.

Nos aproximamos ya a la recta final del evento, y en ese tramo querría destacar especialmente la excelente versión de “Quien puede verla”, perfecto preludio a una más que aplaudida y ovacionada “Animal Caliente” de sus años de gloria con Barricada y una originalísima y formidable versión de “Heroes” de David Bowie.

En los bises, de nuevo a muchos les toca su fibra más sensible el recuerdo a Barricada con un impresionante “No se que hacer contigo”, en el que de nuevo El Drogas se baja del escenario para cantar entre el patio de butacas y saludar efusivamente a Rulo, de Rulo y la Contrabanda, que se encontraba entre el público esta noche, continuando con “Poca luz” y un fin de fiesta espectacular, con toda la banda despidiéndose bajando del escenario en plan comparsa de fiesta popular, saliendo del escenario y llegando hasta la calle, recorriendo en una suerte de charanga festiva magnífica, con sus tambores, trompetas y gritos de apoyo de la gente las calles de Goya y Jorge Juan, sitas en un conocido, conservador y característico barrio de la alta burguesía madrileña poco acostumbrada a manifestaciones populares de esta índole.

Excelente espectáculo de un artista en toda la extensión de la palabra, cuya capacidad de renovación, imaginación y originalidad nunca deja de sorprenderme.

Mariano Muniesa
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