Crónicas

Cruïlla 2018 (12 de julio)

«En este festival encuentras agradables sorpresas, como toparte con este artesano del blues que supera con creces a los grandes y llamativos nombres por los que quizás compraste tu entrada»

12 julio 2018

Parc del Fòrum, Barcelona

Texto: Jordi Campàs y Markceröck. Fotos: Markceröck

Jornada inicial de la novena edición del festival más variopinto y urbanita de los que se realizan por Catalunya, caracterizado por su mestizaje cultural desde sus orígenes en Mataró en 2005, y que ha dado cabida a grupos y artistas de todos los colores, entre ellos a una notable presencia de artistas autóctonos, así como actuaciones de castellers y espacios dedicados a alguna ONG como Amnistia Internacional, etcétera. Para la jornada inaugural del día jueves un más que escueto cartel, con el desconocido Seasick Steve, el ex White Stripes, Jack White, y Enrique Bunbury, tres raras avis en el escenario central, el único en funcionamiento de los seis que estarán a pleno rendimiento durante viernes y sábado.

El primero de la tarde, sobre las siete, podríamos decir que presentó un pequeño escenario sobre un gran escenario, ya que Seasick Steve, o Steven Gene Wold, de Oakland, California ocupaba un ínfimo set, que, diría, intentaba transportarnos al patio de atrás, o al garaje de algún lugar del sur de los EE.UU.. Sentado sobre una silla de madera acolchada por cojines, inició el repaso a su pequeña discografía, y es que teniendo en cuenta su considerable, aunque indeterminada edad, es extraño que tan solo tenga de ocho discos editados desde ‘Cheap’ (2004). La peculiaridad de este hombre son los instrumentos que utiliza, guitarras de los años sesenta y artilugios de una, dos o cuatro cuerdas hechas por él mismo con tablas de fregar, cajas de puros, de galletas, o de vete a saber qué; todas atadas con un simple cordel para colgarlas de su hombro izquierdo. Con uno de estos fantásticos armatostes inició su actuación para interpretar “Don’t Know Why She Love Me But She Do”. Antes de seguir con “Last Po’ Man” nos hizo ver las bonitas vistas al mar que teníamos ahí delante, un corte de lo más adecuado con “Summertime Boy”. Nos presentó una nueva composición titulada “Young Blood”, tras la cual bajó al foso a buscar una chica joven que había en primera fila, a la que acompañó hasta el escenario y que se sentó a su lado para interpretarle “Walkin’ Man”. Siguió con “Barracuda 68” de su ‘Sonic Soul Surfer’ (2015), otro tema nuevo dedicado al invierno, “Hate Da Winter”, volviendo a utilizar uno de sus inventos. Decir que los cambios de guitarra son continuos, a cada canción, o incluso en medio de una de ellas. Momentos que aprovecha el batería que le acompaña desde hace unos diez años, el noruego Crazy Dan Magnusson, para servirse un vaso de vino tinto del que Steve está echando mano entre tema y tema. La tranquila “Everybody Got To Choose”, “Can U Cook?” con otro engendro de los suyos, una pequeña tabla de lavar ropa con una sola cuerda y un sonido increíble, de hecho, en un momento dado se descalzó, se quitó el calcetín e hizo una demostración de cómo se lavaba la ropa en el pasado. Todo un personaje y todo un señor descubrimiento, que dedicó unas palabras de admiración hacia Jack White, del cual recibió una de sus guitarras. Es lo que tiene este festival, agradables sorpresas, como toparte con este artesano del blues que supera con creces a los grandes y llamativos nombres por los que quizás compraste tu entrada.

Jack White

Sin duda, Jack White es el mesías del rock del siglo XXI  bajo un manto celestial azulado aterriza en el Cruïlla festival 2018 de la mano de “Over and over and over” de su más reciente producción,  ‘Bording House Reach’. Potentes riffs  y gritos evangelizadores para las nuevas generaciones podridas de trap y reggaetón. “Hotel Yorba” fue la segunda estocada  al respetable de su banda madre, los idolatrados The White Stripes. Se pronosticaba lluvia, pero lo que vimos fue una tormenta sonora que continuó con otro hit de su pasado glorioso “The Hardest Button to Button”. La bateria actual deja en las sombras a su ex compañera de banda,  Meg White. Volvemos al presente musical de Mr. White con “Would you fight for my love”, de su anterior disco . Los fraseos groovies de bajo nos anuncian “Lazaretto”, potentes melodías a ritmo de funk que hacen bailar a más de uno.  El romanticismo de “Connected my Love”  acompañado de bellas imágenes en 3D de un planeta azul enamora a la audiencia. El cerebro de Third Man Records no olvida su pasado y nos obsequia con “ Steady as She Goes” de su escape musical llamado The Racounters. Para el final los compases de su popular canción “Seven Nation Army” estalló en un “lo lololo lo lolo” de miles de voces, componiendo el momento más alto del concierto en la explanada del Parc del Forum barcelonés. Dos palabras para definir a Jack White: genio y figura. Próxima parada el viernes, 13 de julio, en el Mad Cool de Madrid.

Bunbury toma el relevo para darse un baño de masas, acompañado de su actual banda, Los Santos inocentes. La intro de “La ceremonia de la confusión” sirve para que comience el delirio de las féminas presentes, adorando a su dandy favorito. Tocó “La actitud correcta”, otro corte de su último disco con un aire a “Dust N Bones” de Guns N’ Roses. Con “En bandeja de plata” nos retiramos del foso para apreciar el show desde las primeras filas. La reversionada “Mar adentro” es secundada por su escudero stoniano Álvaro Suite a la guitarra acústica, un guiño a su pasado histórico con Héroes, marca el karaoke universal.

Enrique Bunbury

La contestaría “Despierta” es una declaración de principios ecológicos y políticos al sistema actual. Ya sin gafas de sol y chaqueta, vemos al Bunbury más visceral “El Hombre que no flaqueara jamás” da paso a otro himno de los fanáticos del zaragozano, la icónica “Héroe de Leyenda”, de sus primeros pasos como líder de los Héroes del Silencio, cantada por todos incluido yo mismo.  “Que tengas suertecita” inaugura el formato cabaret anunciado por el propio Enrique. Encontramos más acordes circenses en “El Extranjero” e “Infinito”. El concierto llega a su recta final de la mano del maestro de ceremonias con “Maldito duende” en versión disco , otra joya de su álbum ‘Senderos de traición’, el más vendido de su antigua banda en los noventa. Dos minutos le bastaron a Bunbury para darse un baño de masas cantando en la primeras filas, dando la mano a sus fieles seguidores y dando una lección a las nuevas generaciones de lo que es un frontman de rock. Para acabar tocó “Lady Blue”, homenaje a su ídolo David Bowie, sellando su actuación con la balada “La Constante”.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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